RAWSON (ADNSUR) - Por unanimidad, el pleno del Superior Tribunal de Justicia confirmó la condena a 10 años y 6 meses de prisión para Irma Nahir Quinteros, la mujer que el 18 de setiembre de 2015 agredió brutalmente con un cúter y dejó al borde de la muerte a Laura Noel Berro. Según la sentencia a la que tuvo acceso ADNSur, los jueces Alejandro Panizzi, Jorge Pfleger, Miguel Donnet, Mario Vivas y Raúl Vergara coincidieron en la calificación legal del recordado episodio: tentativa de homicidio agravado por ser cometido con ensañamiento.

El caso

A las 23.10 de aquel día, Berro, entonces de 17 años, estaba sola en su casa del primer piso de Felicidad Hernández altura 582 del barrio Km. 8 de Comodoro Rivadavia. Apenas se fue su pareja, apareció Quinteros. Golpeó la puerta y al ser atendida por Berro, ingresó con una campera con capucha, guantes de látex y armada con un cúter. Le propinó un corte a la altura del cuello que casi desangra a la víctima. “Quinteros se abalanzó sobre Berro y, con claras intenciones de darle muerte comenzó a efectuarle  cortes en el cuerpo, en brazos, torso, pecho y rostro, pretendiendo degollarla, haciéndola padecer un dolor innecesario, quedando la menor tendida en el suelo perdiendo mucha sangre, circunstancia que fue aprovechada para huir a pie en dirección a la zona norte”, grafica el fallo.

Berro ingresó al Hospital Regional casi sin vida y la salvó una operación de urgencia. Alcanzó a decir el nombre de su agresora. Los médicos y enfermeros brindaron detalles de su grave estado y de los múltiples cortes en su cuerpo.

Los vecinos que la socorrieron y la trasladaron al hospital en la caja de una camioneta “refirieron el pedido de auxilio de la víctima y la crueldad de las lesiones que tenía”. Sólo por ese auxilio no murió.

El juicio

En el juicio, la coartada de Quinteros fue decir que esa noche estaba con una amiga. El STJ coincidió con que no logró probarlo. Los ministros repasaron “la profunda enemistad” entre Quinteros y Berro ya que la condenada había sido pareja de David Tranamán, entonces novio de la víctima y policía que trabajaba en Laprida. Hubo amenazas previas, por celos.

“La imputada emprendió una feroz agresión contra Berro, con ostensible intención de provocar su muerte –dice la sentencia- merced a las zonas del cuerpo en las que se infligieron las tajaduras. Lesionó con un cúter el cuello de la víctima, asestándole cortes en las venas yugulares. Además, le provocó numerosos tajos en otras partes del cuerpo”.

“Las incisiones infligidas colocaron a la damnificada en riesgo cierto de muerte, el que se conjuró por el inmediato auxilio de los vecinos y la rápida asistencia médica recibida. La agravante de ensañamiento es acertada ya que la crueldad y la persistencia de los cortes aplicados provocaron un padecimiento innecesario para la víctima”, razonaron los jueces.

Según las evidencias, “quedó plasmado el propósito de la imputada de causar un sufrimiento extra. También mencionan en particular el corte profundo que le efectuó en el rostro, que le paralizó el habla y si bien era innecesario para la muerte, le aumentó el dolor”.

Confirmaron la condena de 10 años de prisión para Quinteros

Se sumaron los testimonios de  Sandra Juárez, Víctor Lastini, Natalia Antonacci y Daniel Olivera, que apoyaron la versión de la víctima. “Estas personas fueron testigos de los momentos inmediatos posteriores al ataque y así la auxiliaron y pudieron evitar su muerte”. Este grupo cenaba esa noche en un departamento vecino. “Al escuchar ruidos salieron a ver qué pasaba y pudieron observar a una persona que bajaba por las escaleras con guantes de látex, un cúter y sangre en las manos, la que siguieron, alcanzaron, derribaron y luego de verle la cara, por súplicas de esta persona dejaron marchar. Brindaron una descripción de la vestimenta que llevaba”.

Ponce Cejas, médica de guardia del Hospital, certificó las múltiples y profundas lesiones y declaró que un corte comprometía la yugular. Berro fue a terapia intensiva y estuvo con respiración asistida.

Según el máximo tribunal chubutense, “el relato de la víctima a la luz de la sana crítica se presenta como veraz y que no se advirtieron indicios de mendacidad; mantuvo sus dichos en todo el proceso”.

Luciana Ferreira, entonces cirujana residente del Hospital, explicó que a la chica le ligaron las venas yugulares, zona de mayor pérdida de sangre. “La profesional manifestó que si no se hubiesen hecho las ligaduras, la paciente hubiera muerto”.

Las lesiones “son de carácter permanente y en su mayoría visibles, y se ubicaron en su rostro, en el  cuello, escote y brazos, lo que implica una  deformación de carácter permanente”, advierte la sentencia.
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