Liberaron a expolicía condenado por la desaparición de Ricardo Cittadini
Había sido enjuiciado el año pasado por el secuestro del joven en 1976.
TRELEW - El Tribunal Oral Federal Número 5 de Ciudad de Buenos Aires liberó al expolicía Miguel Alcidez Viollaz, condenado en 2016 a cinco años de prisión por el secuestro y desaparición del estudiante chubutense Ricardo Alberto Cittadini, ocurrido el 17 de agosto de 1976.
Viollaz ya gozaba de una detención domiciliaria, pero ahora el tribunal -con voto dividido- decidió la excarelación: los jueces Adriana Palliotti y Oscar Hergott votaron a favor, mientras que Daniel Obligado lo rechazó.
A pesar de que se dispuso su inmediata libertad, su condenada no está firme y existe una apelación para que se eleve la pena a 21 años. Viollaz había sido condenado por los mismos magistrados en septiembre del año pasado por el delito de privación ilegítima de la libertad.
El juez Obligado consideró que correspondía imputar a Viollaz el agravante de la privación ilegal de la libertad por haber durado más de un mes y el delito de tormentos agravados por la condición de perseguido político, cometidos ambos en perjuicio de Cittadini.
La desaparición del estudiante chubutense, que tenía 21 años, ocurrió cuando fue secuestrado junto a otras personas en un departamento de La Plata. Luego fue trasladado a la Comisaría 28 de la Capital Federal, que había sido improvisada como centro clandestino de detención.
Los jueces consideraron que correspondía acceder al pedido de excarcelación formulado por el defensor oficial Germán Carlevaro, conocido porque intervino como querellante durante buena parte de la investigación por la muerte de Alberto Nisman, en representación de las hijas del exfiscal y su exesposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, informó el portal de noticias TN.
La libertad fue concedida habiendo cumplido bajo la modalidad morigerada de detención domiciliaria un tiempo que, de existir sentencia firme, le permitiría acceder al instituto de la libertad condicional, teniendo en consideración la pena que le fuera impuesta.
Fuente: Jornada