¿Cómo es el proyecto eólico que podría llegar a Comodoro de la mano de inversores chinos?
No se puede afirmar hoy si las gestiones culminarán con éxito, pero algo es seguro: tanto desde el gobierno provincial como desde el ámbito municipal se trabaja para interesar a inversores chinos en reactivar el parque eólico Antonio Morán de Comodoro Rivadavia.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - La inquietud no está lejos de realizarse: si bien de baja escala, con “sólo” 40 Mw y una inversión de 50 millones de dólares, el anclaje comodorense podría llegar de la mano de otra iniciativa, de mayor escala, que prevé un desembolso de 400 millones de dólares en total, para avanzar en el parque eólico ‘El Angelito’, de 200 Mw, en plena zona de meseta chubutense.
No hay dudas de los vínculos entre el gobierno de China y los gobiernos de la Argentina. Esto se refleja a través de los llamados “swap”, o intercambios de moneda que en la práctica funcionan como un préstamo, que el gobierno de Xi Jinping ha acordado sucesivamente con mandatarios argentos, a un lado y otro de la grieta: fue así en 2014 con Cristina Fernández, lo que tuvo continuidad en 2016 y 2018 en acuerdos renovados con Mauricio Macri. Recientemente, en julio de este año, esos vínculos se ratificaron con el actual presidente, Alberto Fernández.
En ese “intercambio”, China aportó yuanes equivalentes a unos 20.000 millones de dólares, que el Banco Central argentino puede contabilizar como parte de sus reservas, mientras China “guarda” un equivalente en pesos argentinos, según explican los especialistas.
No se trata sólo de generosidad, ni de una fe ciega de los chinos en el recupero del peso argentino, del que cada criollo con mínima capacidad de ahorro busca desprenderse para comprar dólares. Más bien se vincula con la búsqueda de un liderazgo internacional que el gigante asiático ha comenzado a consolidar con paciencia propia de aquel país, desplazando cada vez más al escorado barco timoneado hasta aquí por Donald Trump, mientras apalanca inversiones de sus empresas y consolida objetivos geo políticos que algunos analistas ya denominan, en tono crítico hacia aquella expansión, como “la nueva ruta de la seda”.
Argentina no está lejos de esa mirada: una de las líneas marítimas previstas por el gobierno chino prevé llegar a Sudamérica por el Pacífico y conectarse al Atlántico a través de una línea ferroviaria. No está de más recordar, en ese contexto, que el postergado corredor bioceánico une ambos mares, entre Puerto Chacabuco y Comodoro, a través de poco más de 400 kilómetros de tierra.
Un proyecto chino en Comodoro
El intendente Juan Pablo Luque confirmó esta semana que entre las gestiones realizadas en Buenos Aires incluyó en su agenda un encuentro con representantes de “una de las empresas chinas más grandes del mundo en materia eólica”, en procura de generar la posibilidad de que una de esas compañías llegue a interesarse por la reactivación del parque Antonio Morán.
Una segunda línea de trabajo, según pudo saber esta columna, es impulsada desde ámbitos provinciales. No hay precisión de cuál es el grupo empresario, pero sin embargo trascendieron detalles que hablan de la viabilidad del emprendimiento, que está en fase de evaluación técnica. Un parque eólico de 40 Mw, generados a través de 10 generadores de 4 Mw cada uno, revitalizaría el parque eólico comodorense, que a partir del desmantelamiento de las máquinas más viejas (que producen 0,75 Mw, es decir que equivalen a apenas un quinto de la potencia de los nuevos equipos) está generando nuevos espacios disponibles.
¿Cuál sería el interés de un gigante chino, en un parque de baja escala, comparado con otras potencias? En realidad, la operatoria formaría parte de un proyecto más ambicioso, ya que se vincularía al proyecto conocido como “El Angelito”, en la meseta chubutense, que apunta a generar 200 Mw. Ese parque eólico tendría garantizados dos puntos de venta: la vinculación al sistema interconectado nacional, ya que se instalará un punto de seccionamiento en la línea de 330 Kv que une Futaleufú con Puerto Madryn; y una eventual demanda del “corredor minero”, que consumiría unos 50 Mw de ese parque, si es que en la provincia se define avanzar en ese tipo de explotación en aquella región.
Financiamiento: quién paga la inversión
El proyecto en Comodoro Rivadavia contemplaría también otras obras que darían mayor estabilidad al sistema: un nuevo transformador en la Estación Abásolo y una línea adicional para llevar energía desde allí hasta la estación de Transpa, en Km5, donde “subiría” a la línea de 132 kv para llegar a Puerto Madryn.
De este modo, el proyecto eólico local podría contar con una proyección de venta de energía que no tuvo en su momento el parque Morán, que es la posibilidad de encuadrar en los cuadros tarifarios que promocionan la inversión eólica, con tarifas que podrían ubicarse entre 60 y 70 dólares por MegaWatt (más del doble de lo que recibió históricamente el fenecido proyecto eólico local).
Una vez que se apruebe la factibilidad técnica del proyecto, llegará el momento de resolver el financiamiento. Los 50 millones de dólares necesarios para la inversión podrían repagarse, según estiman especialistas vinculados a la iniciativa, en alrededor de 4 ó 5 años, aunque la idea es lograr un financiamiento a 10 años, como habitualmente trabajan los inversores chinos.
Parte de la experiencia en la región se ve hoy reflejada en la construcción de las represas “Kirchner” y “Cepernic”, en la vecina provincia de Santa Cruz, que se han reactivado también a partir de una inversión china por total de 4.500 millones de dólares, para la generación de unos 1.300 Mw.
Cuando se discuta el financiamiento, se verá qué sector está en condiciones de afrontar el costo de la obra. Algunos modelos de compañías chinas apuntan al llamado COM (Construir, operar y mantener), con lo cual el desembolso es totalmente privado y luego ese mismo constructor genera su negocio con la venta de energía, a precios de alta rentabilidad.
Otro de los modelos, según el grupo inversor de que se trate, es el llamado CF (Construir y Financiar, para luego retirarse). En este último esquema, alguien debería asumir la operación posterior y pagar la inversión a través de la explotación de la venta de energía.
¿Qué entidad pública, o privada, estaría en condiciones de asumirlo? Será la ecuación a resolver, dependiendo de cuál de los gigantes chinos desembarque en la región.