RAWSON (ADNSUR) - Hablar de una “Sesión Clave”, o de un “Día D”, o de un tratamiento decisivo, ya suena a palabras gastadas. Esto se debe a que la provincia del Chubut pareciera vivir en una especie de final del mundo permanente, en la que a cada paso se juega su futuro. Ocurrió en junio, cuando se aprobó el primer endeudamiento a mediano plazo por $ 5 mil millones enviados por la Nación. También hace dos meses, cuando se trató la renegociación de la deuda por 900 millones de dólares. Y va a volver a pasar este martes, cuando la Cámara de Diputados está convocada para una nueva sesión ordinaria que tendrá dos temas centrales: la autorización para dos nuevos empréstitos que permitan a la provincia obtener fondos frescos para poder “normalizar” el pago de salarios a los agentes públicos, en las fechas anunciadas esta semana por el gobernador Mariano Arcioni.

De acuerdo al plan del gobierno chubutense y la paciencia de los empleados públicos a los que se le deben tres meses, no se puede esperar más tiempo, y la del martes se convirtió en una sesión bisagra que puede marcar un antes y un después. Ese día van a tomar estado parlamentario dos proyectos de Ley que buscan autorizar al Ejecutivo a tomar dos nuevos empréstitos a mediano plazo para ser destinados al pago de salarios: uno es el convenio firmado con el Ministerio de Economía de la Nación para tomar una deuda con el fondo Fiduciario Federal por $ 5 mil millones en tres tramos, a devolver en tres años; el otro, es un permiso para emitir Letras bajo el sistema dólar linked a un plazo de 30 meses, por un monto de U$S 50 millones, algo así como 4 mil millones de pesos.

La urgencia de los tiempos de crisis no permitirá que exista el tiempo normal que suelen necesitar los legisladores para analizar un asunto de este tipo, y si se consigue el acuerdo político con los bloques, estarán compelidos a tener que eludir lo que establece el reglamento y dar un tratamiento inmediato sobre tablas. De este modo, el gobierno le está trasladando la presión al vicegobernador Ricardo Sastre y a los 27 diputados, quienes tendrán la responsabilidad de tratar estos temas de manera urgente si se pretende pagar los sueldos de los primeros rangos de agosto el próximo viernes y terminar con el pago escalonado en noviembre. Cualquier circunstancia que altere estos plazos, sea la no realización de la sesión, o la no obtención de los votos necesarios, hará caer todo el anuncio salarial realizado por el gobernador.

Esta explicación previa, muestra a las claras todo lo que está en juego: no sólo la economía de los empleados, sino probablemente, buena parte del futuro del gobierno. En los próximos párrafos, trataremos de dar indicios que permitan avizorar qué puede pasar la próxima semana, respondiendo a las siguientes preguntas: ¿están dadas las condiciones para que haya sesión? La convocatoria, ¿será a una sesión presencial o virtual? Y si esto se concreta, ¿hay votos para una mayoría especial que permita un tratamiento sobre tablas? O dicho de otro modo, ¿hay voluntad de los bloques de darle un nuevo voto de confianza al gobierno de Arcioni?

LA INCÓGNITA SOBRE LA SESIÓN

El paso número uno que están pidiendo los diputados de los tres bloques al Presidente de la Cámara, Ricardo Sastre, es que arbitre todos los medios para que se haga la sesión de manera virtual (se mantiene la postura de no convocar de manera presencial a causa de la pandemia) y con o sin la colaboración del personal. Si se mira lo ocurrido hace una semana, la situación no ha cambiado: los trabajadores legislativos apoyados por sus colegas estatales, siguen insistiendo en que no van a colaborar si no se les cancelan los sueldos de julio, y afirman que sin ellos, la sesión virtual carecería de validez legal, porque violaría el reglamento. Esto quiere decir que si nuevamente el vicegobernador concurre a Rawson el martes, es probable que vuelva a tener que suspender la sesión por la medida de fuerza, que en ese caso ni siquiera le permitía escuchar a los diputados conectados.

Pero esto que ocurrió el último jueves es lo que se quiere evitar que vuelva a suceder, y para eso hay dos caminos que se analizan al mismo tiempo. La vía “por las buenas” es la que busca Sastre, quien quiere llegar a un acuerdo con el gremio Apel y lograr que, con el compromiso de pago del gobierno, se logre la colaboración de al menos un par de horas para sesionar. El camino “por las malas” es el que en última instancia plantean los diputados del arcionismo, el PJ y Juntos por el Cambio: le advierten a Sastre que si el paro continúa, deberá arbitrar todas las medidas necesarias para sesionar como sea, presidiendo la sesión tanto en Rawson como en Puerto Madryn o en el lugar que se disponga “ad referéndum” del voto de la mayoría de la Cámara.

Cuando se consulta a los legisladores sobre la posibilidad planteada por el gremio de empleados legislativos de judicializar una sesión sin la presencia del personal, todos muestran absoluta seguridad de que, ante una cuestión institucional de este tipo, la Justicia va a fallar a favor de convalidar la voluntad de los legisladores electos por el pueblo.

Por estas horas en Casa de Gobierno ya se analizan la Constitución Nacional y la Provincial, que hablan en el primer caso del delito de “sedición” a quienes impidan el funcionamiento de un poder del Estado. Y en el segundo obligan a denunciar a quienes atenten contra el desarrollo de una sesión.

El dilema para el gremio es grande: si va a fondo, y pretende que el tema se judicialice, corre el riesgo de perder en los tribunales, y sentar el precedente de que se puede desarrollar cualquier sesión sin empleados. En los últimos tiempos, varias veces se amagó con recurrir un escribano público y reemplazar a los taquígrafos con sistemas de grabación. Hasta aquí nunca se sutilizó, porque terminó en última instancia primando el diálogo. Es el camino que confía Sastre que puede destrabar el problema, pero está sólo en esa patriada, porque los presidentes de bloque no están dispuestos a hablar nada con los empleados. Insisten en que nadie les marca la agenda y que no se puede pasar encima de la voluntad de una mayoría de representantes electos en las urnas. Es decir que entre la postura “negociadora” de Sastre y la postura “a cara de perro” de los diputados, la sesión debería resolverse. Los diputados no tienen dudas de que, de una manera u otra, la sesión se va a hacer.

LA MAYORIA INDISPENSABLE

Siguiendo con la hipótesis de que –sea como fuere- va a haber sesión este martes, queda resolver otro tema fundamental: la voluntad política de aprobar los nuevos endeudamientos. Sabido es que el gobierno cuenta apenas con 7 votos seguros que responden a la conducción del arcionismo, y que después debe salir a conseguir el resto de las manos. El escenario sigue mostrando un interbloque que responde a la conducción política del vicegobernador, con 9 diputados; un bloque justicialista del Frente de Todos con diferentes miradas; y un bloque de 3 diputados de Juntos por el cambio que últimamente mostró algunas divisiones entre UCR y PRO.

Consultados los diputados opositores, es decir el PJ y Cambiemos, hasta el momento no muestran demasiada voluntad en levantar la mano para acompañar un nuevo endeudamiento del gobierno. Aseguran que falta mucha información, que el Ejecutivo nunca cumplió con explicar un plan para salir de la crisis, y que ya se han dado muestras de apoyo que no arrojaron resultados. Sin embargo, en Fontana 50 hay confianza en que estas posturas van a aflojar llegando al martes, más aún en el justicialismo, teniendo en cuenta que el Fondo Fiduciario se trata de un convenio firmado con la gestión de Alberto Fernández. Y sumando toda la presión de que si esto no se aprueba, no se va a poder pagar los sueldos a los empleados públicos.

En todo caso, legisladores de la oposición consultados por esta columna no descartan una postura intermedia: dar los votos para habilitar el tratamiento sobre tablas, que requiere una mayoría especial de 18, y después tirarle la presión al oficialismo. Es decir, ayudar al gobierno a que el tema se pueda tratar, pero exigir que los votos para la aprobación –se necesita en ambos casos de endeudamiento un mínimo constitucional de 14- salgan del bloque de Chubut al Frente. “Que se jueguen ellos, que son gobierno, si les sobran votos propios”, desafía otra diputada, en alusión a que esta vez –cosa que no pasaba con la renegociación de la deuda- deberían asumir una posición los diputados del interbloque que responden a Sastre y Maderna, aliados de Arcioni en las últimas elecciones.

En el caso del interbloque, las últimas apariciones públicas fueron para escuchar a los referentes de gremios estatales, y hacer de puente para lograr un diálogo con el gobierno. Pero hasta aquí, no han dicho nada sobre la postura que pueden tomar con los endeudamientos. Sin embargo, un legislador de ese grupo que dialogó con ADNSUR se animó a pronosticar que los votos de la mayoría del interbloque van a estar, porque “es la única manera de que se paguen los sueldos”.

Así las cosas, los que vienen serán días de intensas negociaciones: con el gremio Apel para que se levante la medida de fuerza, aunque a través de una nota fue ratificada en las últimas horas. Y con los bloques opositores, para obtener la mayoría necesaria para nuevos empréstitos que se pagarían en los próximos tres años, y que el gobierno asegura que le permitirán salir del pago escalonado. Corren horas decisivas, y otra vez será la Legislatura la que tenga la última palabra.

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