Brutal agresión en un boliche: se olvidó la campera, intentó buscarla y la golpeó un patovica
La mujer había ido a un local nocturno junto a su marido y terminaron atacados salvajemente. "Yo todavía estoy impactada, viva de milagro", señaló la víctima
Brutal agresión en un boliche. Una mujer se olvidó la campera, intentó buscarla y la golpeó un patovica. La víctima había ido a un local nocturno junto a su marido y terminaron atacados salvajemente. "Yo todavía estoy impactada, viva de milagro", señaló.
El hecho sucedió en un local nocturno ubicado en la calle Regimiento de Patricios, en Barras, Buenos Aires. Allí una mujer con su esposo decidieron celebrar su aniversario de casados y fueron a un boliche.
Luego de un momento decidieron irse, debido al ambiente y la víctima identificada como Bárbara recordó que se olvidó la campera en el interior del local. Sin embargo cuando quiso ingresar, no la dejaron pasar. Ante la insistencia para recuperar su campera, fue brutalmente atacada por un patovica.
“Volví a pedirla y no me dejaban pasar. En el momento en el que discutí con esta persona la campera estaba y después desapareció”, explicó a Mediodía Noticias. “Ahí me dieron un golpe en el ojo y un empujón. Yo volé”, indicó. En este sentido, aseguró que la agresión sufrida no tenía “ninguna justificación”.
Por otra parte, recordó que tras el golpe, “me ayudaron dos extraños que pasaban por ahí y después me volví a caer por el estado que tenía”. “Mi marido fue a pedir explicaciones y le pegaron una piña de tal magnitud que se cayó el patovica que estaba detrás de él”, agregó la víctima.
“Llegaron los policías y le dieron varios golpes en el abdomen y las costillas a mi marido, le decían que sabían bien dónde le estaban pegando”, explicó la mujer.
Por otra parte, una vez que lograron escapar del lugar, realizaron la denuncia correspondiente, sin embargo, recordaron que el dueño del local nocturno los amenazó y se burló de ellos.
“El supervisor me dijo que había visto lo que pasó y me facilitó la grabación, pero después de eso lo despidieron. Cuando conté el caso, me llegaron cientos de mensajes de personas que viven cada fin de semana estas situaciones. Yo todavía estoy impactada, viva de milagro, me podía haber desnucado y no la estaría contando”, concluyó.