Las dos pistas más fuertes en la búsqueda de Guadalupe: víctima de trata o de un ataque sexual
Tras diez días sin tener rastros, ya se descarta la posibilidad de que la nena se haya perdido. El personal de investigación mantiene que las hipótesis del ajuste narco y el secuestro extorsivo no tienen mucha peso.
Han quedado sin fuerza y casi descartadas las dos hipótesis del secuestro extorsivo y el ajuste narco, el personal a cargo de la investigación de la desaparición de Guadalupe Lucero, de 5 años de edad, en San Luis, la pequeña de quien nada se sabe desde hace 10 días, trabaja sobre las posibilidades de que pueda haber sido víctima de una red de trata de personas o de un ataque sexual.
Esas dos líneas investigativas son las pistas más firmes por estas horas en la causa que instruye el juez penal, Ariel Parrillis, según la agencia de noticias Télam.
Luego de una decena de días de rastrillajes donde las palabras que más repiten al final de cada jornada es "no hay nada aun", este jueves continuaban los operativos, tanto de las fuerzas locales y federales como la del grupo de investigadores que contrató la familia.
Este jueves se rastrillaba en una propiedad ubicada en el medio de un descampado que queda a no más de 500 metros de la casa del barrio 544 Viviendas, de donde desapareció Guadalupe el 14 de junio al anochecer.
Héctor Zavala Agüero, abogado del padre de Guadalupe, dijo este jueves a Télam que "desconoce si existe alguna actuación por parte de la fiscalía", porque "acá el que investiga es el juez y las medidas de control de fiscalía no las conozco".
La investigación comenzó con la posibilidad de que la niña se hubiera extraviado. Eso se desestimó rápidamente cuando se iniciaron los operativos, y en función de la edad de la menor.
El juez Parrillis, durante una conferencia de prensa del 16 de junio pasado, descartó la hipótesis de extravío y sostuvo que a la menor "la tiene alguien".
La pista del posible ajuste de cuentas también fue descartada luego de peritarse los teléfonos de la familia y no encontrar en ellos ningún indicio que pudieran sostener esa presunción.
En tanto, la posibilidad de que haya sido víctima de trata de personas es una de las que continúa en vigencia, debido a la complejidad que involucra el delito y la posibilidad de un secuestro extorsivo también fue descartado.
La línea del secuestro perdió fuerza luego de la recepción de mensajes telefónicos desde un número de México que no fue considerado "prueba de vida", ya que en ningún momento se pidió algo a cambio de la devolución de la niña y se comprobó que las comunicaciones provenían de una plataforma online.
Finalmente, la posibilidad de que haya sido objeto de un ataque sexual continúa vigente debido a la imprevisibilidad de ese accionar y la falta de pruebas colectadas al respecto.
Justamente, en las últimas horas el juez Parrillis pidió que la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) del Ministerio Público Fiscal de la Nación que "lo asista en el análisis de la información recibida como resultado de medidas oportunamente dispuestas en la causa".
10 días sin rastro
Guadalupe desapareció el pasado 14 de junio cerca de las 19.30 de la puerta de la casa de una de sus tías, mientras jugaba a las escondidas con su prima de 3 años en la vereda de la casa de la menor.
Fue la chiquita de 3 años la que advirtió a su mamá y a Yamila, la madre de Guadalupe, que la nena no estaba. Y agregó: "Se fue con una nena grande".
Desde entonces, se han hecho incontables rastrillajes, se disparó el Alerta Sofía, Missing Children difunde fotos de Guadalupe e Interpol la ubicó en Alerta Amarillo.
Además, se sumaron las fuerzas federales al operativo y se lanzó una recompensa de 2 millones de pesos para quien aporte algún dato verídico.
Con información de Clarín y Télam