COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Franco Alexis Astudillo Poblete tenía solo dos años cuando fue ahogado, apuñalado y arrojado en un pozo ciego por su ocasional niñera de tan solo 13 años, quien se descontroló dado que el niño lloraba y tomo la determinación de callarlo a como dé lugar. La muerte del menor forma parte de uno de los mas aberrantes hechos ocurridos en Comodoro en el año 1993.

El sábado 23 de octubre de 1993 Inés Astudillo quien en ese momento tenía 31 años decidió salir al baile del Centro Asturiano con dos amigas por lo que dejó a su hijo Franco Alexis Astudillo Poblete de tan solo dos años y su hija María de seis al cuidado de Sandra Inés Vera, una niña de tan solo 13 años que residía momentáneamente en su vivienda hace escasos días luego de tomar la decisión de irse de su casa ya que “no le gustaba recibir órdenes y quería hacer su vida”.

Poco después de las 23:30 horas salieron de la precaria vivienda ubicada en calle Los Perales 872 del barrio San Martín con destino al local bailable para regresar el domingo alrededor de las 6 horas, justamente al momento de su arribo, Astudillo se encontró con la menor de 13 años y su hija durmiendo y asumió que también el pequeño Franco se encontraba en el lugar pero no fue así.

Recién sobre las 10:30 horas la madre del pequeño de dos años se percató de la ausencia del niño y al consultar a la ocasional niñera sobre ello ésta solamente le dijo que no se encontraba en la casa y que desconocía dónde y con quién estaba.

Pese a ello, según trascendió en medio de la investigación, Astudillo le comentó lo sucedido a sus amigas, Beatrriz Morales y Sonia Triviño, quienes habían concurrido a tomar mates pero le restaron importancia por lo que recién horas después comenzaron la búsqueda del pequeño niño en las viviendas de vecinos y entre familiares, pero no pudieron dar con su paradero.

En horas de la noche, prácticamente 17 horas después de enterarse de lo ocurrido, Astudillo concurrió a Seccional Cuarta de Policía para denunciar la desaparición de su hijo. De manera inmediata los uniformados se abocaron a la tarea de dar con el menor de cabello oscuro y enrulado, que ni siquiera figuraba en el registro civil dado que sus padres nunca hicieron la inscripción.

“Cuando me fui estaba comiendo con su jardinero a cuadros y un pulover color azul y rojo” había dicho en aquel momento la madre del pequeño, pero nadie aportaba datos concretos sobre su posible paradero mientras las horas transcurrían y la desesperación entre vecinos y allegados que temían lo peor.

Muchos eran los rumores entorno a la desaparición de Franco, desde un posible secuestro en manos de algún depravado hasta la autoría de familiares directos del hecho, pero lo cierto es que los rastrillajes en el barrio y sectores aledaños además de viviendas familiares como la del padre continuaban arrojando resultados negativos.

Incluso durante dicha jornada se había decidido buscar elementos de interés para la investigación en el domicilio del niño y se toparon con su ropa al costado de una letrina con pozo ciego que hacían pensar que podría estar en el interior del mismo pero luego de que camiones atmosféricos lo vaciaran no pudieron dar con él.

Recién el 26 de octubre, dos días después, nuevamente se buscó a Franco en dicho lugar y se encontró el pequeño cuerpito del niño, quien estaba desnudo y había sido horriblemente mutilado a puñaladas.

El hallazgo

El hallazgo sin vida del pequeño de dos años se dio luego de que la niña Sandra Vera apareciera nuevamente en escena, dado que era intensamente buscada ya que el mismo 24 de octubre se había despertado luego del mediodía y retirado de la vivienda de Astudillo por lo que se desconocía su paradero.

Justamente, declaró lo sucedido ante la policía, lo que permitió que pudieran dar con el cuerpo de la víctima: dos jóvenes de 17 años identificados como Pablo y Oscar llegaron a la vivienda en estado de ebriedad, este último había entrado buscando a Astudillo y al conocer que había ido a bailar ofuscado y con insultos de por medio se habría retirado prometiendo venganza, “yo me dormí mamá” le habría dicho la chica de 13 años a su progenitora así como le contó que al percatarse de la ausencia de su hijo Astudillo “no hizo nada y dijo que si Oscar se lo había llevado estaba bien”, mientras comentó que había sustraído un equipo de música y otros elementos. Asimismo la joven le afirmó a su madre que había sido amenazada de muerte por eso había decidido irse, por miedo.

Luego de esta declaración y del hallazgo del cuerpo la primera hipótesis comenzaba a tomar sustento por lo que se avanzó con la concreción de cinco allanamientos siendo detenidos no solo los dos jóvenes de 17 años sino también Astudillo y sus dos amigas, secuestrándose el equipo de música y presuntamente prendas de vestir con sangre.

La confesión

Un día después de las detenciones se pudo conocer parte de la historia que llevó a la muerte a Franco, y con un inesperado giro la ocasional niñera de 13 años confesó ser la autora del brutal crimen. La madrugada del fatídico domingo los dos menores de 17 años, quienes según la menor eran parejas de Astudillo y una de sus amigas, concurrieron a la vivienda de la primera en su búsqueda pero al encontrarse con que habían salido comenzaron a gritar despertando a los niños.

Tras su salida, Franco no paraba de llorar lo que terminó exaltando de sobremanera a Vera por lo que lo llevó al exterior de la vivienda y lo golpeó contra una pared de concreto, tras ello lo sumergió en un tambor de 200 litros de agua, perdiendo la vida por inmersión según indicó la autopsia. Pero el cruel hecho no finalizó allí sino que la menor buscó un cuchillo y luego de trasladarlo a la zona de la letrina, desvistió a Franco y lo apuñaló múltiples veces, dejando el cuerpo dentro del pozo ciego.

No paraba de llorar, me molestaba y me descontrolé, no sabía lo que hacía” fueron algunas de las palabras de la menor en medio de su confesión, quedando detenida en la Alcaidía Policial por lo sucedido como autora del crimen.

Abandono de persona

Tras la confesión las cinco personas detenidas fueron puestas en libertad, excepto la madre de Franco quien fue liberada y tras el sepelio de su hijo nuevamente detenida e imputada por abandono de persona agravado por el vínculo, quedando alojada en primera instancia en Seccional Cuarta de Policía y luego de ello en la Alcaidía.

Pero el abandono estaba presente hace tiempo en el hogar, prueba de ello era la situación de Franco que contaba con evidentes signos de desnutrición y producto de ello problemas de locomoción, que dejaban entrever que si bien tuvo tan cruenta muerte bien podría también haber fallecido por esta calamitosa condición.

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