Sobornos: La Justicia investiga a la familia de De Vido
CAPITAL FEDERAL - La causa de los cuadernos de las coimas tiene varias líneas de investigación desde que se inició, en abril. Pero en estos días se sumó una nueva: el estudio de los entornos de varios de los exfuncionarios implicados. La Justicia posó ahora su vista en los movimientos de la familia de Julio De Vido. Mientras el exministro, detenido en Marcos Paz, va y viene entre el penal y los tribunales, los movimientos de su esposa, Alessandra Minnicelli, y de su fundación Fonres, especializada en temas de responsabilidad social empresaria, son motivo de atención judicial. Sospechan que se trata de un camino más para facturar a empresas de primera línea, muchas de ellas reguladas por su marido. Los hijos del exministro, Santiago y Facundo, también son investigados.
Minnicelli, cuyo hermano estuvo prófugo y luego fue detenido en la causa de la mafia de los contenedores, oficia por estos días como un centro de decisiones jurídicas en torno a su marido. Prácticamente cada uno de los movimientos procesales que se toman en cada una de las causas que lo tienen como parte se consulta con quien fue adjunta en la Sindicatura General de la Nación (Sigen).
Pero la lupa no sólo se queda en la esposa del exministro. Dos de los hijos de De Vido, Facundo y Santiago, también están en el centro de atención de la Justicia. Facundo, por caso, fue empleado en relación de dependencia de Nelly Entertainment, una sociedad anónima que está relacionada con los negocios artísticos de Jorge "Corcho" Rodríguez. El hijo mayor de De Vido trabajó en relación de dependencia de abril de 2012 a mayo de 2017 en Nelly. La productora, además, produjo un disco del cantante de la familia.
El otro hijo, Santiago, está mencionado varias veces en los cuadernos escritos por Oscar Centeno. En reiteradas oportunidades, se reunió con empresarios junto al ahora detenido Roberto Baratta. Varias reuniones, de las que incluso existen filmaciones, se realizaron en un local gastronómico de un museo ubicado en Avenida del Libertador, en pleno Palermo. La mayoría de ellas eran con Carlos Mundin, un empresario dueño de la firma especializada en construcción de obras energéticas BTU.
Mundin, que está detenido desde el 1º de agosto, cuando el juez Claudio Bonadio decidió la detención de hombres de negocios y exfuncionarios, es uno de los pocos empresarios que permanecen en un penal y que no se sumaron a la lista de imputados colaboradores.
Pero el epicentro de la investigación está en la actividad de Fonres. De acuerdo con una investigación de LA NACION, Minnicelli, a través de la fundación, asesoró a Electroingeniería en la licitación para la construcción de las dos represas patagónicas de Santa Cruz. Así surge de documentos internos de la empresa cordobesa, de correos electrónicos y de testimonios que recopilaron los periodistas Pablo Fernández Blanco y Hugo Alconada Mon.
De acuerdo con aquellos registros, ayudó a la compañía que luego se quedó con la construcción del proyecto de infraestructura más grande de la Argentina de las últimas décadas. Hasta ahí no hay tanto para impugnar, salvo que el ministerio que adjudicó el proyecto lo conducía, entonces, su marido.
Durante los primeros cuatro años de gestión kirchnerista, Minnicelli era una de las encargadas de controlar y velar por la transparencia desde la Sigen. Obviamente, uno de los auditados era su marido.
Pero desde que dejó la gestión pública, en diciembre de 2007, cuando asumió Cristina Kirchner, Laly, como la conocen en el círculo del kirchnerismo, se convirtió en asesora de responsabilidad empresaria.
La creación de Fonres contó con dos socias. Una de ellas era la mujer de Guillermo Moreno, Marta Cascales. La otra, Susy Bello Knoll.
En aquellos primeros años, la fundación realizó varios proyectos. Uno de ellos se llamaba Lo nuestro a olla. Se emitía por Telefé y trataba sobre recetas de cocina elaboradas con alimentos más baratos. Era común, entonces, ver apoyos del programa que solían ser regulados y controlados por la mano férrea de Moreno y De Vido.
Con el tiempo, las socias se alejaron y Fonres se concentró en otras actividades. Claro que nunca abandonó un revista que se publicó en papel durante años y que después pasó a ser digital. La línea editorial siempre giró en torno a la temática de la responsabilidad social empresaria y a la sustentabilidad de los negocios. Hubo, claro está, algún desliz. Por caso, en la edición de marzo de 2015, Minnicelli no se privó de ilustrar la tapa con una foto suya con el papa Francisco.
Durante el kirchnerismo, Fonres organizó varias exposiciones de responsabilidad social empresaria (RSE) junto a la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS), también de Minnicelli. Se trató de eventos multitudinarios que contaron con el apoyo de muchas empresas. Varias de ellas señalaron que los comercializadores acudían a venderles espacios y mencionaban el nombre de la mujer de De Vido con el objetivo presumible de "predisponerlos" favorablemente a la oferta. En ningún caso mencionaron ningún tipo de coerción directa. Los hijos de De Vido no tuvieron demasiada vida comercial propia. Facundo, que fue empleado de la Jefatura de Gabinete de noviembre de 2003 a marzo de 2006, trabajó después en una empresa de asesores de seguros, para luego recalar en Nelly. Santiago, según cuentan en Córdoba, estaba muy involucrado en el negocio de la venta de motos. Gran parte de las firmas que tuvieron un crecimiento exponencial en el mercado de las dos ruedas lo sindicaban como un lobbista de lujo. Eran épocas de cupo para importar y autorizaciones discrecionales.
En las anotaciones de Oscar Centeno hay varios viajes a los domicilios a entregar, entre otras cosas, alguno que otro sobre con dinero. De la hija, Valeria, poco se sabe. Apenas que hasta febrero de este año figuraba como empleada del Consejo de la Magistratura.
Fuente: La Nación/Por Diego Cabot