Un escribano y un abogado están acusados de estafar a un millonario heredero chubutense
Están acusados de sacarle propiedades por valor de $ 28 millones a un joven incapaz que quedó solo en 2009 tras el brutal asesinato de su madre.
RAWSON (ADNSUR) - Un escribano y un abogado están acusados de estafar a un millonario heredero chubutense, según informa diario Jornada. Según la Justicia, ambos junto a un tercer hombre le sacaron propiedades por un valor de $ 28 millones a un joven incapaz que quedó solo en 2009 tras el brutal asesinato de su madre.
La víctima se llama Roberto Sartaja y es hijo adoptivo de Ana María Fontana, una docente jubilada de Gaiman que el 21 de agosto de 2009 fue brutalmente asesinada, informó Jornada.
Mientras que los imputados son Diego Armocida, quien es asistido por la defensora pública Romina Rowlands; el escribano de Rawson Agustín Ojeda Ton, representado por el defensor Gustavo Uad; y el abogado Daniel González, también capitalino, quien asumió su propia defensa en el caso.
La causa llegó a una instancia en que los jueces deberán resolver sobre la impugnación presentada por los defensores de los acusados contra una decisión del juez José García, quien no hizo lugar a la posibilidad de la aplicación de medidas alternativas al no contarse con el consentimiento de la propia víctima, la querella y la Fiscalía.
Por esta instancia, la última semana hubo una audiencia en Trelew, donde los defensores insistieron ante los jueces para que se dé validez a una salida alternativa, que incluye la restitución de varios bienes involucrados en la presunta estafa.
Mientras que el fiscal general Fabián Moyano, la querella representante del joven perjudicado y la Asesoría de Familia, en las personas de Fernanda Baskov y Pablo Rey, se mostraron a favor de sostener la decisión del juez y seguir adelante con la causa.
LA PRESUNTA ESTAFA
La víctima, hijo único de Fontana y sin otros familiares que lo asistan, cuando murió su madre, debió enfrentar solo y desvalido el control de una serie de bienes, cobro de alquileres, pago de las deudas y el manejo de fondos depositados en entidades bancarias.
Según confesó Sartaja, desconocía todo manejo al respecto y no tenía noción de la cantidad de bienes que había heredado de su madre: doce propiedades inmuebles localizadas en Gaiman, Trelew y Playa Unión, además de dos vehículos.
A mediados de 2011, conoció a Armocida, quien junto a su familia se fueron acercando con la promesa de apoyarlo y ayudarlo ante el difícil momento que le tocaba vivir.
Armocida, que era dueño de una panchería que funcionaba en la plaza central de Gaiman, se fue ganando el afecto y confianza del joven y antes de finales de ese año le manifestó que lo estaban por desalojar de la chacra en donde vivía, y lo convenció de irse ocupar un espacio en ese lugar.
Armocida comenzó a manejarse como virtual dueño del lugar y comenzó a interesarse por los bienes sucesorios de Sartaja, y también a ver las escrituras de las propiedades y los contratos de alquiler.
Finalmente, Armocida lo convenció de cambiar de abogado y de firmar unos papeles, entre otros trámites. Así fue que le hizo rubricar un poder judicial en la escribanía de Ojeda Ton a favor del abogado González. Armocida, a su vez, se hizo de todas las escrituras, documentos y contratos de alquileres de la madre de Sartaja.
En diciembre de 2011, el joven heredero comenzó a firmar varios documentos inducido por Armocida sin tener pleno conocimiento de las consecuencias legales de los mismos.
Y en junio de 2012, Armocida y el abogado González lo llevaron a la ciudad de Rawson con la excusa de firmar una documentación de importancia para su patrimonio. La rúbrica se hizo en la escribanía de Ojeda Ton. A través de la firma simultánea de varias escrituras, todas en un mismo día, la víctima vendió e hipotecó casi todas sus propiedades sin recibir un centavo a cambio.
Según la acusación de la Fiscalía, los tres acusados se repartieron tareas, abusándose de la inexperiencia y la incapacidad de la víctima.
Fuente: Jornada.