Elecciones en Uruguay: Ballotage entre el progresista Yamandú Orsi y el conservador Álvaro Delgado
Tras una reñida primera vuelta, los dos candidatos con mayores apoyos se enfrentarán en la segunda ronda el 24 de noviembre. La contienda electoral también definió la renovación del Parlamento y dos consultas populares.
Las elecciones presidenciales en Uruguay celebradas este domingo 29 de octubre dejaron un escenario político polarizado. El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, se ubicó en primer lugar con el 43,9% de los votos, mientras que Álvaro Delgado, del Partido Nacional, obtuvo el 26,7%. Ambos competirán en una segunda vuelta el próximo 24 de noviembre.
La jornada electoral también definió la renovación completa del Parlamento uruguayo, con 30 escaños en el Senado y 99 en Diputados en juego. Además, los votantes se pronunciaron sobre dos consultas populares: la reducción de la edad jubilatoria y la autorización de allanamientos nocturnos.
Orsi, actual alcalde de Canelones y delfín del expresidente José "Pepe" Mujica, se perfila como el favorito para ganar la presidencia. Su propuesta de gobierno se enmarca en un programa de centroizquierda, con énfasis en políticas sociales y mayor intervención estatal en la economía.
Por su parte, Delgado representa la continuidad del modelo conservador y de centroderecha impulsado por el actual mandatario, Luis Lacalle Pou. Su discurso se ha centrado en la seguridad ciudadana, el control del gasto público y el impulso a la inversión privada.
La segunda vuelta se perfila como un choque de visiones antagónicas sobre el rumbo que debe tomar el país en los próximos cinco años. Mientras Orsi promete profundizar las políticas progresistas, Delgado busca consolidar el giro conservador iniciado con Lacalle Pou.
Más allá del resultado presidencial, la composición del próximo Parlamento será clave para definir la gobernabilidad y la capacidad de implementar el programa del futuro mandatario. Los partidos Colorado y Cabildo Abierto, tercera y cuarta fuerzas, respectivamente, podrían jugar un papel determinante en la correlación de fuerzas.
Las consultas populares sobre la edad jubilatoria y los allanamientos nocturnos también reflejan la polarización de la sociedad uruguaya. Mientras que el sindicalismo impulsa la rebaja de la edad de retiro, sectores más conservadores apoyan la autorización de los operativos policiales durante la noche.
En un país tradicionalmente estable y con una sólida cultura democrática, estas elecciones marcan un momento de inflexión. La segunda vuelta del 24 de noviembre definirá si Uruguay profundiza su viraje a la izquierda o si opta por consolidar el giro conservador de los últimos años.