ESTADOS UNIDOS- El martes 30 de octubre sonó el teléfono en el departamento de policía de Wisconsin (Estados Unidos). Era Amber Sweeney una de las cuidadoras de una guardería, que había llamado al 911 porque un bebé de seis meses se había golpeado la cabeza y no paraba de sangrar. El niño fue trasladado de urgencia al hospital Saint Paul de Minnesota, pero no lo pudieron salvar. Entonces hubo otro llamado a la policía, esta vez era uno de los médicos que había atendido al menor, que aseguraba que las heridas que registraba el bebé no habían sido causadas por un accidente.

De inmediato, el comisario James Kowalczyk comenzó a investigar. Interrogó a la adulta a cargo del bebé y a los tres chicos que estaban presentes al momento del incidente con el niño. Rápidamente se estableció a una niña de 10 años (cuyo nombre no trascendió por ser menor de edad) como la principal sospechosa. 

El bebé presentaba múltiples fracturas de cráneo causadas por una fuerza o presión pesadas, según informaron los doctores. La primera versión de la nena ante el interrogatorio policial, no consistía con toda la información que tenían hasta el momento. Y, ante un segundo encuentro con los oficiales, confesó.

Ahora rompió el silencio Nate Leidl. el padre del bebé fallecido. “En vez de ver a una niña de 10 de años, vi a la persona que mató a mi hijo”, dijo el padre. “Ella en mi opinión, merecía tener grilletes y esposas. Ella es una criminal”.

El padre estaba separado de la mamá del bebé. “Esperé 37 años para tener a mi bebé”, dijo Leidl a KTRK. “Era muy afortunado porque él no lloraba, no se quejaba. Era un niño feliz y sonriente todo el tiempo”. La niña fue acusada de homicidio intencional agravado y debió asistir a la Corte local, donde está siendo juzgada.

Según informaron los medios locales, la menor quedó bajó custodia policial y se le fijó una fianza de 50.000 dólares. Además, se supo que en septiembre había sido retirada de su hogar (no trascendió el motivo) y entregada a una familia adoptiva, que es justamente la misma familia que administra la guardería donde ocurrió el hecho. En la audiencia, los padres biológicos estuvieron acompañando a la nena.

Por el momento la causa seguirá avanzando como si la acusada fuera mayor de edad, aunque no se descarta que el caso sea enviado a un tribunal juvenil. En tanto, el abogado defensor Kirby Harless pidió una reducción de la fianza porque "no habría motivos para creer que la niña no se presentará en audiencias futuras".

Desde entonces la guardería cerró sus puertas y el estado está investigando si hubo algún error por parte de la empresa. El comisario Kowalczyk expresó conmovido: "Es un día triste, mi corazón está con todos los involucrados en este hecho", informó la agencia AP.

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