CAPITAL FEDERAL - El dólar continúa a la baja y cotiza a $ 38,85 en bancos y agencias de cambio de la city porteña, según el promedio de ámbito.com. Se trata de un descenso de 14 centavos, que también es acompañado por el mayorista que cede 2,4% y se ubica en $ 37,30. Ayer, con la reaparición de la oferta privada, tanto local como del exterior, y sin la intervención del BCRA luego de varias jornadas con ventas, se desplomó un 2,8% o $ 1,13 y volvió a cotizar por debajo de los $ 40.

El dólar en tobogán: Volvió a bajar y se vende a $38,85
El dólar en tobogán: Volvió a bajar y se vende a $38,85

La fuerte baja, la más importante desde principios de mes, tuvo lugar un día después de la exitosa licitación de Lecaps por parte de Hacienda, que logró absorber (con tasas del 50%) gran parte de los pesos que había liberado el BCRA tras la segunda etapa de su plan que busca desarmar la "bola" de las Lebac.

En el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), en tanto, la divisa se hundió un 2,6% o $ 1,01 a $ 38,20, después de tocar un mínimo de $ 37,60, a media mañana. Ese nivel "desorientó a los operadores del mercado, que no esperaban tan brusco movimiento del valor de la divisa contra la moneda doméstica", explicaron en las mesas. El total operado cayó un 30% hasta los u$s 484,8 millones.

"Los ingresos de divisas y el desarme de posiciones destinados a armar carteras de inversión en activos en pesos recrearon un escenario de 'otras épocas' y justificaron la fuerte caída experimentada por el dólar en el segmento mayorista", analizó un operador.

La reversión de la tendencia imperante en el mercado la dio el ingreso de fondos externos por unos u$s 950 millones para participar en la licitación de Lecaps del miércoles, ante sus altas tasas en pesos (del 50%), lo que le inyectó más liquidez de divisas a la plaza (hasta el miércoles abastecida principalmente por el BCRA, que en los tres primeros días de la semana debió vender más de u$s 750 M), presionando a la baja a la cotización del dólar.

El máximo de la fecha se anotó en el arranque cuando se pactaron operaciones en los $ 39, o sea 21 centavos debajo del final previo. Pero las órdenes de venta tomaron protagonismo en forma inmediata y fueron generando bajas de la cotización que en los momentos de mayor intensidad de la oferta hicieron que tocara mínimos en los $ 37,60. Las compras de oportunidad permitieron un recorte de la caída inicial acomodando los valores con un piso muy definido en los $ 38,10 y que con algunas oscilaciones pudo sostenerse en el final de la sesión.

"La fuerte baja de este jueves implicó un cambio de clima que parece estar anticipando una pequeña vuelta a tomar posiciones en pesos. Veremos cómo sigue porque de fondo, hay muy pocos cambios", sostuvo a ámbito.com el operador Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio.

Otro agente bancario destacó que "oficialmente se logró el cometido de secar de pesos a la plaza y ahora, el que necesita fondos, debe vender dólares". Y agregó que "además, más de un inversor aprovecha la tasa de hasta el 50% que se pagó con las Lecap".

Junto con la exitosa licitación de Lecap, que ayudó a desarmar parte del stock de Lebac, el mejor que clima que se vive por estos días en el mercado está relacionado directamente por el guiño que dio el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el cada vez más cercano nuevo acuerdo de financiamiento para el país (se esperan hasta unos u$s 20.000 M extra).

Un portavoz del FMI dijo este jueves que funcionarios del organismo multilateral y el Gobierno argentino lograron "importantes progresos" la semana pasada en las conversaciones sobre el nuevo acuerdo. Además, tal como anticipó ámbito.com el pasado domingo 16, se confirman que en el marco de las negociaciones con el FMI, el Gobierno mira plenamente a los mercados, buscando resolver la alta inflación y tratando de controlar el tipo de cambio, y para eso piensa en el "crawling peg" para anclar las expectativas.

Tal como relató el periodista Julián Guarino, se trata de una devaluación progresiva y controlada de la moneda por el Banco Central. La idea es que la devaluación está predeterminada y la tasa de cambio es conocida con anterioridad. En rigor, consiste en una serie de devaluaciones progresivas que tratan de ubicarse por encima de la inflación, pero siempre evitando dar saltos bruscos en el valor de la divisa. Bajo este esquema, el tipo de cambio se va moviendo de acuerdo a una pauta que fije la entidad monetaria.

En el FMI sostienen que el crawling peg puede ser establecido de manera prospectiva (con un ajuste atado a un tipo fijo preanunciado y/o de la inflación proyectada). Como se dijo, de esta forma se permite una progresiva devaluación de la divisa con un efecto menos traumático en la economía. Además, esta técnica ayuda a prevenir, o al menos a amortiguar, la especulación sobre la divisa.

A la vez, sostienen, esto podría recuperar algo del flujo de entrada de dólares de no residentes y de esa forma compensar en parte la salida de dólares. Comenzar usando el dólar como ancla nominal y migrar a un sistema de crawling peg para darle más certidumbre a los mercados.

La última vez que se utilizó este mecanismo en Argentina fue bajo la gestión económica del ex ministro Axel Kicillof. En aquel momento, el gobierno kirchnerista buscaba compensar la pérdida de competitividad de los últimos años, en donde la inflación le había ganado por lejos a la suba del dólar. Si bien en ese entonces este mecanismo no funcionó del todo porque el atraso del tipo de cambio era importante, las hipótesis que manejan los equipos económicos del actual Gobierno es que ahora sería distinto porque la devaluación efectuada durante este año cambió esa base de comparación. El tipo de cambio real se encuentra en niveles de 2008-2013.

En rigor, según sostienen en el mercado, el nivel del dólar parece suficiente para equilibrar los flujos externos y para que las reservas alcancen como back up para la base monetaria. La idea es que con sólo mantener la devaluación en línea con la inflación, podría estabilizarse el mercado cambiario sin perder competitividad y dando señales claras para la fijación de precios.

Por supuesto existen varios talones de Aquiles, pero quizás el principal es cómo hacer para que los exportadores no retengan su liquidación bajo la expectativa de que, cuanto mayor es la demora, mayor cantidad de pesos van a obtener por esos dólares que van a vender. El resto de las variables, piensan en el Palacio de Hacienda, deberían ir cediendo: tasa de interés, déficit fiscal, gasto público e inflación.

Por último, y como el éxito de este sistema dependerá en buena medida, dicen, de la contención de las presiones en materia salarial y de precios, en el Gobierno estudian algún mecanismo para evitar la aceleración de la inflación. Cerca del presidente Macri sostienen que es necesario llevar a cabo un acuerdo o esquema entre el Gobierno, empresarios y sindicatos para frenar la indexación de la economía ante la escalada del dólar.

Fuente: Ámbito Financiero

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