Aborto, rol de las fuerzas armadas o minería: hay que promover debates
El pensamiento crítico como herramienta para fomentar el intercambio de ideas.
El país y la provincia transitan hoy debates para todos los gustos. ¿Legalizamos el aborto? ¿permitimos que las fuerzas armadas asuman un rol en la seguridad interna? ¿dejamos que la minería desembarque en Chubut? Tres ejemplos de respuestas dispares en los que mezclan ideologías, emociones vinculadas al pasado y creencias religiosas, entre otros elementos.
Podríamos debatir sobre la oportunidad política de instalar estos temas en la agenda pública, pero en cada debate subyace –fuera del “oportunismo”- la necesidad de poner orden a la exposición de ideas, de contrarrestar esas ideas a los datos de la realidad y, fundamentalmente, de afinar la capacidad de escucha al otro para revisar criterios propios.
PENSAMIENTO CRÍTICO
Desarrollar un pensamiento crítico implica capacidad para analizar y evaluar la información existente respecto a un tema o determinado, intentando esclarecer la veracidad de dicha información y alcanzar una idea justificada al respecto ignorando posibles sesgos externos.
El pensamiento crítico es el que nos habilita a dudar de todo: informaciones, dogmas, con el único fin de alcanzar una idea mas justificada de la realidad, sin aceptar ciegamente lo que otros nos digan.
Desde esta mirada, convengamos que no es tarea fácil formar un punto de vista. Demanda construir una mirada propia desde al comprobación y contrastación de datos para obtener una mirada menos sesgada de la realidad que se nos presenta. El pensamiento crítico combina una alta dosis de creatividad, de lógica o de intuición, permitiéndonos elaborar nuevas estrategias y formas de ver y percibir el mundo.
En temas como el aborto hasta las fuerzas armadas o la minería, hay algo muy positivo: la salida del letargo y el conformismo para abrirle la puerta a la controversia.
En los debates que hoy sobrevuelan la agenda pública, algunas consideraciones. Aborto: lejos de las posturas personales, se trata de un tema de salud pública. Bienvenido el posicionamiento de diputados, senadores y de la sociedad en su conjunto.
Fuerzas Armadas: nos debemos al menos pensar si su rol sigue siendo el mismo que el de la década de los ochenta. Y en esto pienso en el rol que tuvo, por ejemplo, el Ejército el último temporal que sacudió a Comodoro. Fueron claves en el rescate de familias y en el ingreso a barrios, en el marco de la peor crisis climática de esta ciudad en su historia. Vale la pena repensar si no estamos ante un cambio de paradigma en lo que a seguridad respecta.
Minería: su debate va mucho más allá del desembarco de las grandes corporaciones multinacionales en suelo chubutense. Lo que está en juego es, de una vez por todas, el intercambio de opiniones que nos habilite a definir cuál será nuestra matriz productiva. Por sí o por no, los diputados tendrán que sentarse a estudiar y argumentar.
En lo que respecta a Chubut, esta semana recibimos un coletazo y bien puesto en ADNSUR. Se viralizó una placa en la que, a partir de un análisis de una noticia colgada en nuestro sitio, se nos cuestionó por tener una mirada parcial sobre la protesta que grupos antimineros sostuvieron en la Legislatura provincial.
De la A a la Z, nuestra nota tenía mucho del "check list" de como no se debe titular y tratar un tema tan controversial como la minería. Gracias por la crítica, generó un debate interno con nuestro equipo de editores y una revisión sobre cómo damos tratamiento a los temas.
Por otro lado, también decir que los debates no se pueden plantear desde la postura del que grite mas fuerte. Aquella acertadamente criticada nota era acompañada de un video en el que se veía un duro intercambio entre este grupo y los diputados provinciales, que suspendieron la sesión.
Un debate conlleva pensamiento crítico. Análisis de la realidad y datos corroborables, por sobre fundamentalismos de uno y otro lado. Para ello en necesario abrir el diálogo. Achicar las grietas sobre la base del respeto y el consenso.
Solo la capacidad de reflexión y flexibilidad nos permiten visualizar otras perspectivas. Todos opinamos en base a lo que nos parece los correcto –sean las que fueren las motivaciones-, pero es el beneficio de la duda el que nos permitirá abrir el juego a nuevas alternativas.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
¿Cómo fomentar este pensamiento crítico? Desde nuestra responsabilidad como medio, vimos en la estructura del debate público un camino para exponer ideas y poner temas de interés en agenda. Lo hicimos cuando, junto con la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, promovimos el debate de candidatos a diputado nacional, con una transmisión en vivo.
Ahora preparamos otra propuesta: replicar esta experiencia pero un debate sobre la matriz productiva de Chubut, que tiene como uno de sus elementos la instalación o no de la minería en territorio provincial.
Sin temor a confrontar opiniones, creencias y datos expuestos por diferentes personas. En tiempos de posverdad –en donde rige la emoción por sobre el dato- y de grietas sociales, sería hora de pensar estrategias de diálogo para, desde las diferencias, acercar posiciones.
El próximo será un año electoral. Y ya se me ocurre otro tema. Habrá que poner en agenda y debatir, por ejemplo, de dónde salen los fondos para las campañas políticas, quién las financia y sincerar los números de lo que invierte cada estructura.
En este sentido, en Chubut algo cambió. Por temor mas que por decisión, la “caja negra” de la política –que motorizó las investigaciones en danza que jaquearon la política provincial- deberá reanalizar sus circuitos. ¿Llegarán a eliminarse? Si se debate, está en agenda. Si está en agenda, los políticos y grupos cercanos de interes –se los aseguro- se preocupan. Y mucho.
Pensamiento crítico. A trabajar, para mejorarnos como sociedad. Estamos a tiempo.