Macabro: se hacía pasar por perito, buscaba desaparecidos pero "plantaba" huesos de otros muertos
Marcos Herrero fue policía y participó en varias búsqueda, entre ellas la de Marcela López en Santa Cruz. Era contratado por familias para buscar a personas desaparecidas. Se pudo establecer que colocaba huesos humanos para decir que los había encontrado.
Marcos Herrero, quien actualmente se encuentra libre y viviendo en Río Negro, comenzó a ser juzgado por un tribunal de Mendoza por el caso de Viviana Luna, una mujer que desapareció 2016 y cuyos familiares lo contrataron por sus servicios como adiestrador para que la buscará con sus perros.
El expolicía, quién decía ser también perito, intervino en búsquedas de personas, pero nunca estuvo avalado por el Ministerio de Seguridad de la Nación. Incluso, en 2021 estuvo en Río Gallegos también participando de la búsqueda de Marcela López,
Está siendo juzgado por encubrimiento, estafa y usurpación de títulos, ya que a fines de 2021, contratado por la familia de Viviana Luna, la mujer desaparecida 2016, encontró tan “solo 20 minutos” - en un sitio ya revisado por la Policía -un cráneo y un monedero con anotaciones, con nombres de personas conocidas de Mendoza, como jueces, policías, empresarios y políticos.
El hallazgo generó dudas entre la Policía y a la Fiscalía sobre el trabajo del supuesto adiestrador. Sometieron el cráneo a estudios y rápidamente descartaron que correspondiera a la mujer buscada y establecieron que era de un hombre. Pero además, se detectó en esos restos óseos material genético del adiestrador de perros.
Tras una investigación por lo sucedido, y las sospechas entorno al adiestrador, la Justicia demostró que Marco Herrero había plantado intencionalmente los huesos y había hecho creer que los había encontrado. Pero no sería el único caso, ya que lo mismo habría hecho en Santa Cruz en la búsqueda de Marcela Lopez.
El Laboratorio de Huellas Genéticas de Mendoza determinó dos situaciones graves: a) que los huesos hallados en Potrerillos -restos pertenecientes a un hombre- son iguales a los que el rastreador encontró en San Cruz en otra búsqueda y b) que esas dos muestras están contaminadas por ADN de Herrero.
Es decir que Herrero llegó a Mendoza con esos restos óseos para, burdamente, hacerlos pasar por restos de Viviana Luna. Además, estos huesos se cotejaron con otros que Herrero también había “encontrado” en Río Gallegos durante la búsqueda de Marcela López y el resultado indicó que todos pertenecían a un mismo cadáver: el de un hombre, según publica La Opinión Austral.
El ex policía estuvo detenido durante ocho meses tras ser imputado por los distintos delitos, hasta que en agosto del 2022 le otorgaron la libertad por el tiempo que llevaba arrestado y en relación a la futura condena que podía recibir, excarcelable por los delitos que le endilgan.
Por estos días, Marcos Herrero vive en Río Negro y desde allí - de forma online- sigue el juicio que se lleva adelante en Mendoza, ya que argumentó no tener los recursos económicos para hacerlo.