Se cumplen cuatro años de la masacre de Standard, el femicidio más violento de la historia de Comodoro
Un día como hoy pero de 2016, el prefecto Osvaldo Marcelo Soria ingresó a la casa de su ex pareja, con quien tenía dos hijos, y mató al hermano de la mujer, a su madre y una de sus hijas. Además, hirió a otro hijo de la mujer y luego se suicidó. Se cumplen cuatro años del femicidio más violento de Comodoro, pero la historia no deja de repetirse.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Eran cerca de las 4 de la madrugada cuando Osvaldo Marcelo Soria (45), un agente de Prefectura ingresó por una ventana a la casa de su ex esposa y desencadenó la mayor masacre de la que Comodoro tenga memoria.
Era el 12 de septiembre de 2016, y el hombre ingresó por la ventana al dormitorio donde dormía Fabiana, su ex pareja. No le dio tiempo a nada, la golpeó e inició una cacería por el interior de la vivienda.
Aunque nunca declaró, porque luego de la masacre se suicidó, tenía bien pensado lo que iba a hacer. Soria mató a su suegra, a su cuñado y a la hija de su pareja. También quiso hacer lo propio con el hijo, pero los tres tiros que le disparó no pudieron con él y alcanzó a escapar.
El femicida era ayudante de segunda de la Prefectura Naval Argentina. Cumplía funciones en el destacamento que está ubicado en la calle Máximo Abásolo, pleno centro de la ciudad.
Seis meses antes se había separado de la mujer. Era violento y la maltrataba. Incluso en 2011 ella lo denunció por violencia de género. Esa denuncia habría sido un constante conflicto entre ellos: Soria exigía que levante la denuncia porque temía que nadie su legajo profesional y lo echen de la fuerza.
Esa noche, previo a la masacre, él se acercó a la Comisaría de Kilómetro 8 y dijo que la mujer le había dañado el parabrisas de su vehículo y le había arrojado piedras al techo de la casa. Vivía a solo 50 metros de distancia. Sin embargo, los agentes de policía nunca imaginaron que todo iba a terminar en una tragedia.
UN PRIMER AVISO
A su ex cuñado le disparó dos veces en el pecho. El cuerpo quedó tirado al costado de la cama. A su ex suegra también la ultimó de dos disparos. En un pasillo le pegó un tiro en la cabeza a la adolescente que falleció dos días después, y el otro joven logró escapar luego de recibir un disparo en la mejilla, otro en el hombro y el restante en una pierna.
Soria luego del ataque se pegó un tiro debajo del mentón. Sus hijos, su cuñada y otro chico fueron testigos de todo lo ocurrido aquella madrugada.
Tras la masacre hubo marchas en pedido de justicia por el centro de la ciudad y personal policial de la Brigada de Investigaciones allanó la sede de Prefectura en Comodoro Rivadavia.
El jefe de fiscales, Juan Carlos Caperochipi, y la fiscal de delitos complejos, Camila Banfi, iniciaron una causa de oficio para tratar de determinar si hubo o no incumplimiento de deberes de funcionario público por parte de las autoridades de esa fuerza naval donde prestaba servicios Soria (45), en virtud que ya había sido denunciado por la mujer y le habían iniciado un sumario por esas acciones, que incluso llevaron a que le quiten el arma preventivamente.
Con el caso de Yanina Montes, la joven que fue asesinada en las últimas semanas en Comodoro, es inevitable reflexionar sobre los femicidios en la ciudad. A pesar que pasaron cuatro años la historia se vuelve a repetir. Luis Gomez, su ex pareja y principal acusado del ataque, también había sido denunciado por violencia de género. Sin embargo, la advertencia de nada sirvió y la joven fue asesinada de al menos 80 puntazos en todo su cuerpo. La tragedia una vez más se podría haber evitado.