PUERTO MADRYN (ADNSUR) - La Cámara de Apelaciones en lo penal de Puerto Madryn ratificó ayer miércoles por unanimidad la condena de 16 y 14 años de prisión para la madre y la actual pareja del niño cuyo abuso infantil se juzgaba por una denuncia que data de noviembre de 2016, y que en su momento se paralizó porque los fiscales consideraron que el relato del nene estaba inducido.
Los hechos juzgados ocurrieron en Puerto Pirámides, la villa turística ubicada en Península Valdés, sobre el noreste del Chubut.
Los acusados son una mujer de 43 años y su pareja de 44 quienes fueron condenados por el delito de "abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y agravado por el vínculo" contra el hijo de la mujer, que contaba entre 5 y 9 años cuando los hechos ocurrieron.
La denuncia fue impulsada por el padre de la víctima, orientada a acusar a la madre, identificada y al padrastro, no solo de abusar sexualmente del niño, sino de facilitar su prostitución permitiendo que lo sometieran entre 25 y 26 personas, entre ellas vecinos conocidos de esa pequeña localidad, con cargos políticos de importancia en su momento y en la actualidad.
Sin embargo se consideró que el relato del niño en principio fue "inducido y fantasioso" aunque ahora, a la luz del fallo de la cámara de primera instancia y la reciente ratificación, se abre la expectativa sobre la apertura de una megacausa.
El niño en la actualidad cuenta con 11 años, pero los abusos habrían comenzado cuando tenía entre 5 y 9.
Uno de los abogados que llevó adelante la representación del denunciante, Federico Ruffa, explicó que "el relato puede parecer fantasioso pero fue certificado por pericias psicológicas y la lesión anal que tiene, por lo que resulta muy extraña la actitud de la Fiscalía que primero avanzó y luego retrocedió".
El niño llegó a contar que su propia madre abusaba de él y lo obligaba a estar en el baño con su pareja.
"Es una perversa que entre otras cosas le hacía tocar los senos o golpeárselos", reveló el padre a Télam, tras recordar que "lo grave, además, es que se trata de una maestra jardinera que tiene asignado un cargo en una escuela de nivel inicial de Puerto Madryn".
En Puerto Pirámides, son numerosos los vecinos que apoyan a los condenados y argumentan su inocencia por considerar que la acusación se basó en un "relato guionado" del padre querellante y en el marco de una separación traumática, e incluso organizaron movilizaciones de apoyo.