El paro petrolero en Santa Cruz divide aguas en la cuenca
Con 16 perforadores y otros 3 que podrían sumarse, la situación de Chubut aparece diferenciada.
El parque de equipos perforadores (y el consiguiente impacto sobre los equipos de terminación y pulling) fue detallado en las últimas horas por José Lludgar, desde el sindicato Jerárquico: 12 equipos movilizará PAE y otros 4 YPF, dijo al describir el panorama en Chubut, mientras que podrían sumarse otros 3 correspondientes a Capsa, Tecpetrol y Enap Sipetrol.
Sin embargo, aun con ese movimiento, en el lado chubutense de la cuenca San Jorge siguen sobrado alrededor de 1.800 puestos laborales, según reconocieron Jorge Avila y José Lludgar en los últimos días. La razón surge al comparar ese número de equipos con los que estaban en actividad en el año 2014, que fue el último período de actividad normal, previo a la debacle de los precios.
Aunque no se termina de admitir públicamente, si no hay reinserción laboral esos puestos laborales perdidos se irán licuando en base a las indemnizaciones y los subsidios previstos a través de los planes “Repro”, de 22.000 pesos por mes, garantizados por al menos seis meses. El número final estará dado cuando todos los equipos estén perforando y demandando otros servicios conexos, pero está claro que la reducción será inevitable, según reconocen diversos actores por lo bajo. También por la cantidad de operarios que acepte los “acuerdos de retiro”, como reconoció el jefe de Gabinete de Chubut, Alberto Gilardino.
Por su parte, también Lludgar admitió en las últimas horas que se mantiene el acuerdo con las operadoras por el cual los gremios aceptaron una readecuación de la jornada de trabajo, con turnos divididos en tres partes a lo largo del mes: un tercio de ese período queda sin actividad y sin reconocimiento salarial.
En el norte santacruceño, la incidencia de YPF queda más en evidencia a partir de la actividad de sólo 2 equipos perforadores que ha mantenido en los últimos meses (tras haber paralizado otros 12), con una baja de actividad que preanuncia una reducción importante de mano de obra. El primer paso estaría dado por la caída definitiva de SP, que además de los “retiros voluntarios” que ya había acordado, avanzaría con la baja de otros 500 trabajadores que aún dependen de esa empresa.
El mayor costo en la provincia de Santa Cruz es medido no sólo en términos económicos, sino también políticos, con la situación de inestabilidad que una vez más se encuentra atravesando la vecina provincia. “Cada barril de petróleo cuesta 60 dólares allá”, reconoce un directivo nacional de la petrolera. “Acá no se puede hablar de flexibilización laboral porque es reducción salarial y es perder muchas cosas que costó mucho conseguir”, dijo Vidal en las últimas horas. “Lo dijimos desde el primer día, no vamos a firmar ningún acuerdo flexibilizador –enfatizó-. Hemos quedado solos porque quieren imponer algo que no corresponde, acá la zona es más dificultosa y las inclimencias no son las mismas que en otros lugares del país; en nuestro caso lo más importante es el yacimiento de YPF, después le sigue Sinopec: llevamos dos años de crisis, pero se mantiene viva la convicción de no traicionar a los trabajadores, que es lo que haríamos si accedemos al pedido empresarial”.
El paro petrolero en Santa Cruz es contundente