RAWSON (ADNSUR) - No es casual que Mariano Arcioni haya sido uno de los 21 gobernadores que le pidieron al presidente Alberto Fernández la semana pasada que suspenda para el año próximo el sistema de internas abiertas, simultáneas y obligatorias para definir candidaturas. Porque hay que decir que más allá del argumento referido al gasto de dinero y la situación de la pandemia, una reforma de este tipo le permitiría ganar algo muy preciado, que es el tiempo. No votar de manera obligatoria en agosto, da mayor margen a todas las fuerzas de definir hacia adentro sus estrategias y encarar los comicios que -en el caso de Chubut- renuevan tres bancas de senadores y dos de diputados nacionales. Ahora bien, ¿cuál es el plan del oficialismo para las legislativas? ¿Está descartada una lista del Frente de Todos con el arcionismo incluido? ¿Qué nombre tiene en mente el gobernador para proponer al electorado? ¿Y cómo pueden resolver sus internas el resto de las fuerzas políticas?

Primer dato que hasta aquí no había trascendido: el gobierno provincial necesita tiempo porque más allá de contar con el partido de Chubut Somos Todos, está trabajando en el armado del Frente Renovador, el partido nacional de Sergio Massa, amigo incondicional de Mariano Arcioni, e integrante de la alianza nacional que conducen Alberto y Cristina Fernández. A tal punto hay marcado interés en lograr la personería de esa fuerza a nivel provincial, que el gobernador puso a una persona de su máxima confianza, como es su secretario privado, Alejandro Sandilo, a trabajar en los trámites ante la justicia electoral, y hoy figura como presidente de la Junta Promotora.

Según pudo saber ADNSUR, ya se trabaja en lograr las casi 1800 adhesiones que marca la ley, para luego pasar a la etapa de las afiliaciones. Faltarían unas 500 firmas para el primer trámite (Arcioni fue uno de los primeros adherentes), luego de lo cual se deberá constituir una carta orgánica y llenar 1800 fichas de los primeros afiliados del Frente Renovador en Chubut. La carrera es contra reloj, y que no haya PASO en agosto da mayores posibilidades de que esa fuerza tenga los papeles en regla para competir en octubre. En todo caso, el Plan B sería presentarse como Chubut Somos Todos en un acuerdo nacional que lleve como nombre de Fantasía el Frente Renovador.

Esta movida del arcionismo, por si quedaba alguna duda, marca a las claras que ya no existe ninguna chance de una lista integrada entre el PJ chubutense y el gobierno. Ya lo habíamos advertido desde este mismo espacio en las charlas previas a la nueva mesa de conducción del PJ: que el presidente del peronismo sea Carlos Linares dinamita toda mínima chance de acuerdo con Arcioni, ya que de un lado y de otro hay una cuestión de rechazo mutuo. El diálogo entre ambos parece, al menos hoy, prácticamente imposible.

Esto hace concluir que el Frente de Todos en Chubut estará dividido en 2021, por una parte, con una lista justicialista de la que hasta ahora sólo Linares ha dicho que va a participar, y en la que suena como número puesto la actual senadora Nancy González, mientras que en su momento se barajaron otros nombres “candidateables”, como el vicegobernador Ricardo Sastre y el vicejefe de asesores de la Casa Rosada, Julián Leúnda. Y por la otra parte, con una lista del Frente Renovador, con representantes del actual gobierno. La noticia es bien recibida por Juntos por el Cambio, donde esperan que esa división de votos pueda favorecer a sus candidatos de la UCR y el PRO.

EL NOMBRE GUARDADO

La apuesta es arriesgada, porque muchos tienen presentes las últimas elecciones legislativas nacionales en 2017, donde el PJ terminó en tercer lugar, y no ubicó ningún diputado, perdiendo una banca a manos de Cambiemos. La división de votos no parece la mejor alternativa para el Frente de Todos, y ése ya había sido el mensaje que Cristina y Alberto Fernández habían “bajado” en febrero al PJ local: “traten de ir todos juntos, con Arcioni adentro”. Esto fue desoído y es probable que esto vuelva a ocurrir, porque es lo que quieren tanto en el PJ como en el gobierno.

Llegados a este punto, queda meterse en la cabeza de Mariano Arcioni, para tratar de entender qué avizora como estrategia para lo que viene. Después de tres años de mandato (asumió en noviembre de 2017) con momentos muy críticos, problemas permanentes en el pago de haberes y cuentas en rojo, en su entorno más cercano dicen que el mandatario tiene un plan. Por más que el contexto actual es terrible, la mirada optimista del gobernador apunta a que se cierre con éxito la renegociación de la deuda, que mejore el contexto económico con mayores ingresos, y que alrededor de marzo se pueda normalizar la cuestión salarial. Si esas variables se le dan, dicen que Arcioni saldría a plantear a mediados de año una propuesta electoral propia para “sumar” bancas al proyecto nacional y tratar de quitarle votos a la oposición.

Para ello, tendría en mente un nombre, que nadie saldrá a confirmar ahora y es probable que sea desmentido, pero que tiene todos los boletos para encabezar la lista del arcionismo: y no es otro que el ministro de Salud, Fabián Puratich. Después de un año turbulento, que lo tuvo como protagonista estelar en la lucha contra la pandemia y que lo llevó a tener duros enfrentamientos con sus pares del gabinete en los que casi termina eyectado, el actual ministro de Salud terminó fortalecido a los ojos del gobernador.

Fabián Puratich, ministro de Salud de Chubut.

Si en un primer momento dudaban de su sentido de pertenencia, en Fontana 50 se convencieron de que Puratich tiene la “camiseta puesta”, lo que demostró evitando operativos de otros sectores que lo tentaron. Y el dato central, lógicamente tratándose de candidaturas: las encuestas lo dan como el funcionario con mejor imagen por parte de la gente. En Casa de Gobierno creen que hacia el año que viene, ya con el operativo de vacunación en marcha y la pandemia en vías de superación, la candidatura hacia el Congreso sería una excelente salida para un ministro realmente agotado en sus fuerzas, que puso el cuerpo las 24 horas para enfrentar la crisis sanitaria.

“A Puratich no hay ningún dirigente de la oposición que lo critique, e incluso hasta la mayoría de los empleados de Salud que tienen sueldos atrasados, a la hora de quejarse le apuntan más al gobernador que él”, reconoció a modo explicativo un hombre influyente que ronda los despachos oficiales. Mientras que al menos tres figuras importantes dentro del peronismo chubutense confesaron a esta columna que, de confirmarse la postulación de ese nombre, sería una jugada sumamente acertada de Arcioni. Todos consideran que la gestión provincial no tiene chance en las urnas y que habría un voto castigo enorme, pero a nadie le gustaría enfrentar a Puratich, quien desde el vamos tiene un altísimo nivel de conocimiento entre la gente por el grado de exposición que tuvo a lo largo de todos estos meses.

ESCENARIO SIN PASO

Hay tres fuerzas que en todos los últimos turnos electorales en Chubut reunieron el 90 % de los votos: son el frente provincial armado en su momento por Mario Das Neves y luego heredado por el arcionismo; y dos frentes nacionales encabezados en un caso por el justicialismo y en el otro por el radicalismo en alianza con el PRO. ¿Cómo impactaría en cada uno si se llegara a confirmar la suspensión de las PASO para el año próximo?

En el caso del partido de gobierno, ya explicamos que se trabaja en la conformación del Frente Renovador, y que de todos modos está la base de Chubut Somos Todos que preside Máximo Pérez Catán, que ha sufrido varias desafiliaciones en los últimos años. El Chusoto tuvo como candidatos en 2015 y 2019 a los sectores del madernismo y el sastrismo, pero en este caso ambos ya oficializaron su regreso al PJ, por lo que esta fuerza tendría como única referencia al arcionismo. En este caso, la definición de candidatos no será una disputa interna, sino que dependerá del “dedo” del mandatario en una discusión hacia adentro que después se oficializará ante la justicia.

Distinto es el caso del PJ-Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, quienes deberían volver al sistema tradicional de internas, que cambia rotundamente respecto a las PASO, que son elecciones abiertas, de forma simultánea en todo el país, y que además son obligatorias. En este caso, cada partido –además de definir una fecha concreta por separado y un sistema de alianzas- debería definir su propio sistema de selección de candidatos, si es cerrado o es abierto. Y éste es el punto más interesante a analizar. Los sondeos previos -restando aún varios meses- que realizó esta columna, marcan una sensación: el PJ podría recurrir a internas cerradas, y Cambiemos a internas abiertas.

Ambas definiciones deben tomarlas el año próximo sus máximos organismos legislativos. En el caso del PJ, ayer se conformaron las autoridades del Congreso Provincial, que seguramente cuando vuelva a reunirse el año próximo, tendrá como tarea definir su estrategia. Por un lado, habilitar a la mesa de conducción a hacer alianzas, y por el otro, fijar el sistema de internas, que toda la vida había sido abierta a los independientes. Si bien en las internas peronistas siempre votaron los afiliados propios y aquellos que no estaban afiliados a ningún otro partido, esta vez, las opiniones previas marcan que podría decidirse por un sistema “cerrado”, donde solamente voten los afiliados justicialistas. La estrategia sería evitar un gran desgaste en una campaña agotadora, y manejar todo hacia adentro más “prolijamente”, en lo posible con un Congreso proclamando una lista de unidad.

Por el lado del radicalismo, la idea es hacer una Convención de manera presencial a comienzos de año, que muy probablemente defina mantener la alianza con el PRO en Chubut. Y a diferencia del PJ, que de un sistema abierto pasaría a uno cerrado, aquí hay quienes opinan que debería darse una interna abierta, es decir no sólo para radicales (como fue históricamente) sino también para independientes, lo que daría posibilidad a participar a listas combinadas con candidatos del PRO, y le achicaría las chances a quienes propugnan un partido más purista, como se impulsa desde el cimadevillismo.

Por ahora, todas especulaciones que después se verá si se van confirmando con el tiempo. Lo concreto es que una máxima en política reza que “no hay 2023 sin 2021”. Los distintos actores reacomodan sus fichas en la disputa por el poder, con un gobernador que no tiene reelección a la vista. Las elecciones legislativas de medio término suelen arrojar sorpresas, con algunas campañas que se nacionalizan, y otras que tienen un tono más local. La pelota ahora está en el Congreso, ya que el Ejecutivo Nacional envió el viernes la suspensión de las PASO, cumpliendo con el acuerdo de palabra que fue cerrado con los gobernadores.

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