Un asesino se cree gato y amenaza con suicidarse porque lo obligan a bañarse
El hombre de 36 años está detenido en una cárcel de Mendoza, acusado de matar a su mamá y a su tía. Dice ser un gato y se comunicó con sus abogados para advertirles que "dejaría de comer hasta morir” porque lo obligaron a bañarse.
MENDOZA (ADNSUR) - Gil Pereg es un israelí que está detenido en Mendoza, acusado de asesinar a su mamá y a su tía. Advirtió que quiere suicidarse porque lo obligaron a bañarse en la cárcel y le tiene fobia al agua. Así lo hicieron saber sus abogados, que ya presentaron un recurso de amparo para proteger la integridad psico-física de su cliente.
El hombre que dice ser un gato se comunicó con sus abogados para contarles la situación y advertirles que por ese motivo "dejaría de comer hasta morir".
En diálogo Canal 9 de Mendoza, sus letrados denunciaron que su defendido fue golpeado para poder ser higienizado a pesar de que sufre de hidrofobia y solicitaron su traslado a una institución psiquiátrica de máxima seguridad de Buenos Aires.
"Nos llamó muy exaltado diciendo que se iba a suicidar", explicó su abogado Maximiliano Legrand. En ese sentido, señalaron que "es totalmente sensible al agua" y resaltaron que "para bañarlo lo llevaron esposado hasta las duchas, lo golpearon y ahí lo bañaron".
Pereg estaba en pésimas condiciones sanitarias cuando lo bañaron e incluso había amanecido ese día entre sus propios excrementos.
HOMICIDIO
Pereg nació en Israel y adoptó otro nombre cuando decidió mudarse a Mendoza en 2007: se hacía llamar Floda Reltih (anagrama de Adolf Hitler) y en algún momento tuvo una rotisería, informó TN.
Su tía Lily Pereg y su madre, Pyrhia Saroussy, viajaron a la Argentina en para visitarlo a principios de este año pero desaparecieron unos días después y el exsoldado aseguró que habían sido secuestradas. La búsqueda terminó cuatro días después, cuando encontraron los cuerpos de las hermanas tapados con piedras en la casa donde vivía Pereg. Las habían asesinado: una a tiros y la otra, a golpes. En el lugar, además, encontraron 37 gatos, a quienes el acusado consideraba sus "hijos".