¿Mejorará la economía de Chubut con la suba del petroleo?
Un optimismo mesurado sobrevuela a la gestión provincial.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR/Por Raúl Figueroa) - El incremento de la producción de petróleo verificada en el primer cuatrimestre del año en Chubut, con una suba superior al 4% en relación a igual período del año pasado, configura un indicador de que la economía provincial podría tener algún grado de alivio para la segunda mitad del año, si bien no alcanza para resolver en su totalidad, ni mucho menos, la grave crisis financiera y escasez de recursos que marca hoy la realidad de una provincia quebrada. Así, sin posibilidad de esperar más ayuda financiera del gobierno nacional y con dificultades para encontrar mecanismos de recaudación adicional para generar recursos propios, una vez más las plegarias se dirigen al mercado internacional petrolero, que esta semana llevó el crudo tipo Brent a rozar los 80 dólares.
En los primeros cuatro meses del año, la producción de petróleo en Chubut alcanzó los 17,6 millones de barriles, unos 600.000 barriles más que en igual período del año pasado. Si bien todavía no alcanza valores de los años previos (18,8 millones de barriles en 2016), el indicador positivo es un aliciente en tiempos en que cada peso se busca como agua en el desierto.
La combinación entre la fuerte devaluación del peso y la escalada del petróleo terminan generando algunos alivios en las cuentas públicas. Lo sabe el municipio de Comodoro, que esta semana obtuvo una ampliación presupuestaria por más de 270 millones de pesos, es decir ingresos que no estaban contemplados en el presupuesto, a partir de esa fórmula que logró engrosar las regalías. Teniendo en cuenta que todavía no terminó la primera mitad del año, es posible que en la segunda mitad haya una ampliación de ingresos igual, o incluso superior, a la ya concretada: ello podría hacer repensar la estrategia de salir a colocar un bono en dólares, frente al grave panorama financiero actual, ya que en realidad con esa proyección de recursos adicionales (destinados a obra pública) se accede a la mitad de lo que se esperaba salir a buscar con el endeudamiento en dólares.
EL PESO DE LA DEUDA
La diferencia con el gobierno provincial es que éste se encuentra atado, al mismo tiempo, a una fuerte deuda en dólares. De allí que para que la mejora sea efectiva, se requiere además un incremento en la producción que, en los cálculos más optimistas del gobierno, podría llegar al finalizar este año a un 8% en relación al anterior.
Según una estimación del analista Daniel Ehnes, los ingresos adicionales para la provincia, con un dólar promedio a 23 pesos y la misma producción que el año pasado (8,1 millones de metros cúbicos (casi 51 millones de barriles), el ingreso adicional este año podría oscilar entre 2.000 y algo más de 3.000 millones de pesos, que se adicionarían a los 4.900 millones ingresados durante 2017. Si a esto se suma la proyección de alrededor de 450 millones de pesos por cada 5 puntos de incremento en la producción (en una estimación muy conservadora del precio de barril y dólar) es posible entender por qué la necesidad del gobierno para agilizar todo lo que pueda aportar algo más de actividad petrolera (en definitiva, el único motor productivo de la provincia). Aun así, sería un incremento de ingresos del orden de los 4.000 millones de pesos, con todas las variables creciendo en un marco de equilibrio.
Para ello será vital también la discusión que comenzará en Legislatura la próxima semana, en torno al acuerdo entre Enap Sipetrol y Capsa, por el que ésta se hará cargo de la operación de Pampa del Castillo. Con una producción declinante desde el año 2013, esa área podría aportar un volumen adicional, aun cuando se trata de áreas muy maduras, pero que contribuiría a las metas de sumar todo lo que se pueda para salir de la encrucijada actual.
OPTIMISMO MESURADO
Claro que no todo es cuestión de esperar a que el barril de crudo siga elevándose. El nuevo ciclo de precios altos, a partir de factores internacionales signados por las sanciones a Irán y la inestabilidad de Venezuela, entre otros elementos, llevó a algunos analistas a proyectar en los últimos días que el crudo podría volver a 100 dólares en el próximo año.
Desde la cuenca San Jorge, esa perspectiva se mira con prudencia. Así como la baja de precios arrasó con una buena parte de la actividad y con 3.000 puestos de trabajo en los últimos años, una suba tan marcada de golpe podría plantear dificultades no pensadas. La suba de precios de combustibles, postergada por dos meses pero que habrá que afrontar más temprano que tarde, es sólo un indicador que impacta no sólo en la economía y los niveles de inflación para lo que resta del año, sino también para la proyección de costos y su impacto en los distintos presupuestados planteados por la industria en 2018.
Con todo, está claro que siempre es mejor que la aguja vaya hacia arriba y no hacia abajo. Lo sabe el gobierno provincial, que mientras debe lidiar con un barco que hace agua en medio de una tormenta casi perfecta, encuentra la inesperada ayuda, una vez más y si bien todavía a lo lejos, de un salvavidas petrolero.