Un policía fue a una fiesta en una casa donde no se encontraba invitado, estaba borracho y orinó en una habitación sobre un colchón y muebles. Lo echaron de la fiesta y a las pocas horas volvió con su arma reglamentaria y atacó a todos a los tiros. Murieron dos personas y hubo varios heridos. 

El episodio ocurrió en la noche del 29 de agosto de 2021, y en las próximas horas comenzará el juicio contra el policía, que podría recibir la pena de prisión perpetua. 

Todo comenzó en la noche de invierno en el partido bonaerense de Esteban Echeverría, donde un grupo de vecinos y amigos se juntaron en una casa para festejar que habían ganado un campeonado de fútbol. El policía Camilo Andrés Farías, de 23 años, asistió junto a otras personas a la fiesta, donde no se encontraba invitado. Se encuentra acusado de asesinar a Yahir Ariel Ayala, un joven barbero de 21 años. 

Cerca de las 22.30 de ese día, en el lugar, un PH con cuatro viviendas, estaban casi todos los invitados en uno de los patios internos. Una de las propiedades pertenece a un hombre llamado Pablo Póveda, mientras que en las otras tres viven el resto de los familiares del joven barbero Ayala.

Yahir Ariel Ayala fue asesinado la madrugada del 30 de agosto de 2021. (Foto: Facebook / Yaair Ïb)

Durante la madrugada, cuando ya quedaban menos personas y empezaba a hacer algo de frío, varios de los presentes (eran entre 10 y 15) ingresaron a una de las casas para seguir escuchando música mientras conversaban.

Entre las 2 y las 3, llegaron el oficial de la Policía de la Ciudad Camilo Andrés Farías, su amigo Elián Bahamonde y tres chicas. Ninguno de ellos tenía relación con el dueño de la casa, excepto una de las jóvenes, a la que sí habían invitado.

Al poco tiempo Bahamonde, visiblemente alcoholizado ya antes de llegar, entró a una de las casas para ir al baño. Sin embargo, en lugar de dirigirse al sanitario, orinó en un dormitorio sobre el colchón, sobre el televisor y otros muebles.

Ante esto, se produjo un intercambio de palabras con quienes advirtieron esta situación. Tolaba les pidió que se fueran de inmediato, cosa que hicieron tanto Bahamonde como Farías, aunque este último se mostró agresivo y prepotente.

Aunque les dijeron que se quedaran, las tres chicas que estaban con ellos optaron por pedirse un remise e irse porque, en palabras de una de ellas, “éste va a volver, lo conocemos, va a volver”.

Alrededor de las 5.30, Bahamonde y Farías regresaron a la casa. Farías tenía su pistola reglamentaria, la cual fue a buscar hasta su casa. Disparó sin piedad en reiteradas oportunidades e hirió a Pablo Póveda, a Ramón Tolaba, a Agustín Póveda y a Yair Ayala, al que le causó la muerte casi en el acto.

Por su parte, Ramón Tolaba, soldado voluntario, repelió la agresión con su arma y le disparó a Farías, provocándole algunas lesiones. Esto último no será objeto del juicio, ya que hay una causa aparte en la que Tolaba fue condenado a 2 años de prisión en suspenso por “tentativa de homicidio en exceso de legítima defensa”.

Tolaba también baleó a Bahamonte, que fue llevado al Hospital Belestrini, donde murió al día siguiente. Mientras que Farías fue trasladado al Santamarina de Esteban Echeverría, donde lo operaron y quedó internado fuera de peligro.

LA PENA QUE PODRÍA RECIBIR EL POLICÍA

El policía declaró que volvió al lugar porque Bahamonde había perdido sus llaves y la mujer no le abría la puerta de la casa. Sostuvo que primero los atacaron a ellos para robarles la moto en la cual habían ido, por lo que se tuvo que defender.

Sin embargo, esto fue desmentido por la pareja de Bahamonde. Ella contó que su casa tiene un portón de madera sin candado y la puerta del departamento también se abre sin llave, por lo que no era necesario ningún elemento para entrar.

Camilo Farías llega al juicio detenido acusado por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en concurso real con homicidio simple cometido con arma de fuego en grado de tentativa reiterada”.

La fiscalía irá por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, que tiene una pena que va desde los 8 a los 25 años de cárcel, mientras que la familia de la víctima va por “homicidio agravado por la condición de miembro de una fuerza de seguridad del autor”, que prevé una pena de prisión perpetua.

La audiencia inicial comenzará este lunes a las 9 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora. La fiscal de juicio será Verónica Pérez y la abogada María del Carmen Verdú, de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), representará a la familia de la víctima. Los jueces que escucharán declarar a cerca de 35 testigos son Roberto Conti, Santiago Márquez y Elisa López Moyan.

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