COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - “Quiero que digan que me parece un excelente proyecto y que no entiendo cómo no lo trató aún la Legislatura”. Así cerró el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, la charla de una hora y media mantenida este jueves con el gobernador chubutense, Mariano Arcioni, el vicegobernador Ricardo Sastre y el diputado peronista Carlos Eliceche.

Luego del encuentro, cuentan que fue el mismo Fernández el que decidió que se difundiera la foto junto a un comunicado de prensa en el que expresó el “fuerte respaldo” al proyecto 128/20 de zonificación de la meseta para habilitar el desarrollo de la minería.

Como nunca antes, el Presidente quiso dejar en claro su posición sobre el tema. La consecuencia fue una bomba que explotó en la cara de la conducción del peronismo chubutense, no sólo la de sus dirigentes partidarios, sino también en la de sus diputados y sus intendentes, que en conjunto se habían negado a sentarse a la mesa de discusión que, con mayor o menor desprolijidad, había convocado el gobierno provincial.

La foto del jueves generó un movimiento sísmico similar al registrado en San Juan la semana pasada, y no es para menos: sonó como un tirón de orejas a una dirigencia que hasta el momento se ampara en argumentos exclusivamente políticos, más que técnicos, para no sentarse a discutir sobre un proyecto que habla sobre la matriz productiva de la provincia para los próximos años.

Más allá de la discusión legislativa que se pueda dar sobre el fondo de la cuestión vinculado a lo ambiental, las inversiones y la renta, hay un análisis político que no se pueda dejar pasar por alto: el apoyo de la máxima autoridad del país hacia el proyecto fue tajante y explícito, y no podrá pasar desapercibido para los integrantes de un partido que siempre tuvo una impronta verticalista.

“No somos librepensadores” dijo esta semana la senadora Nancy González, anticipando lo que puede llegar a venir.

Todo parece indicar que el tema no va a quedar solamente en esta reunión del jueves, y que es inminente la convocatoria a nuevos encuentros. Ya para el lunes se habla de un nuevo cónclave en Casa Rosada al que asistirían algún intendente y un importante dirigente partidario, en el que se les pediría cara a cara, las razones por las que no se sientan a discutir, y es probable que se les pida también una redacción de objeciones y modificaciones para incluir en el proyecto.

La idea, explicaron voceros de las Casa Rosada a ADNSUR, sería consensuar una mejora en los puntos más polémicos, para asegurar al menos otros dos votos del Frente de Todos que cierren un número que podría ascender a 15 de un total de 27 en la Legislatura.

La jugada del gobierno nacional fue importante y esto no sorprende, porque tiene puestas muchas expectativas en lo que considera puede ser una importante inversión de capitales externos, en una economía que viene muy golpeada luego de un año de pandemia. Claro que hasta aquí había cierta resistencia de Balcarce 50 a mostrar un apoyo demasiado explícito, por el temor a que se pueda repetir la experiencia de la provincia de Mendoza hace un año atrás, cuando se debió dar marcha atrás con una ley minera que no contaba con aval de la población local.

Desde Buenos Aires, se reconoce que hay ciertas dudas de volver a vivir una derrota política como aquella, pero en el gobierno chubutense responden con tranquilidad que se trata de dos casos diferentes. “En esa oportunidad se logró el 80% de los votos pero con una ley sin respaldo social; mientras que en éste, quizás sean 15 votos, pero con fuerte banca política y apoyo de todas las cámaras empresarias y los principales gremios privados de Chubut”, según explicó a esta columna una alta fuente de Fontana 50, que infló el pecho luego de recibir el apoyo de los gremios petroleros, camioneros, la Uocra, los bancarios y los empleados de comercio.

FALTA DE ARGUMENTOS TECNICOS

Desde el gobierno nacional, hace rato que hay una mirada asombrada y a la vez crítica de las falencias mostradas por la clase política local, que es la responsable de que Chubut esté tocando fondo a causa de eternas discusiones que siempre están motivadas por cuestiones personales o intereses individuales y mezquinos, más que por el interés general. En una provincia agobiada por sus deudas internas y externas, con números en rojo y regalías petroleras agotadas, es la primera vez en mucho tiempo que se genera la oportunidad de discutir, por sí o por no, sobre la conveniencia de ampliar la matriz productiva sumando una nueva actividad extractiva vinculada a un recurso natural.

Es sin dudas el tema más serio que tienen por delante los chubutenses respecto a decidir qué futuro quieren para sus hijos. Pero su dirigencia, en vez de sentarse en la mesa de discusión con argumentos técnicos para expresar las razones de su apoyo o su negativa, frenó toda participación con la excusa de “desprolijidades”, como por ejemplo si la invitación al debate llegó por mail o por WhatsApp, si mandaron o no el link para sumarse a la reunión virtual.

Es cierto, la convocatoria no fue del todo clara, y se notó que hubo un claro direccionamiento hacia ciertos participantes “amigos”, y no tuvo la pluralidad que debió tener para que se vea la multiplicidad de opiniones que hay en la provincia.

Pero esa excusa no debió tapar el bosque, y en todo caso se debió haber aprovechado la oportunidad para insistir en conseguir la conexión al zoom y expresar allí todas las objeciones al método del llamado e incluso a lo que no cierra de la redacción del proyecto. Pero nunca la respuesta de un partido político puede ser que no concurra nadie a discutir.

En Chubut, se debería estar discutiendo –ya sea a favor o en contra- si son convenientes la cantidad de puntos de renta minera, si es adecuado el método de extracción, si se debe acotar la magnitud del área de zonificación, si son sustentables económicamente los fondos de desarrollo. O debatiendo sobre la cantidad de metros cúbicos de agua disponible, acerca de la participación de empresas estatales en la ganancia, o sobre la posibilidad o no de controles estatales o mixtos. Pero en cambio, hasta aquí se desconocen los argumentos concretos de la oposición para no apoyar el proyecto, y pareciera que las razones de los voceros políticos pasan porque no consideran que sea el momento indicado, en que primero deben pagarse los sueldos adeudados a los estatales, o en que a este gobierno provincial no se le cree absolutamente nada.

De hecho, en las últimas horas se vieron públicamente las quejas de especialistas de organismos científicos por no poder expresar desde su punto de vista cuáles son los artículos a los que adhieren y cuáles los que critican del proyecto de Ley. Y eso es lo que hace falta: una discusión seria con argumentos fundados y técnicos, por sí o por no. Lo que menos necesita Chubut es seguir en el barro de la discusión política, en manos de dirigentes que a juzgar por lo flojito de sus expresiones, hacen dudar de que hayan leído el proyecto con detenimiento.

MANDATO PARTIDARIO

Ante este panorama, el mensaje enviado por el Presidente de la Nación pareció exigir a los representantes de su partido que deben elevar la vara y dar un debate en serio. Que tienen la obligación de sumarse a las convocatorias virtuales y explicar las razones concretas por las que se oponen a la ley, y qué cambios podrían realizar para mejorar la iniciativa, a no ser que tengan una postura previa inamovible de estar en contra de la actividad.

Por lo bajo, hay algunos de los protagonistas que quieren defender su postura ante el gobierno nacional con razones basadas en la “realpolitik”, respecto a que en un año electoral, esto podría atentar contra los intereses de los candidatos del Frente de Todos en octubre. No parece que esa explicación vaya a conformar a Alberto Fernández, quien como jefe del Ejecutivo parece tener en estos momentos la mirada atenta a otros índices como el PBI, las exportaciones y la balanza comercial.

Cuando se dice que ahora arde el PJ en Chubut, es porque se trata de un partido grande, heterogéneo, con distintas miradas y diferentes realidades en un gran territorio, es decir, una multiplicidad de opiniones que hasta aquí quedaron resumidas en una reunión de 7 integrantes de la Mesa de Conducción con un grupo de intendentes y diputados, que adoptaron por conveniencia política no sentarse a discutir un proyecto de ley en plena democracia. Y más aún, el mensaje repetido por sus dirigentes fue que podían llegar a sancionar a los legisladores que se animaran a transgredir este mandato, y tuvieran la osadía de votar en contra de lo dispuesto por sus organismos de conducción.

Lo paradójico es que al mismo tiempo, este partido provincial que responde a una conducción nacional, recibió el mensaje del actual presidente del justicialismo, José Luis Gioja, y luego del Presidente peronista Alberto Fernández, en el sentido contrario: el proyecto vale la pena ser discutido cuanto antes y no puede negarse el debate.

Ante esta movida que los dejó descolocados, el recurso expresado por el titular del PJ local, Carlos Linares, fue que “no le constan” las expresiones de Fernández, y a su vez, la senadora Nancy González expresó que “si el Presidente nos quiere decir algo será de manera personal”, y no a través de alguien como Arcioni.

El momento que se vive en el peronismo es por demás incómodo, porque además, quienes tienen aspiraciones electorales en este 2021, seguramente van a pretender participar en una boleta del Frente de Todos para el Congreso dentro de un proyecto nacional, que es el que suponen que le traccionará votos. Y lo mismo cuenta para quienes tienen aspiraciones en el camino a 2023. Con ese objetivo, no es sencillo hacer oídos sordos a un mandato del líder de un proyecto, porque las consecuencias pueden ser graves para el futuro político de muchos.

SE CORRE EL VELO

A propósito del futuro electoral, en la mesa junto a Fernández estaba sentado uno de los protagonistas con mayores aspiraciones para gobernar la provincia dentro de dos años: el vicegobernador Ricardo Sastre.

El impacto de esa imagen va a traer consecuencias de todo tipo, algunas de las cuales ya pudieron verse en las redes sociales, donde el madrynense suele mostrarse muy activo y en las que en el pasado había planteado una postura tajante en contra de la minería.

Hasta aquí se hablaba de un “velado” apoyo del vice y sus diputados al proyecto minero, y de reuniones con Nación que apuntaban en ese sentido, pero nada se había expresado de manera pública. Sin embargo, los votos del sastrismo siempre se habían contado a favor por parte de los impulsores de la zonificación, algo que quedó en evidencia el jueves al sentarse Sastre junto a Arcioni y también a Eliceche, el diputado que preside la comisión de Recursos Naturales y que hasta se peleó con sus compañeros del PJ por este tema.

Muchos creen que el apoyo de Sastre a la minería es totalmente lógico, porque Puerto Madryn es la ciudad que mayores beneficios económicos podría tener del desarrollo de esa actividad. Ocurre que el vicegobernador nunca lo ha explicitado de cara a la gente, quizás porque es el que más tiene para perder, teniendo en cuenta que Arcioni ya no tiene reelección a la vista.

Estrechamente vinculado al dasnevismo, el sector residual de ese espacio político siempre había cifrado las esperanzas en que Sastre iba a mantener el legado expresado por el ex gobernador Mario Das Neves en su última etapa, de que no iba a permitir que se habilitara la minería en Chubut.

La foto con Alberto Fernández desilusionó a varios, quizás confundidos ante la falta de claridad en los mensajes. Esta duda nunca existió puertas adentro de la Legislatura, donde desde diciembre el oficialismo cuenta con 11 votos propios, y espera sumar al menos 4 votos de la oposición.

HORA DE DEFINICIONES

Los próximos días serán decisivos para el futuro del proyecto 128, porque en base a las cuentas que saque el Ejecutivo, se definirá la estrategia de los tiempos a seguir. Hay quienes quieren agotar el tema cuanto antes, y hasta especulan con incluir el tema en una sesión extraordinaria, pero esto podría obligar a conseguir 18 votos, un número que es inalcanzable. La otra opción es aprovechar el receso y terminar de consensuar las reformas para que sean incluidas por la Comisión de Recursos Naturales cuando retome la actividad en marzo, lo que parece lo más viable a los impulsores de la iniciativa, teniendo en cuenta que aún faltan muchas horas de discusión si se pretende forzar alguna voluntad dentro del PJ.

El tema minero ya generó la ruptura del bloque de Juntos por el Cambio y la posible salida de los diputados Lloyd Jones y Giménez del oficialismo. ¿Podrá este tema romper la unidad del Frente de Todos?

Si la postura de la dirigencia del partido sigue siendo inflexible y se amaga con sanciones, es probable que sí.

De todos modos, una diputada de ese bloque confesó a esta columna que sería un error del peronismo llevar las cosas al extremo, porque en la previa siempre se había dicho que ante un tema tan sensible, que se iba a respetar la voluntad individual de cada legislador, como podría ocurrir por ejemplo ante otro tema delicado como la interrupción voluntaria del embarazo.

El problema se daría si la nueva conducción del PJ hace una lectura “personalista” del asunto, y considera que votar o no la ley es darle el respaldo a la gestión de un gobernador “enemigo”. Si prima ese análisis, y no el de discutir con razones sólidas la conveniencia o no de la explotación de un recurso natural, entonces el peronismo afronta una posible “grieta” no sólo puertas adentro, sino peor aún, con sus conductores a nivel nacional.

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