RÍO GALLEGOS (ADNSUR) - Era el feriado de Pascuas de 2013 en Puerto San Julián, cuando María Britez y Calixta López perdieron la vida tras que su vehículo fuera impactado por otro que corría picadas. Los homicidas fueron dos veinteañeros. En un voto dividido, dos juezas de la Cámara del Crimen decidieron su libertad este miércoles.

La disidencia se dio cuando el juez Joaquín Cabral quiso imponer la pena de ocho años de prisión para Antonio Fernández y de 4 para Daniel Rozas, buscando una condena similar a la que en 2011 impuso a Daniel Mareco, que en una picada terminó con la vida de Leandro Vera.

Sin embargo, las juezas Rosa Núñez y María Vila coincidieron en que el pedido era un exceso e inclinaron la balanza por 4 años para uno de los jóvenes y sólo 2 años para el otro. Como el primero ya estaba detenido desde el día del hecho, por orden del juez de Instrucción de Puerto San Julián, Ludovico Pío Pala, su liberación es cosa de horas.

El fallo se dio a conocer ayer en horas del mediodía. La causa tenía como acusados a Antonio Matías Fernández por doble homicidio simple con dolo eventual y lesiones graves dolosas y a Alberto Daniel Rozas,  por picadas ilegales (Expte. N° 5029/14), informó Tiempo Sur.

El hecho sucedió el 31 de marzo de 2013, a eso de las 19:00,  cuando Fernández conducía una Ford Ranger y corría una picada contra Rozas, que iba en un Renault 19. Era un feriado, con gente de paseo por el tranquilo San Julián y en pleno centro.

Pese a que ambos negaron durante el juicio haber estado corriendo una picada mortal, las cámaras de seguridad de la Municipalidad probaron que así fue y mostraron cómo Fernández embistió el  Chevrolet Corsa Dominio FLQ-961 que guiaba Raúl Stork, provocando que de allí salieran despedidas su madre y su hermana, María Britez (83) y Calixta López (46).María tuvo una muerte horrible. Su autopsia arrojó  politraumatismos, los más graves a nivel torácico con fractura de todos los arcos costales, su columna dorsal se partió en dos, tuvo hemorragia masiva, traumatismo craneoencefálico y hemorragia a nivel cerebral.

Calixta también salió despedida del coche  y su deceso se produjo por politraumatismos, sobre todo uno a nivel del tórax y cráneo. Sus pulmones se desgarraron, al igual que su hígado, entre otros órganos.

El conductor, Raúl, sobrevivió aunque pasó un largo tiempo derivado en Río Gallegos. Su calidad de vida no volvió a ser la misma y falleció hace poco, sin conocer la condena.

Según peritos, la velocidad de la corrida superó los 100 km/h. Con los testimonios y el video de la picada mortal, el juez Joaquín Cabral -que presidia el Tribunal- puso énfasis en que hubo dolo eventual y que entonces, hubo desprecio por la vida, toda vez que quienes corrían pudieron imaginarse el daño que iban a ocasionar, pero prevaleció su intención de “ganar” la carrera.

En el fallo,  al que tuvo acceso TiempoSur se lee que incluso echa mano al fallo Mareco, por el cual se condenó a 8 años de cárcel al homicida al volante de Leandro Vera, hijo de María Sanz, titular de la Agencia Provincial de Seguridad Vial y referente de Estrellas Amarillas.

Ayer mismo, Cabral volvió a pedir 8 años de cumplimiento efectivo para Fernández  que ya llevaba  preso desde el día del siniestro, algo con lo que el juez Pío Pala marcó un hito a nivel país. En el caso de Rozas, cuyo vehículo no impactó contra el Chevrolet, el magistrado pidió 3 años por el delito de picadas ilegales.

La Fiscalía, en la figura de Gabriel Giordano, pidió incluso más y que Fernández pase una década en prisión.

Sin embargo, la jueza Rosa Núñez votó de forma contemplativa en función de la edad de los sujetos y de que hayan pedido perdón a los familiares de las víctimas durante el juicio.

Para Núñez, a quien adhirió a pleno Vila, “la actitud imprudente” y la “inobservancia de las normas de tránsito” para participar de lo que denominó un “desafío de velocidad”, no significa que haya tenido la intención de matar. La Jueza entiende que la teoría del dolo eventual no es práctica para el derecho penal, sino que más bien debe colocarse en el plano del “dogma jurídico”.

Así, las magistradas impusieron la pena de 4 años para Fernández, que al haber cumplido la mayoría de la condena, recuperará su libertad de inmediato. Para Rozas, las juezas impusieron una condena de 2 años, por lo que nunca estará preso.

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