Primer día del juicio por la emergencia climática: “No hay delito ni irregularidades”, aseguraron dos abogados defensores
Con una audiencia que se extendió por varias horas, hasta pasadas las 18 horas, concluyó la primera jornada del juicio oral y público por la emergencia climática, en la que el fiscal Cristian Olazábal presentó la primera parte de sus alegados contra los 13 imputados, aunque todavía no terminó con el alcance final de la acusación, según pudo saberse.
La jornada se inició este martes sobre las 8 de la mañana, tal como estaba previsto, en una instancia en la que comparecieron los imputados y sus abogados defensores, entre los que estuvieron presentes Abel Boyero y Rubén Palomeque, dos de los hombres fuertes del gabinete municipal en el año 2017, cuando se desató la tormenta y ocurrieron los hechos que buscan juzgarse.
El abogado defensor de Boyero, Guillermo Iglesias, dijo durante un cuarto intermedio que a su criterio las acusaciones no configuraron delitos supuestamente cometidos por su representado:
“Hasta ahora se escucharon solamente comentarios, hasta ahora no apareció el delito -ironizó-, es mi opinión y por supuesto el fiscal piensa lo contrario. Estoy convencido de que mi defendido es inocente, porque las pruebas así me lo indican”.
Por otra parte, ADNSUR pudo dialogar con el abogado Fabián Gabalachis, que representa a los empresarios Roberto Monasterolo y Julián Astiz.
“Hoy se está cumpliendo la formalidad que es la presentación de la acusación, algo que no es novedoso par anosotros porque lo conocemos desde hace 3 años. Sostienen que se facturaron horas de máquinas no realizadas, pero venimos sosteniendo que no es así, que las obras sí se realizaron, si bien fue en un marco muy especial, que era el desorden producto de la emergencia que se estaba viviendo”.
Para Gabalachis, no hubo irregularidades durante los trabajos para retirar el barro de la ciudad, tras la tormenta de abril de 2017:“Sería muy complejo, había una gran cantidad de personas involucradas y tendría que haber una connivencia de tal magnitud que tendríamos que sospechar de todo el mundo, que todos hacen las cosas mal y tiene razón el fiscal. No es así, hay funcionarios honestos y esto ha motivado controles del Tribunal de Cuentas que en su momento no detectó ninguna irregularidad”.