Asaltaron a un hombre de 60 años quien fingió un infarto para asustar a los ladrones
Dos jóvenes armados entraron el viernes por la mañana a un relojería de Trelew, redujeron al dueño y robaron una importante cantidad de mercadería. Minutos más tarde un sujeto fue detenido por la Policía en el barrio Los Aromos con varios relojes dentro de una mochila.
TRELEW (ADNSUR) - El hecho ocurrió este viernes por la mañana en la relojería y joyería “El Rubí” ubicada sobre calle Mitre al 200 de Trelew. Según informaron fuentes policiales, al local entraron dos encapuchados, con guantes y luego que uno de ellos encañonara al dueño, lo llevaron para atrás del negocio y lo redujeron, atándolo posteriormente con unos cables.
En medio del ataque, el dueño del negocio, Horacio Canencia, fingió estar sufriendo un infarto para que los ladrones se asustaran y decidieran irse dejándolo atado en el baño y llevándose relojes de marca, alhajas y dinero. Uno de ellos cayó preso en la huida y ese tenía gran parte del botín en una mochila: es un menor de 17 años que andaba fugado del Cose.
Al ladrón lo atraparon en las inmediaciones de Pietrobelli y Ameghino Norte, en el barrio Oeste. Ahí, dicen que arrojó a la calle la mochila verde en donde trasladaba gran parte de lo sustraído durante el asalto a la joyería.
Según destacó diario El Chubut, el comerciante cree que el arma que utilizaron para amedrentarlo era falsa y que los delincuentes “no tenían experiencia”. En contacto con dicho medio, señaló que para él fueron tres; los que lo amenazaron y redujeron llevándolo para el fondo del negocio y un tercero que les debe haber oficiado de “campana”.
Según confesó el dueño del local, lejos de haber vivido una experiencia horrorosa asegura que experimentó lo contrario; nunca sintió miedo y hasta se dio el lujo de fingir que estaba sufriendo un infarto delante de los ladrones para hacerlos huir. En cuanto al ladrón que atraparon, se supo que aparentemente la semana pasada se había fugado del Cose donde estaba alojado por delitos contra la propiedad privada, se dijo en un principio.
Tanto él como los dos que alcanzaron a escapar venían caminando de la zona céntrica con dirección al barrio Oeste, cuando dos bicipolicías les salieron al encuentro al verlos que respondían a las descripciones de los asaltantes de la relojería, que se estaban difundiendo por la red policial. Hasta anoche, la Policía no tenía pistas de los cómplices del detenido.