El termómetro de Rawson: búsqueda de diálogo y achique del Estado

RAWSON (ADNSUR / El análisis de la noticia) - Una vez confirmado el fallecimiento de Mario Das Neves, la usina de rumores en la que se convirtió Rawson en los últimos días llegó a hacer creer a algún desprevenido que Mariano Arcioni todavía no tenía resuelto si iba a seguir en su lugar o se iba a ir al Congreso. Pero lo concreto es que en la cabeza del nuevo gobernador jamás estuvo en duda que iba a cumplir el mandato popular y lo que establece el artículo 150 de la Constitución, para completar el período de gobierno que se inició en 2015. A tal punto esto estaba claro, que el mismo Arcioni ya lo venía hablando con Das Neves –quien tenía certeza del inminente final- y acordaron la continuidad de la mayor parte de su equipo por un tiempo.

La apuesta de Das Neves de sacar a su hombre clave en la Cámara de Diputados se sabía de antemano que era arriesgada, y bastaron 40 días para que esto quedara demostrado. La bancada oficialista quedó a la deriva y a merced de las jugadas del “núcleo duro” del FPV, y con la amenaza latente del rechazo a un veto por una ley acordada por el mismo García, que puso los pelos de punta al ministro de Economía, Pablo Oca, ya que permitía cambiar los destinos del endeudamiento para que los intendentes puedan pagar gastos corrientes. Así las cosas, Jerónimo volverá en unos días a la Cámara para trabajar en contra de una ley que él mismo impulsó.

El otro cambio también era cantado, no por decisión de Arcioni, sino porque el compromiso del ex secretario privado del gobernador, Gonzalo Carpintero, estaba atado exclusivamente a la figura de Das Neves. Él mismo había expresado a quien quisiera oírlo que una vez que la salud del ex mandatario dijera basta, su intención era alejarse de la función pública, de manera indeclinable.

EL MISMO EQUIPO

Respecto al resto del gabinete, a pesar de la danza de nombres alimentada tanto desde la oposición como de algunos infiltrados del dasnevismo que quieren poner a prueba al gobernador, lo cierto es que Arcioni va a cumplir por un tiempo lo prometido a su mentor político: su equipo va a seguir.

Probablemente los primeros cambios se dejen ver hacia fin de año o ya en el receso estival. La idea es que pasen como un recambio natural, para evitar la sensibilidad de la dirigencia y también de la militancia de Chubut Somos Todos, quienes ya se quemaron con leche una vez y temen que el sucesor de su líder les clave un puñal por la espalda.

Quienes conocen al nuevo mandatario aseguran que una de sus obsesiones es la prolijidad en las cuentas estatales, y que de antemano tiene echado el ojo a dos o tres funcionarios que estaban acostumbrados a manejarse con mucha libertad y que llegaron a ser objetados en denuncias ante la justicia que están siendo investigadas. Muy cerca de Das Neves hubo gente que en los últimos años acumuló mucho poder, y si bien Arcioni no les pedirá ahora que se vayan, les va a poner a varios colaboradores de su confianza muy cerca para que los vigilen.

Por estas horas, Arcioni evalúa si es conveniente dar un mensaje dirigido al pueblo, a la clase política, al empresariado y a los sindicalistas. Su asunción fue anormal, aislado en una oficina ante dos escribanos y un fotógrafo. Pero sabe que la gente necesita conocer al nuevo gobernador y saber hacia dónde va. Como no pudo dar un mensaje inaugural, como todos los titulares de un Poder Ejecutivo, va a esperar unos días para generar la ocasión propicia, y podría ser a través de un importante acto que sea televisado para marcar los ejes de su gestión.

“Que nadie se equivoque, el mío no va a ser un gobierno de coalición, pero sí de apertura al diálogo”, asegura a sus más cercanos, dando a entender que va a convocar a todo el arco opositor a que colabore para salir del difícil momento que vive la provincia. Arcioni tiene buena relación con el bloque del FPV en la Legislatura, o al menos mejor de la que tenía Das Neves.

LAS DEFINICIONES QUE SE VIENEN

Los mismos diputados de un justicialismo que hoy está a la deriva, reconocieron que en estos dos meses donde se vienen definiciones importantes, como la del presupuesto, le van a dar la oportunidad para que tome las decisiones que crea necesarias. Lo mismo ocurre con los legisladores de Cambiemos. Y si hay alguien que tiene respaldo tanto en el Ejecutivo como entre los diputados es el ministro de Economía, Pablo Oca, totalmente respaldado por el nuevo gobernador. Hoy es el hombre clave del gabinete, el que sabe cómo están atados todos los hilos del andamiaje financiero y económico de Chubut para los próximos meses, y con un carácter fuerte y difícil de doblegar. No tenía una buena relación con el anterior jefe de gabinete, pero fue respaldado por Das Neves y luego de ganar la pulseada se volvió casi en indispensable.

La pelea por el presupuesto será la más importante junto con la de las paritarias que se vienen. Los gremios van a reclamar aumento y el gobierno no sólo les dirá que no hay dinero, sino que no puede aumentar sus gastos para el próximo ejercicio. Arcioni y Oca coinciden con las pautas marcadas por el presidente Mauricio Macri de achicar los costos del Estado, y van a presentar un paquete de leyes antes de fin de año que apuntarán en ese sentido.

El tema no es nuevo, porque ya se venía trabajando en una reestructuración de ministerios, secretarías, subsecretarías y direcciones generales que se consideran obsoletas, o en todo caso, intrascendentes. Por ejemplo habrá una nueva estructura en Producción, área que se pisa en funciones con Corfo. Y habrá un cambio de rumbo en el funcionamiento de Petrominera, que está lejos de lo que quiere el nuevo gobernador, ya que debería generar ingresos y el mismo Jorge “Loma” Ávila reconoció esta semana que sigue dando pérdidas.

La idea -que habrá que ver si el contexto político permite cumplir- es tener un estricto control en los ingresos a la planta de empleados públicos. Justamente uno de los ejes centrales en los que puso el eje la gestión de Macri. Así como también apuntar a la eficiencia del gasto, disminuyendo no sólo viáticos, sino también un tema que obsesiona al ministro de Economía, el ausentismo entre los estatales, especialmente entre los docentes.

RELACIÓN CON NACIÓN

Precisamente en la relación con Nación, hay expectativa de iniciar una nueva etapa de cercanía. El resultado electoral que dio un amplio respaldo a Cambiemos a nivel nacional, pero que también le aportó 106 mil votos al proyecto provincial en Chubut, no deja dudas respecto a que ambos gobiernos deben acercarse más. Arcioni venía siendo tentado desde hace tiempo por interlocutores del gabinete de Macri cuando aún Das Neves estaba en funciones. Y dicen que Arcioni siempre fue respetuoso de esa situación, pero mantuvo una buena relación, que espera de sus frutos de ahora en adelante. Por lo pronto el jueves hay un encuentro clave entre el Presidente y todos los gobernadores, y Chubut debe llevar un planteo claro de qué está dispuesta a resignar como provincia y cuáles son las demandas en las que no va a claudicar.

El nuevo mandatario enfrenta un enorme desafío: debe pilotear una provincia que tiene las cuentas en rojo y acaba de perder a su líder político más influyente de los últimos 15 años, que dejó un enorme vacío de poder. Arcioni es un escribano respetado en su ciudad que de golpe, hace menos de dos años, ocupó por primera vez un cargo público. Y hoy tiene en sus manos la mayor responsabilidad institucional de Chubut, de la que dependen 600 mil personas. Sus primeros gestos, sus primeras medidas, serán decisivas para lo que viene. Esta semana deberá anunciar quién ocupará el segundo lugar en importancia del Estado, como es el jefe de gabinete. El perfil de quien elija será clave para enviar un mensaje a la ciudadanía y el resto del arco político. Será su primera prueba de fuego.