Historias policiales: Cristian Espinoza, desaparición, crimen y la confesión de un amigo
El homicidio de Alexis Cueva cuenta con características similares al de Cristian Espinoza, un hombre de 30 años que fue asesinado en el mes de junio de 2011 y cuyo cuerpo fue hallado varios días después de su desaparición. El autor, su amigo, terminó suicidándose preso de la culpa.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - El reciente hallazgo sin vida del joven estudiante de la carrera de Medicina, Alexis Cueva (23) luego de una intensa búsqueda que se extendió por prácticamente cinco días, cuenta con ribetes similares a los de otros casos ocurridos en la ciudad que también concluyeron trágicamente: uno de ellos, el crimen de Cristian Espinoza que tuvo lugar en junio de 2011.
El hombre de 30 años de edad que residía en barrio Abel Amaya con su esposa e hijos, de oficio gasista y cañista, trabajaba de manera particular para sostener a su familia pero su vida le fue arrebatada en medio de una noche de camaradería que finalizó de la peor manera.
Espinoza había salido la noche del miércoles 8 de junio de 2011 con un vecino y amigo cerca de las 21 horas pero con el correr de las horas no regresó a su vivienda por lo que el viernes 10 por la tarde su esposa se acercó a Seccional Quinta de Policía para radicar la denuncia por averiguación de paradero, sin embargo la espera se hacía eterna y no surgía novedad alguna.
Recién el día sábado fue una vecina quien le narró a los familiares del desaparecido que su amigo Rubén Alejandro Vargas, quien había salido la noche del miércoles con Espinoza, le había confesado “me mandé una cagada, no quiero vivir más” y le había indicado que luego de compartir bebidas alcohólicas se habían dirigido hacia el santuario del Gauchito Gil ubicado en ruta 3 y 26 al cual veneraban y por cuestiones banales comenzaron a discutir pero rápidamente el cruce de palabras se transformó en una pelea a golpes de puños y en un momento dado, Vargas extrajo un arma blanca con la cual apuñaló a la víctima, siendo un puntazo en la zona intercostal que lesionó el corazón de Espinoza el que terminó provocándole la muerte.
Contando con esta información la familia del desaparecido concurrió a la zona indicada hallado al hombre sin vida por lo que dieron el alerta a los efectivos policiales quienes no tardaron en llegar dando cuenta del deceso, al mismo tiempo se informaba sobre la presencia de un hombre sin vida en barrio Abel Amaya y al constituirse en el lugar se encontraron con el homicida sin vida. Vargas no había aguantado la culpa y luego de escribir una carta de despedida a su familia, se ahorcó.
La tragedia que enlutó a ambas familias se transformó en otro de los casos resonantes de la ciudad petrolera, y nuevamente se trae a colación ante la sospecha sobre los amigos que permanecieron durante las últimas horas de vida con Cueva, quienes están siendo buscados en la actualidad por la Justicia.