Se espera sentencia por aborto mortal con agujas de tejer y alambre
La víctima tenía 35 años. Fue en Trelew.
TRELEW - Luego de un juicio abreviado, una mujer del barrio Tiro Federal de Trelew recibirá sentencia mañana (martes) por haber practicado un aborto clandestino a una vecina, que terminó muerta por la mala práctica. Para el procedimiento le introdujo agujas de tejer, alambre y un catéter.
El 28 de agosto de 2013 las mujeres se encontraron en la humilde casa de la víctima, en calle Martín Rodríguez del barrio Corradi. El intentó falló.
Al día siguiente, cerca de las 14, probaron de nuevo. Ocurrió en la habitación de la embarazada. El procedimiento causó una lesión en el cuello uterino que se complicó y esa misma tarde terminó con la vida de la mujer, en la misma casa y frente a la misma acusada.
La que avisó al 107 del Hospital Zonal fue la hijita de la víctima, que pidió una ambulancia cuando vio a su madre desvanecida. Acudió un médico de guardia que comprobó la muerte. Cuando llegó la Policía encontró el cuerpo tirado sobre la cama matrimonial, vestido, con los pies colgando. Tenía 35 años.
Quien recibió a la ambulancia y a los uniformados fue la propia imputada. Primero se mostró tranquila y mintió: dijo que tomaban mate cuando la chica se desvaneció.
TESTIMONIOS
Fue clave el testimonio en Cámara Gessell de un nene, hijo de la fallecida. Contó que esa tarde llegó “la señora” a la casa y tomó mate con su madre, mientras él y su hermanita miraban la novela. La visita era pelirroja, algo gorda y media alta, con un tatuaje en un brazo. Ambas se fueron a la habitación mientras que él se quedó en la computadora y la menor con su muñeca.
El chico se fue a jugar al fútbol y al volver, escuchó al menos cuatro gritos de dolor de su mamá. Cuando ya no se oyeron más la señora salió de la pieza y les pidió que llamaran a una ambulancia. A él se lo llevaron a casa de su padrino. Su padre –expareja de la víctima- se quedó en el lugar.
El pequeño sabía que su madre estaba embarazada y que a la “señora” le había mandado un mensaje “porque quería que le sacara al bebé”. También que “le tenía que poner una cosa y que eso iba a matar al bebé”.
La hija declaró que en un momento, su mamá salió de la pieza y le pidió poner agua para al mate. Cuando le llevó la pava la vio desnuda y con las piernas abiertas. Luego no sólo escuchó los gritos sino también cachetadas. “La señora” salió nerviosa y le pidió la ambulancia. Antes de llamar al Hospital la visitante les pidió a los hermanitos que dijeran que mientras tomaban mate, su mamá se había desmayado.
La nena notó que al llegar la ambulancia su madre estaba vestida, “por lo que supone que esta señora la había vestido”. Le tomaron el pulso y le dijeron que estaba muerta.
“Vio que en la habitación la mujer tenía una sonda, unos palillos para coser y unas pastillas para el dolor, elementos que quedaron en la casa y que seguramente escondió por algún lado”, reveló. La nena explicó que a los enfermeros no les dijo nada de lo que había pasado porque pensó que en ese momento su mamá estaba viva y si decía algo, “tal vez iría a la cárcel”.
El informe forense confirmó sangre fresca en los genitales de la mujer. Extrajeron su útero y se halló un embrión de nueve semanas de gestación. La zona estaba muy inflamada y con rastros de materiales extraños.
En la casa secuestraron un catéter y escondidas detrás de un televisor, dos agujas de tejer de metal con un capuchón rojo plástico, con manchas de sangre, y un trozo de alambre de 40 centímetros. En la vivienda de la acusada se incautaron gasas, un celular y más agujas.
NO LO QUERÍA
El Ministerio Público Fiscal pudo averiguar que la víctima días previos había comentado que tenía una amiga que “ponía la sonda” para abortar al bebé. Y que en el primer intento la acusada no logró colocar el instrumento porque no halló el útero y ya era mucho dolor.
“Su madre les había dicho que no quería tener ese bebé porque su novio era un hombre malo, la trataba mal y la molestaba y eso lo podía hacer el resto de su vida”, dijeron los hijos. La víctima llegó a pedirle a su exesposo que le introdujera las sondas. El hombre se negó.
La responsable admitió el episodio. Fue juzgada por homicidio culposo. La pena más probable es dos años en suspenso, concurrir a la Oficina de Ejecución de Pena dos veces por año, no usar estupefacientes ni alcohol, ni cometer nuevos delitos. Lo decidirá mañana (martes) el juez Marcelo Nieto Di Biase.
Fuente: Jornada