BUENOS AIRES - Ayer a las 11.30 de la mañana, Alberto Fernández recibió un whatsApp de Gustavo Beliz: el secretario de Asuntos Estratégicos informaba al Presidente que había dado positivo de COVID-19. Sin pérdida de tiempo, el jefe de Estado consultó a su médico personal, al ministro Ginés González García y a la viceministra Carla Vizzotti. Los tres ordenaron el mismo diagnóstico: hisopado obligatorio y aislamiento por 10 días consecutivos.

A la hora del almuerzo, Alberto Fernández, Juan Pablo Biondi, Julio Vitobello y Eduardo Valdez se hicieron el hisopado en el despacho presidencial de la Casa Rosada. A todos les dio negativo. Felipe Solá se hizo el PCR en la Cancillería, Jorge Taiana en su casa, Tristan Bauer en la cartera de Cultura y Eduardo Wado de Pedro en su despacho de Balcarce 50. A todos les dio negativo.

Alberto Fernández on Twitter

No fue casualidad que Alberto Fernández, Solá, De Pedro, Vitobello, Biondi, Taiana y Valdez se hicieran el hisopado. Sucede que Beliz estuvo con ellos durante las casi 72 horas que insumió la gira por La Paz (Bolivia) y la Quiaca (Jujuy), y dio positivo de COVID-19.

El protocolo oficial ordena que es obligatorio el hisopado de todas las personas que hayan tenido contacto directo con un contagio detectado. En este caso puntual: el secretario Beliz.

La ministra Elizabeth Gómez Alcorta, que viajó en el avión privado con la delegación oficial, pudo obviar el protocolo: ya estuvo con COVID-19, y no hizo falta cumplir con el rito del hisopado.

Tristan Bauer, ministro de Cultura, participó de la ceremonia política de Evo Morales cruzando de la Quiaca a Villazón (Bolivia), y regresó junto a la delegación a Buenos Aires. En esas escasas horas estuvo cerca de Beliz: debió hacerse el hisopado y dio negativo.

La esposa de Beliz, María Florencia Meritello, hace trabajo social en las villas de emergencia. Allí se contagio de COVID-19. Meritello no lo sabía, y transmitió la enfermedad a sus hijos Felipe y José, y a su hija Clarita, que el fin de semana empezó a tener síntomas, cuando Gustavo Beliz estaba en La Paz junto al Presidente y el resto de la delegación oficial.

El lunes pasado, tras su regreso de Jujuy, el secretario de Asuntos Estratégicos volvió a casa y cenó con la familia. Clarita contagió a su papá Beliz, y casi dos días más tarde se confirmó que tenía COVID-19. El secretario está asintomático, respeta el protocolo y permanece aislado. Aprovecha para leer y chatear con sus amigos de Washington, a la espera que Donald Trump se rinda y acepte la victoria de Joseph Biden.

Cuando caída la tarde en Buenos Aires, Alberto Fernández, Biondi y Vitobello abandonaron la Casa Rosada y viajaron hasta Olivos. Los tres guardan aislamiento en la Casa de Huéspedes de la quinta presidencial, cada uno en cuartos diferentes para respetar los protocolos oficiales. Comparten todas las comidas, y como son amigos desde hace años, aseguran que la convivencia se parece a “un viaje de egresados”.

Antes de regresar a Olivos, y mientras esperaba para hacer los hisopados, el Presidente decidió que ya era momento de resolver el reemplazo de la ministra de Hábitat, María Eugenia Bielsa, por el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi. Alberto Fernández considera que Bielsa “hizo un trabajo formidable” en la creación del Ministerio de Habitat, pero entiende que ahora llegó el momento de imprimir otra velocidad a una cartera clave en la actual coyuntura social y económica.

Ferraresi asumirá cuando el Presidente termine con su aislamiento obligatorio -10 días corridos- y pueda tomarle juramento en el Salón Blanco de Balcarce 50. Bielsa aún no contestó, pero Alberto Fernández le ofreció la embajada en la UNESCO, que está vacante por la muerte de Pino Solanas.

Mientras tanto, Ferraresi acordó con Bielsa tomar un café e iniciar una transición ordenada. Hoy tiene previsto llegar a la Casa Rosada y mantener su primera reunión de trabajo con Santiago Cafiero, jefe de Gabinete. El Presidente pidió a Vilma Ibarra que ya preparara el decreto para designar ministro de Habitat a Ferraresi, y es muy probable que mañana sea publicado en el Boletín Oficial.

Alberto Fernández está acostumbrado a gobernar recluido en Olivos. Ordena el trabajo cotidiano con Cafiero, chatea con sus ministros y secretarios a través de WhatsApp o Telegram, y tendrá muy cerca a Biondi y Vitobello, que son su sombra en la quinta presidencial o en la Casa Rosada.

Sin embargo, el Presidente lamenta que el aislamiento obligatorio clausure la posibilidad de viajar al conurbano o volar al interior del país. Hoy tenía previsto visitar una fábrica que contrata a exreclusos, y la semana próxima ya había decidido aterrizar en Río Negro. Toda esa agenda oficial será reprogramada para después del 21 de noviembre.

-¿Cómo se siente?-, preguntó Infobae a Alberto Fernández cuando el miércoles agonizaba.

-Yo estoy bien de salud. No tengo ningún síntoma, y el hisopado dio negativo. Estoy cumpliendo el protocolo que dice que si estuviste en contacto con un caso detectado en las ultimas 48 horas, tenes que estar aislado. Por eso me quedo en Olivos como corresponde-, contestó el Presidente.

El fin de semana próximo, Alberto Fernández será sometido a un nuevo hisopado. Procedimiento que se repetirá el martes 17 de noviembre o el miércoles 18. “Si dan negativo, el jueves que viene estoy liberado”, completó el Presidente antes de concluir la llamada desde su celular.

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