BUENOS AIRES (ADNSUR) - Brenton Tarrant, un extremista de ultra derecha, mató a 50 personas el viernes en dos mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda. Este domingo su familia pidió perdón por ese daño "irreparable". Mientras tanto, la primera ministra Jacinda Ardern anunció que los cuerpos de las víctimas mortales del ataque terrorista comenzarán a ser entregados a partir de este domingo.
La abuela de atacante, Marie Fitzgerald, de 81 años, recordó que ella solía cuidar del acusado y de su hermana cuando eran chicos. "Era un nene normal al que le gustaban las computadoras.Todo cambió totalmente", señaló. Y agregó: "Es muy difícil admitir que alguien de nuestra familia pueda hacer algo así.Desde que viajó al extranjero creo que este chico ha cambiado completamente al chico que conocimos".
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El australiano empezó a viajar tras la muerte de su padre hace varios años, y en los últimos tiempos vivía en la ciudad neozelandesa de Dunedin. Según su abuela, volvió a Australia hace un año por el cumpleaños de su hermana y no parecía cambiado.
En este duro momento, su tío, Terry Fitzgerald, señaló que lo único que puede pensar ahora es en las víctimas: "Lo sentimos mucho por esas familias, por las muertes y los heridos".
El jefe del operativo, Mike Bush, señaló que 36 personas siguen hospitalizadas y dos de ellas se encuentran en estado crítico.