CAPITAL FEDERAL - La administración de Mauricio Macri decidió desde sus comienzos incrementar las tarifas de luz, gas y transporte como una forma de disminuir los subsidios públicos. El objetivo era que el Estado cargara con menos costos por esas prestaciones y que los usuarios afrontaran una mayor parte del costo de esos servicios que consumían. Hasta la devaluación, la meta oficial se venía cumpliendo. Pero la depreciación del peso cambió los equilibrios.

Energía y transporte: el Estado duplicó el subsidio a las tarifas

Tras subas del 1000% en la distribución eléctrica, casi 500% en gas y más del doble en los boletos de colectivos, se había logrado que los usuarios solventaran la mayor parte de los costos.

Según detalla Clarín, en luz, por ejemplo, se había alcanzado que los usuarios (hogares, comercios) pagaran un 70% del costo de generación eléctrica, que es la parte más fuerte de las boletas de luz. En gas, era algo menos (cerca del 60%). En Transporte, se estimaba que las personas estaban manteniendo un 30% a 35% de los costos del sistema.

No obstante, la devaluación borró una parte del ahorro estatal logrado con los aumentos. Aunque los servicios se incrementaron para los consumidores, los costos se dispararon porque la energía tiene sus precios dolarizados.

En octubre, el Estado volvió a ser el principal aportante en los servicios públicos y afronta el 60% de los costos en la luz, por ejemplo.

Los subsidios para servicios de caracter económico -como los de energía y transporte- se están duplicando este año en relación a 2017, según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).

"A fines de 2015, la relación era 90% lo pagaba el Estado y 10%, los privados. En mayo, se habría logrado que la ecuación fuera 70% privados y 30% el Estado. En octubre, volvimos a que el Estado se haga cargo del 60% de los costos y la demanda (hogares-comercios), el 40%", describe un empresario del sector de generación eléctrica.

El Gobierno también buscaba que los hogares tomaran dimensión del costo real de los servicios públicos. Se suponía que el impacto en el bolsillo haría mella en el comportamiento de los consumidores.

Energía y transporte: el Estado duplicó el subsidio a las tarifas

LUZ

En luz, la estatal Cammesa requirió $ 75.319 millones del Estado nacional durante el año pasado. Gracias a una reciente ampliación presupuestaria, el Tesoro le girará más de $ 110.000 millones a la "formulación y ejecución de política energía eléctrica". Esto es porque los incrementos de tarifas interanuales (casi el 100%) no llegan a cubrir subas del 127% en los costos por la devaluación.

El sector eléctrico se mueve en base al "costo monómico de generación", que es lo que sale generar electricidad. En octubre de 2017, ese valor era de $ 1.172 por MWh (la unidad de medida). Este octubre, fue de $ 2.669. Eso representa un incremento del 127%.

En octubre de 2017, el dólar estaba a $ 17,85 para la venta, según la cotización del Banco Nación. Un año después, se conseguía a $ 37,80. La depreciación es del 111%.

GAS

En gas, el Gobierno propuso una recomposición tarifaria en abril de 2016, pero fue rechazada por la Corte Suprema de Justicia. Recién desde octubre pudo aprobar un esquema con incrementos.

El Estado subsidiaba un 81% del costo del sistema de gas hasta septiembre de 2016, cuando pudo avanzar en los primeros aumentos de tarifas. Para 2017, el ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, estimaba que el Estado subvencionaba entre 38% y 44% de las boletas.

Recién en abril de 2018, su proyección era que el erario público sostuviera un 30% de los costos. El encargado de los subsidios es su sucesor, el ahora secretario de Energía, Javier Iguacel.

La devaluación, más el alza del precio del gas importado debido a la suba del crudo, provocaron que la factura estatal por gas se quintuplicara: de $ 12.000 millones a $ 60.000 millones, solo para Enarsa. En la nueva Secretaría de Energía todavía no está dimensionado el peso de ese dinero sobre el costo estatal del sistema eléctrico.

Hay otra partida -llamada "Formulación y Ejecución de Política de Hidrocarburos-, que está focalizada en recursos para las petroleras. Este año supera los $ 28.000 millones. Se estima que el grueso de ese dinero está destinado a compensaciones para el gas. La Argentina consume gas por US$ 12.000 millones anuales. De ese total, cerca de US$ 4.000 millones es importado.

Fuente: Clarín/Por Martín Bidegaray

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