Se cumplen dos años del femicidio de María Soledad Arrieta
El 5 de febrero de 2018 durante la madrugada, María Soledad Arrieta fue golpeada, extrangulada y prendido fuego por su ex pareja, Gustavo Servera, quien en principio indicó que delincuentes quisieron robar en la vivienda que compartían y asesinaron a la mujer. No obstante se comprobó que se trató de un femicidio y fue condenado a prisión perpetua.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Un crimen que conmovió a Comodoro Rivadavia fue el de María Soledad Arrieta, de 38 años de edad, quien fue asesinada por su ex pareja con quien compartía el mismo domicilio ubicado en calle Juan Manuel de Rosas al 3600 del barrio Abel Amaya.
La noche del 5 de febrero de 2018 alrededor de las 2 de la madrugada un llamado al Centro de Monitoreo advertía que en medio de un robo una mujer había sido asesinada, que fue justamente encontrada por su ex pareja e hijos quienes retornaban a la vivienda tras haber salido a andar en bicicleta.
La mujer estaba en la zona del quincho donde vivía en aquel momento, recostada en la cama. Había sido golpeada, estrangulada con un cable y prendida fuego, luego se comprobó que aún estaba con vida cuando fue incinerada tras ser rociada con un líquido inflamable.
Ante tal brutalidad los investigadores notaron la saña con la que se había producido el hecho contando con vestigios de un crimen pasional y al no encontrar ventanas abiertas ni signos de que hubiera ocurrido un ilícito contra la propiedad las principales sospechas comenzaron a recaer en la ex pareja, Gustavo Servera quien terminó detenido el mismo día del asesinato.
Más tarde se conoció el calvario que vivía Arrieta, quien no solo era sometida a diversas situaciones de violencia física y psicológica sino también del tipo económica, siendo vulnerada una y otra vez por su ex pareja lo que hizo que muchas veces permaneciera en su vivienda por miedo a salir y tener un trágico final como el que terminó teniendo.
En el mes de septiembre de 2019, Servera pasó por juicio oral y público donde familiares y amigos ventilaron varias situaciones que vivía la mujer y de la que fueron testigos que daban cuenta de cómo vivía Arrieta: aterrada y con una constante y latente sensación de que en cualquier momento podía perder la vida en manos de su ex pareja. Los celos del hombre eran tales que según el relato de amigas cuando concurrían a visitar a la víctima, subía al techo y a través de la chimenea intentaba conocer de qué hablaban, le revisaba el celular y hasta escondía la ropa, incluso no le permitía ingresar a la vivienda donde estaban los alimentos.
Es así que el tribunal de debate presidido por el juez Martín Cosmaro y los jueces Mariel Suarez y Jorge Novarino, éste último de Sarmiento, decidieron declarar a Servera penalmente responsable del delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por ser cometido por un hombre contra una mujer, mediando violencia de género”, siendo condenado a prisión perpetua al darse por probado que víctima y victimario mantenían una relación signada por la violencia de género y siendo Arrieta quien se encontraba en una situación de subordinación y sometimiento basada en una relación desigual de poder.