Condenaron a 13 años de prisión a Alan Guenuer por intentar matar a su expareja con su hija en brazos
La Justicia lo declaró culpable por el delito de tentativa de homicidio doblemente agravado. El caso de violencia de género sucedió en enero del año pasado. Atacó a la mujer con un cuchillo y le dio una puñalada por la espalda.
El tribunal integrado por María Tolomei, como presidenta, y Mirta Moreno, junto a Gustavo Castro como vocales, condenó a 13 años de prisión a Alan César Guenuer, por un grave hecho de violencia de género en el que produjo serias lesiones a la víctima.
Luego del respectivo juicio oral, el Ministerio Público Fiscal representado por la fiscal general jefa Silvia Pereira y el funcionario de fiscalía Rubén Kholer había solicitado la máxima pena imponible, 15 años de prisión. Cabe destacar que por la parte acusadora actuó durante el debate Martín Castro, mientras que la defensa fue ejercida por Abdón Manyauik, que pidió 10 años de prisión.
La Fiscalía pudo acreditar a través del debate con las pruebas suficientes los hechos presentados y el cuerpo colegiado declaró culpable a Alan César Guenuer por el delito de homicidio en grado de tentativa doblemente agravado por haber sido cometido con quien había mantenido una relación de pareja anterior, y habiendo mediado violencia de género en concurso ideal con lesiones leves agravadas por el vínculo.
EL HECHO
Quedó probado durante el juicio el hecho ocurrido el día 1 de enero de 2021, entre las 9 y 10 horas aproximadamente, en el domicilio de un barrio de esta ciudad. Allí, se encontraban una mujer y sus hijas en un departamento ubicado en el patio trasero de la vivienda principal, propiedad de su familia.
El imputado se presentó en la vivienda, toda vez que entre ellos había mediado una relación de pareja publica y estable, que había finalizado recientemente. Fruto de esa relación la pareja tiene dos hijas, las cuales pretendía visitar en virtud de un régimen de comunicación que habían establecido las partes de común acuerdo, razón por la cual le abrió la puerta.
Ya en el departamento la joven le solicitó que se retire del lugar porque se encontraba en estado de ebriedad y tenía aliento etílico, pero el visitante se negó a irse, se enojó, comenzó a gritar e insultar, ante lo cual la victima llamó al padre del hombre por teléfono para que lo retire.
En esta situación el encartado amagó con golpear a la mujer, por lo que la joven atemorizada se encerró en la habitación con sus hijas de tres y un año respectivamente, a quien levantó en sus brazos.
Luego e imaginando que se había retirado del lugar abre la puerta de la habitación y se encuentra de frente con el agresor, enfurecido y sabiendo lo que hacía, conociendo el poder vulnerante del arma blanca que portaba, empleando la violencia como medio para ejercer poder y dominación sobre su ex pareja y con el indudable propósito de causarle la muerte, se abalanzó sobre la joven, que tenía a su hija en brazos, la tiró sobre la cama y le asestó una puñalada en la espalda y otra en el costado del cuerpo.
La víctima se tiró hacia atrás, el atacante aprovechó esta situación y tomó nuevamente a la joven para continuar con su faena delictiva, mediante golpes y estocadas, siendo interrumpido por el padre de la joven y su primo que ponen en fuga al agresor.
El imputado huye por la puerta trasera del departamento y regresó por los techos, previo abandonar sus zapatillas en ese lugar, con el cuchillo mango de madera, para intentar nuevamente dar muerte a la joven que se encontraba en la escalera del departamento asistida por su padre, quien tomó una madera de la puerta y le pegó en la mano que tenía el cuchillo y logró que tirara el arma en el sitio, huyendo por los techos.
Como consecuencia de su conducta agresiva, provocó en la victima múltiples heridas cortantes en diferentes partes del cuerpo, que pusieron en riesgo su vida, incluyendo una grave secuela en la vista con serias consecuencias en su rostro.