Detuvieron a un trabajador municipal de Río Gallegos que abusó de su hija de 14 años
El hombre fue denunciado en diciembre, luego de que la menor le contara a su mamá todo lo ocurrido. La Cámara Gesell dio positiva y el Juzgado ordenó su detención. Además, el 31 de este mes, será enjuiciado por otra causa por violar a sus otras dos hijas.
RÍO GALLEGOS (ADNSUR) – Una denuncia de abuso se registró a fines de diciembre del 2019. Una adolescente de 14 años contó que en plena Nochebuena que su padre la había abusado.
El hombre, identificado por las siglas C.A.C es empleado del área de Bromatología de la Municipalidad de Río Gallegos, quedó recientemente detenido por esta causa de abuso sexual. Pero no es la única causa en la que está imputado por violación. En 2011 ya había sido denunciado por abusar de las dos hijas de por aquel entonces su pareja.
Cuando el hombre se presentó este lunes en la Cámara Criminal Oral de Río Gallegos para notificarse sobre esta primera causa -que llega a juicio el 31 de este mes- quedó demorado. La causa está caratulada como “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y por la situación de convivencia preexistente”.
La madre de la víctima ya había requerido una prohibición de acercamiento en la Justicia, el pasado 1 de marzo. Además, le otorgaron una consigna policial en su vivienda. Ahora el empleado municipal quedará detenido, mientras que la Cámara Gesell realizada a la menor fue positiva y la víctima dio indicios de que presenta signos de abuso.
Los hechos habrían tenido lugar cuando ella vivía con su padre, entre febrero y julio del año pasado. Además de los presuntos abusos reiterados, también maltrataba psicológicamente y ejercía violencia sobre su hija.
EL RELATO DE LA MENOR
La menor contó que en los primeros días en que se fue a vivir con su padre “estaba todo bien” y que él le aseguraba que sólo tendría que preocuparse por estudiar. A la semana inició la manipulación. “Me empezó a cortar el contacto con todos, con mi mamá, mis hermanas y mi tía”, dijo, agregando que luego también le gritaba, se tornaba muy agresivo con ella y “hasta llegó al punto de ahorcarme y reventarme la boca”.
Luego, tras la violencia psicológica y el maltrato físico, llegaron los primeros actos de abuso. “En varias ocasiones insinuó quererme tocar, me abrazaba y la mano se le pasaba. Se apoyaba atrás mío, quería hacerme ‘upa’, hasta había noches que se iba y acostaba al lado mío y me tocaba la cola y los pechos”, así lo informó La Opinión Austral.