MAR DEL PLATA - El video del empresadio Mauricio Ríos fue subido a redes sociales y luego eliminado, pero previamente se había viralizado y fue copiado por numerosos usuarios. En él, con la música de Los Palmeras de fondo, el empresario marplatende exhibe -junto a las gruesas cadenas de oro en el cuello- varias botellas de caro champagne y whiskey.

Mauricio Ríos esta semana se convirtió en uno de los seis imputados por usurpación de vivienda en Cariló, según lo dispuso el fiscal Eduardo Elizarraga, a cargo de la investigación. "Está grabado dentro de la casa usurpada, ese es el quincho que da al golf", señalaron a La Nación fuentes que tuvieron acceso a esa propiedad.

El caso salió a la luz cuando la titular del inmueble, Viviana Villena, hace dos semanas llegó al domicilio de Leñatero 565, en inmediaciones del Cariló Golf Club, y no solo se encontró con su casa habitada por extraños: también la habían pintado de otro color, realizado algunas reformas y hasta puesto un cartel con un nombre que la identificaba: "Volver a vivir", la habían bautizado los ocupantes.

Cuando la justicia autorizó el desalojo, en el interior se encontró una enorme cantidad de bebidas alcohólicas con etiquetas de alto precio; también cajones completos con frutas y verduras y una particular decoración en el living: un cuadro de generosas dimensiones con la foto de Néstor y Cristina Kirchner.

Según ha trascendido, a Ríos se lo vincula con Rudy Ulloa, un exchofer del expresidente que derivó en millonario empresario en Santa Cruz. En Mar del Plata fue propietario de una cadena de mini mercados, de un balneario donde afrontó protestas por problemas con pago de salarios a guardavidas y también un restaurante, ya cerrado.

Antecedentes

El fiscal tomó nota de pruebas y algunos antecedentes que lo llevaron a dar intervención a una unidad de la Procuración General especializada en delitos económicos para analizar la posible existencia de otros hechos vinculados a movimiento y origen de dinero.

El reclamo de Villena contó con el apoyo del municipio de Pinamar, desde donde hace dos meses habían lanzado quejas por las demoras en las causas por usurpación en el distrito. Malestar que tradujeron en un pedido de separación del cargo y enjuiciamiento para Elizarraga por supuestas irregularidades en su desempeño.

La propietaria llegó a Cariló con documentación que la acredita como presidente de una sociedad que es titular de este inmueble que, ya en el verano, había estado ocupado por otras personas. La dueña dijo a La Nación que en enero estuvo para pasar allí sus vacaciones y se encontró con una pareja de adultos mayores que estaban viviendo en su casa.

Cuando fue a reclamar en sede fiscal los ocupantes presentaron un contrato precario que los ubicaba como supuestos inquilinos. Frente a las demoras en la definición judicial, optó por volver a su casa en Capital Federal. Luego, por las restricciones que la cuarentena impuso para viajar por el país, ya no pudo regresar hasta principios de este mes, cuando en Pinamar se autorizó el ingreso de propietarios no residentes.

Esta vez la sorpresa fue mayor: el pasado 4 golpeó la puerta de su casa, donde se escuchaban gritos y risas desde la piscina, donde disfrutaban más de diez personas. Villena estuvo allí acompañada por el secretario de Seguridad municipal, Lucas Ventoso.

Tres autos

Estacionados en el acceso a la casa había al menos tres autos. Uno de ellos tenía la chapa patente duplicada con otro cuya titular reside en Capital Federal. El vehículo fue secuestrado y luego se confirmó que tenía numeración de motor también adulterada, delito por el que se abrió una causa, en este caso a cargo del fiscal Juan Pablo Calderón, también de Pinamar.

Elizarraga trabajó durante las últimas semanas sobre documentación y un conjunto de datos que lo llevaron a determinar seis imputaciones por usurpación de vivienda. Entre ellos está Ríos. Todos están citados a indagatoria para esta semana, entre mañana y el próximo viernes.

Si bien no aparece en los papeles que exhibieron quienes vivían en la casa de Leñatero 565 durante estos últimos meses, en la causa sí se pudieron sumar datos que involucran a Ríos como la persona que contrataba y pagaba las obras que se realizaron. Entre ellas la pintura (la casa pasó de tonos ocres a colorado intenso), instalación de equipos de aire acondicionado, cerramientos en la terraza y hasta una cascada que lucía en el ingreso.

El municipio también aportó algunos datos. Según publicó el diario Clarín, Ríos tiene otros antecedentes que podrían complicar su situación. De acuerdo a un informe Central de Deudores del Sistema Financiero del Banco Central solicitado por la Secretaría de Seguridad de Pinamar, a su nombre constan 721 cheques sin fondos por un monto superior a los 17.7 millones de pesos.

Fuente: La Nación

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