Recordar es volver a vivir; algo que en este último año Melanie (24) y Mili (14) intentaron evitar para no remover heridas y no enfrentarse nuevamente al dolor. Pero esta vez, a un año del asesinato de su mamá, se disponen a relatar con admirable fortaleza cómo es su vida y cómo se preparan para enfrentar el juicio a Miguel Ángel Asencio el próximo 22 de noviembre.

La peor noticia

A Melaine, la mayor de las hijas de Daniela, la  llamaron del Colegio Perito Moreno para comunicarle que su mamá “había tenido un accidente: le habían querido robar y la apuñalaron” y que debía acercarse al hospital, donde la habían trasladado porque estaba mal herida. Para Mili (14), la noticia tardó un poco más en llegar y desde el mismo colegio activaron todas las alertas para tratar de preservarla ante semejante noticia. 

“Yo estaba en el colegio esperando a mi mamá que me tenía que traer unas cosas y empezó a entrar gente gritando; todos corrían. Los tutores nos hicieron entrar a las aulas y cerraron  las cortinas para que no miremos hacia afuera y nos pidieron que nos sentemos. Ahí fue cuando Melanie me llamó y me dijo que mamá había tenido un accidente, yo ya presentía que algo le había pasado porque no venía y no me contestaba los mensajes”, recordó.

 Afuera la gente se agolpaba, corría y trataba de ayudar en un escenario devastador. Luego de cometer el hecho Asencio corrió en dirección a calle Brown y amenazó con cortarse las venas cuando se vio acorralado por la policía.

Daniela Velasco tuvo una relación de pareja durante cinco meses con Asencio. Sus hijas no lo conocían pero sabían de él. “Todavía no habían llegado a la instancia de mostrarse porque mi mamá empezó a ver un montón de cosas que no le gustaron y ahí fue donde se alejó de él. Pero él se puso medio demente, a buscarla por todos lados, la llamaba y la esperaba en la radio”, relató. Melanie cree que su mamá subestimó la situación y por eso nunca lo denunció. “Si lo hubiera denunciado esto hubiera pasado igual; el tipo lo que quería era matarla y lo venía  planificando hace tiempo”, dice.

La joven tiene una fortaleza que asombra. No se quiebra cuando habla y se muestra atenta con su hermana menor, a quien siente que tiene que contener, educar y acompañar. “Yo siempre pensé que si no era a mi mamá me iba a matar a mí porque él me estaba buscando hace tiempo. Creo que la mejor manera de vengarte de una persona que te está lastimando es matarle un hijo. La matás en vida”, expresó. Según Melanie, meses atrás Asencio había tratado de averiguar dónde vivía, su teléfono y hasta había recibido llamadas sospechosas que la atemorizaron.

Dejar salir el dolor

Daniela y sus hijas eran muy unidas. Melanie vivía sola y Mili, junto a su mamá en barrio Ciudadela, en la zona norte de la ciudad. Pero tras la tragedia, la dinámica familiar cambió y Mili se fue a vivir con su hermana. Ambas admiten que prefieren no hablar de lo que pasó y cada una procesa y vive el dolor a su manera. “No pensamos; seguimos en modo automático. Obviamente yo me pongo a mirar fotos, miro su Facebook y lo que ponía. No es que yo no pienso al cien por cien.  Nosotras teníamos nuestros horarios y nos respetábamos. Muchas veces ella venía a casa al mediodía a tomar mate y charlábamos”, recuerda Melanie. 

“Es como que todavía no hicimos el duelo al cien por cien; y la verdad es que cuando pienso en mi mamá pienso en que ya no está, no pienso en la manera en la que se fue. Pienso en que la extraño, que la quiero ver pero no pienso en que una persona le arrebató la vida”, agrega la joven.

A Mili le cuesta más poner en palabras lo que siente, prefiere no hablar de lo que pasó y recordarla en silencio. “Tengo una carpeta en mi celular con solo fotos de ella entonces me me quedo viendo fotos un rato.  También a veces escucho música como para no pensar y a la noche me esfuerzo a dormir rápido porque me pongo a pensar en ella entonces para no desvelarme me duermo temprano”, cuenta.

 Una ciudad movilizada

A pocas horas de conocerse la noticia del femicidio de Daniela Velasco la ciudad se movilizó. Docentes, compañeros de trabajo y comunidad en general se concentraron ese mismo día en la Escuela N°83  y desde allí caminaron en una marcha que fue triste pero multitudinaria.

“Vi que  habían hecho una marcha el mismo día, yo estaba muy sorprendida porque fue como todo muy impresionante, me quede shokeada. Había un montón de gente conocida, clientas, amigas. Esa sensación de sentir que tanta gente te acompaña es super reconfortante. Estas triste y a la vez decís ¡cuánta gente la quería!

Al ver las la foto de mi mamá es como que no podés creer que es la persona que mataron de esa manera. ¿De qué manera podría perder a mi mama? Siempre pensé que sería por un pico de estrés, un ACV, un accidente en el auto o que moriría de vieja, pero lo último  que hubiera  imaginado es esto”, dice Melanie.

El asesinato de Daniela Velasco fue el primer femicidio del 2021 en Comodoro. A la fecha, según un informe estadístico elaborado por la Oficina de la Mujer y Violencia de Género del Superior Tribunal de Justicia de Chubut, entre el año 2013 y el 30 de junio de 2022 en Chubut se registraron un total de 28 femicidios directos y tres femicidios vinculados, cuyas causas en su mayoría, ya cuentan con condena, mientras que otros autores están con prisión preventiva efectiva a la espera de juicio.

Hay un dato que alerta y es que Comodoro es la ciudad con más femicidios de la provincia, con 11 registrados desde 2013 a la actualidad.

Lo perdoné”

La causa pasó la audiencia preliminar y fue elevada a juicio, calificada como “homicidio agravado por el vínculo y por ser cometido por un hombre en contra de una mujer, perpetrado con violencia de género (femicidio). Miguel Angel Asencio será juzgado el próximo 22 de noviembre y la familia de Daniela, sus hijas, esperan una condena ejemplificadora.

“Desde un primer momento dije que lo perdonaba porque es verdad; no siento ningún tipo de rencor hacia él. Es una persona que realmente está enferma y a mi nada me va devolver a mi mamá. No puedo hacer nada al respecto.  No pienso que es la persona que le arrebató la vida, pienso que la extraño, que la quiero ver, pero creo que si yo tuviese ese rencor, esa bronca o esas ganas de que le pase algo malo sería mucho más difícil mi vida”, reflexiona Melanie.  

Sin embargo ambas esperan el veredicto de la justicia y piden que Asencio cumpla su condena.  “No queremos que quede libre”.

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