Piden enjuiciar a un jefe del Regimiento de Caballería por abusos y maltratos
La Fiscalía Federal de Esquel solicitó este jueves la elevación a juicio de un integrante de la jefatura del Regimiento de Caballería N°3 del Ejército Argentino por los delitos de coacción y abuso de autoridad militar que tuvieron como víctimas a tres soldadas voluntarias entre 2017 y 2018.
ESQUEL (ADNSUR) - El fiscal federal subrogante Federico Baquioni Zingaretti entiende que el acusado, un jefe del Regimiento de Caballería N°3 del Ejército Argentino de Esquel, cometió el delito de coacción sobre dos soldadas voluntarias mediante amenazas que "fueron proferidas sin motivos legítimos y en un contexto de especial vulnerabilidad" por la asimetría jerárquica, para mantener relaciones sexuales.
El fiscal indicó en su requerimiento de elevación a juicio que el imputado tiene que responder también por el delito de abuso de autoridad militar, previsto en el artículo 249 bis del Código Penal, en perjuicio de una tercera mujer.
En el requerimiento, Baquioni Zingaretti indicó que el acusado, abusando de su rango jerárquico, "hizo uso de amenazas con el objeto de doblegar la voluntad de las mujeres para que accediesen a mantener relaciones sexuales. Además, aplicó castigos -como el cambio de tareas e incluso impuso a una ellas rigurosidades físicas- perjudicándolas en su salud psicológica e intentando coartar su libertad de decidir sobre su vida sexual".
Dicha superioridad, siguió el fiscal, "le daba facultades de control sobre los puestos donde estaban las voluntarias, permitiéndole actuar cuando ellas estaban solas, y por lo general en horario nocturno"; y por otro lado, "imposibilitaba o dificultaba que las soldados hicieran la denuncia", en tanto estaban denunciado a un jefe del Escuadrón.
La causa se inició en abril de 2018 por la denuncia realizada por una de las víctimas en la Comisaría de la Mujer de Esquel, y tras la investigación, se determinó que otras dos mujeres fueron víctimas también del acusado.
La joven denunciante contó que el imputado solía ir al Casino de Oficiales, donde ella trabajaba y cuando estaba sola, le hacía insinuaciones de tipo sexual, con propuestas de ascensos si aceptaba y amenazas de las consecuencias que debería afrontar si no accedía a sus pedidos.
Además, la soldada afirmó que siempre le transmitió su negativa a esas propuestas y que en represalia el jefe comenzó a maltratarla delante de sus compañeros y también la obligaba a realizar actividades que ella no podía hacer por problemas de salud.