“Desde marzo de 2018, épocas revolucionadas por la detención e imputación de otros funcionarios públicos de la provincia en causas de corrupción, Carlos Barbato -recientemente condenado a 3 años de prisión condicional- comenzó a vaciar su cuenta sueldo, extrayendo por cajero el máximo permitido por operación ($ 2.000), tantas veces como se permite en el máximo diario”. Lo hizo en marzo, abril y mayo, según pudo saber ADNSUR. 

Entre 2003 y el 5 de julio de 2019 Barbato fue gerente general del IAS; miembro del Ministerio de Coordinación de Gabinete, asesor de bloque en Legislatura y presidente del IAS hasta su renuncia. En todo este lapso e incluso antes fue pareja de Érica Perrone. Ama de casa, ella no tuvo trabajo en blanco para nutrir el patrimonio común.

Barbato solo presentó declaraciones juradas en enero de 2004, abril de 2005, abril de 2008, y junio de 2016. “Cuatro declaraciones juradas en 16 años refieren el desapego a la obligatoriedad de cumplir las normas por parte del funcionario y de la falta de control”, dice el fallo.

Su patrimonio se transparentó recién a los seis meses de asumir su última función pública y con su última declaración. Fue intimado a presentar una última al dejar la administración pública. No lo hizo. Barbato tampoco justificó su incremento patrimonial en la audiencia de apertura de la investigación por enriquecimiento ilícito.

Según su DDJJ de junio de 2016, sus únicos activos eran: una casa en Soler 1643 de Trelew valuada en $ 2.500.000; un Ford Mondeo 2016 de $ 550.00 y un Peugeot 207 2010 valorado en $ 1.500.000. Todo a nombre de Perrone.

Como presidente del IAS y conservando la casa familiar de Soler en Trelew, adquirieron:

-En 2016, un Ford Mondeo 0 km, un Ford Fiesta 0 km (uno de los dos únicos vehículos a su nombre), y un cuatriciclo Gama que permutó por otro marca Can-Am Out Lander 570.

-En 2017 compró un lote de 300 metros cuadrados en Playa Unión, sobre José Coronel entre Canónigo Vivaldi y Laura Vicuña; una Ford Kuga 0 km para la cual entregó el Mondeo y una camioneta Chevrolet S 10 0 km.

También costeó la mano de obra de la vivienda en construcción en el lote de Playa Unión, de dos plantas con tres dormitorios y quincho: le pagó al arquitecto, compró materiales de construcción y aberturas de la casa.

Ese año gastó $ 165.569 en turismo por un viaje en familia. Además aportó $ 23.694 para la emergencia climática de Comodoro Rivadavia e hizo aportes partidarios por $20.000.

-En 2018 la casa exigió más gastos: le pagó más al constructor; al arquitecto, a Ferretería Argentina y a VS Deco. Y adquirió un Audi A 1 LHV 731, año 2012 entregando el cuatriciclo y efectivo.

-En 2019 la pareja adquirió un vehículo todo terreno UTV Artic Cat, una camioneta Nissan Murano una camioneta Chevrolet modelo S10 (permutada por la Murano); un BMW Modelo 418-X1- 207, permutado por la Ford Kuga, con una diferencia a favor de Barbato. Y para la casa tuvo gastos en materiales, electricidad, herrería, carpintería, albañilería y cortinas.

El juicio probó que Barbato cobró en concepto de sueldos: $ 918.896,37 en 2016; $ 1.057.240,95 en 2017; $ 1.279.056,64 en 2018 y $ 1.182.742,93 entre enero y julio de 2019. En total: $ 4.437.936,89.

Suponiendo que pudo ahorrar todos los viáticos, y que jamás debió pagar hotel o comida en sus viajes, percibió $ 43.025 en 2016; $ 115.101 en 2017; $ 173.586 en 2018; y $ 126.150 hasta julio de 2019.

El total de sueldos, viáticos, más una indemnización cobrada por un accidente del Audi suma $ 4.895.798,89 entre 2016 y julio de 2019.

En ese período adquirió vehículos y el lote, construyó una vivienda, hizo turismo y aportes partidarios. Todo por $ 6.762.000. La diferencia en su contra entre ingresos justificados y gastos es de al menos $ 2.514.000. Son 28 sueldos extras.

Si bien Barbato alegó que ganó dinero con la compraventa de vehículos, solo acreditó algunas operaciones que pueden haber sido convenientes en términos comerciales, pero no una actividad laboral paralela con gran ingreso adicional. En su cuenta bancaria no ingresaron valores importantes por este rubro.

 “Si los vehículos se pagaron, la mayoría, con dinero en efectivo, no salió de la cuenta sueldo, ni ingreso como ganancia a la cuenta sueldo”, dice el fallo. “De un somero análisis de su cuenta sueldo, el exfuncionario siempre tuvo un saldo positivo importante, y llegó por momentos a tener depositados el valor de cinco sueldos”.

Incluso a favor del condenado, el tribunal no tuvo en cuenta los gastos familiares de cuatro personas por tres años y medio incluyendo tarjeta de crédito, obra social, cooperativa eléctrica y gas de dos viviendas, telefonía, cable, seguros de vehículos de alta gama, service, combustible, gastos de educación privada, obra social, esparcimiento, alimentación, vestimenta, electrodomésticos, mobiliario, joyas, etcétera. Si estos gastos se restan de sus ingresos legítimos, su situación empeora.

El propio contador de la defensa de Barbato consideró que el 70% de un sueldo se va en gastos diarios y sólo el 30% se ahorra. Barbato debió gastar al menos 3.427.059 para vivir, y solo le hubiera quedado como ahorro y para inversiones $ 1.468.739,66.

Según la jueza, hubiese sido necesaria “una pericia contable, seria y completa” para que el tribunal “sea exacto en el monto del enriquecimiento probado, y ello porque no me cabe dudas de que el monto es mayor”.

Al analizar los movimientos de su cuenta del Banco Chubut en la que cobraba, de junio de 2016 a marzo de 2017 un buen porcentaje del salario se acumuló mes a mes. No lo aplicó siquiera a gastos domésticos. Cuando en 2016 cobra el primer sueldo como Presidente de IAS su cuenta sueldo registra $ 80.620 (menos de 1 sueldo ahorrado) pero para finales de ese año acumula $464.895 (más de seis sueldos ahorrados) y a la vez adquirió un Can Am, un Mondeo 0 km y un Ford Fiesta.

 “Es altamente llamativo que en mayo de dicho año, por ejemplo, casi no tiene pagos realizados ni extracciones, tampoco extrae o paga en diciembre, por lo que claramente puede determinarse que ese mes no vivió de sus ingresos lícitos. Ese año al menos gastó por 13 sueldos, y ahorró otros 6”.

En 2017 compró el lote, una Kuga y una camioneta Chevrolet, pagó la mano de obra de la construcción, el arquitecto, materiales, aberturas e hizo turismo. Pero en su cuenta ahorró más de 6 sueldos. O sea que cobró 13 sueldos pero gastó 28 y ahorró 6 sueldos más.

En 2018 gastó en el constructor, al arquitecto y materiales: gastó 23 sueldos pero cobró sólo 13.

En seis meses del 2019 adquirió el UTV, una Nissan Murano, una Chevrolet S10, y gastó en materiales, electricidad, herrería, carpintería, albañilería, y en cortinas. Gastó 16 sueldos pero percibió 6.

Resumiendo, Barbato cobró 47 sueldos pero gastó el equivalente a 92. Su incremento patrimonial fue “apreciable y desproporcionado”, en función de sus ingresos. “Tan desproporcionado a sus ingresos resulta el enriquecimiento, casi el doble, de ´esos buenos sueldos´ que dijo tener el imputado, que puede válidamente pensarse que cobraba un sueldo extra cada mes”. Sugestivamente, el raid de compras arrancó apenas asumió la Presidencia de Lotería del Chubut.

La mayoría de los bienes fueron inscriptos a nombre de Perrone: seis vehículos y el lote. Y la mayoría de las veces pagó ella en efectivo. Prestó su nombre para ocultar a su pareja de los registros y controles ya que era una Persona Políticamente Expuesta y hubiese debido explicar, contador mediante, el origen lícito de los fondos. No podía demostrarlo. En la documentación llegó a escribir “empleado” y no “presidente” de Lotería.

“¿De dónde salía el efectivo en grandes cantidades para cancelar las operaciones si no se sacaba de la cuenta del Banco Chubut? Ello quedará sin respuesta”, lamenta el voto. Recién en julio de 2019 Perrone comenzó a percibir un salario de $ 31.000 mensuales por ingresar al Estado.

El juez José Ennis consideró que Barbato hubiese necesitado dos años de sueldos y viáticos promedio adicionales para afrontar los gastos que no justificó. “El enriquecimiento existió y fue considerable, apreciable o de una magnitud importante en términos económicos (…) Registró en poco tiempo un aumento considerable, del que los vehículos adquiridos y la vivienda construida son las muestras más patentes, imposible de justificar con los ingresos legítimos. Es evidente que Barbato obtenía algún tipo de emolumento por fuera del salario”.

Por su parte, la jueza María Tolomei explicó que la diferencia negativa entre ingresos y gastos es de 28 masas salariales. En el juicio oral y público el propio Barbato admitió una diferencia negativa de $ 1.668.228.

Sobre Perrone, “es abiertamente llamativo el hecho de que se sucedieron numerosos cambios de rodados casi todos por modelos mejores o marcas más caras en esos tres años, mientras el marido era presidente del IAS”. Si como la pareja testimonió Barbato financiaba y ella hacía los trámites, “no alcanzo a comprender el motivo de que la facturación se realizara a nombre de ella sin ninguna mención del marido. Es evidente que la maniobra fue expresamente pensada y ejecutada para el ocultamiento del estado patrimonial injustificable”.

En toda la documentación aparece como soltera y, como no están casados, la inscripción a su nombre como única titular significa que Barbato no posee derecho alguno. Pero era él quien aportaba todo el dinero. “Durante ese tiempo él aparecía como titular sólo del Ford Fiesta y luego, la camioneta S10”. Así eludieron los controles.

El monto del enriquecimiento injustificado se ignora. Pero no es de solo $ 2.514.000. Esta cifra es apenas la diferencia negativa mínima, sin computar gastos domésticos, que se pagaron de la misma fuente. Si se actualizara, la suma sería muy superior.

ADNSUR está certificado por CMD Certification para la norma CWA 17493 de JTI, octubre 2024-2026. Ver más
¿Querés mantenerte informado?
¡Suscribite a nuestros Newsletters!
¡Sumate acá 👇🔗!
Recibí alertas y la info más importante en tu celular

El boletín diario de noticias y la data urgente que tenés que conocer