¿QUÉ ES EL LIBERALISMO?

Esta palabrita que desde el año pasado venís escuchando hasta en canciones de trap, nació en el Siglo XVI (“que ganas de complicarla, ¿por qué no escribe 16”? pensará usted) en Inglaterra y Francia, como una respuesta a los gobiernos monárquicos de la época. Un grupo de gente, burgueses todos, se empezó a preguntar por que tenían que vivir así, con el rey decidiendo sobre su vida y sobre todo sus propiedades y recursos. Defendían la libertad, la propiedad y la autonomía, sin intervención del Estado.

Todo lo anterior era casi una filosofía de vida, pero se trasladaba directamente a la cuestión económica. Por eso los liberales defienden la libertad de mercado sin regulaciones estatales. Es decir, que cada uno compre y venda lo que quiera, a quien quiera y al precio que se le ocurra

¿Y EL NEOLIBERALISMO?

Es obviamente muy similar a las ideas liberales. Sería casi un hermano menor, que agrega cosas que los argentinos conocemos bien de cerca, como la privatización de todas las empresas del Estado. “Aaaah como nos pasó en los 90´ “ dirá usted delatándose un poco la edad.  Y si, tiene razón.  

¿CUÁLES SON LAS POSIBLES VENTAJAS?

Bueno, primero subrayemos tres veces ese “posibles”, porque lo que viene a continuación tiene mucho más que ver con la teoría, que con algo que efectivamente hayamos experimentado en nuestro país.

Sus defensores, juran que cuanto menos intervenga el Estado en nuestra vida, mejor. Así, hay menores aranceles, impuestos o restricciones, lo cual sería bueno porque un mercado libre (no es publicidad encubierta, créame) se supone que es más eficiente. Entienden que el juego de oferta y demanda tarde o temprano termine regulando sola a la producción y sobre todo a los precios.

También aseguran que la libre competencia, impulsa la creatividad e innovación, y así se motiva a que individuos y empresas ofrezcan mejores productos y servicios. Todo esto en un marco que, sin regulaciones del gobierno, atrae la llegada de inversiones nacionales y extranjeras, que elegirían venir porque acá se puede hacer negocios con total libertad.

¿Y LAS DESVENTAJAS?

En líneas generales, podría generar una desigualdad mucho mayor entre los sectores de bajos recursos y aquellos de mejor posicionados. Claro, porque aun si el liberalismo o el neoliberalismo generaran un crecimiento económico, no está presente el Estado para distribuirlo equitativamente, llegando con servicios, o recursos donde hacen falta.

Además, esa idea del mercado regulándose solo, mediante la oferta y la demanda, es un proceso en general muy lento, que en el camino deja millones de personas sin trabajo, o peor, millones de trabajadores pobres, porque sus salarios (ya no regulados por convenios colectivos o leyes laborales) quedan librados a la voluntad del empleador, y nunca siguen a los índices de inflación.

La libertad de comercio favorece además la llegada de productos extranjeros, hiriendo de muerte y por la espalda a la industria nacional (si, otra vez como en los 90´)

Por último, la privatización de los servicios del Estado, los convierte en un bien de consumo, más que en un derecho consagrado. 
En resumen, si el bondi no tiene subsidios, si los hospitales no tienen recursos para funcionar, si la Universidad no le puede pagar a los docentes, o si el Estado no cubre para los más vulnerables parte del costo de la luz o el gas, los pobres por si mismos no pueden pagar por eso, y dejan de tener acceso pleno a salud, transporte o educación.

ENTONCES, ¿SE PUEDE APLICAR EN ARGENTINA?

Esto no puede analizarse sin atender el contexto. Porque la verdad, es que no suena injusto un esquema donde todos tengan la libertad de competir, y partiendo desde ahí, el éxito de cada uno dependa de su creatividad y esfuerzo.

Claro, acá es donde juega el contexto. Porque esa misma idea, en un lugar donde la mitad de la gente es pobre, no permite que todos partan desde el mismo lugar, o con las mismas oportunidades. Entonces, si construyo una casa con una cuchara de tomar el té, no importa cuanto me esfuerce. Seguramente al que tiene una máquina le vaya mejor. Es una carrera donde uno empieza acá y el otro en Jamaica. En un país pobre no depende solo del esfuerzo, sino también de las oportunidades.

El liberalismo lucha por la autonomía de cada individuo y cada empresa, sin intervenciones del Estado. Pero, ¿sabe qué?, la autonomía real solo es posible si hay simetría de oportunidades y condiciones. La libertad sin igualdad, es  libertad solo para los privilegiados. Porque, ya que la nombramos tanto, ser libres también  reside en que todos tengamos la capacidad de vivir con dignidad y oportunidades. Y el Estado es responsable de eso.


Ahora si, ya tenés un tema más para charlar en el bondi, en la sobremesa, o en el cumple de tu tía. Hasta la semana que viene.



 

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