La Scaloneta y la política electoral

Llegar a diciembre nunca fue fácil.  Al cansancio se le suman los balances de logros, fracasos o pendientes, y las tan temidas cuentas bancarias, temáticas que forman parte de las charlas sociales y familiares, que abundan en la fecha. La inercia inflacionaria afecta el humor entre cenas, regalos de Navidad y vacaciones cuyo pago se complica. Para colmo de males, Argentina está en la cuerda floja en el Mundial de Qatar.

¿Tanto afecta el humor de la gente un partido de fútbol? La respuesta la arroja el mismo estudio de la Universidad de San Andrés, que revela que el 77% de los encuestados cree que el resultado del Mundial influye en el humor social, un parecer que atraviesa a distintas clases sociales, edades y pertenencia política. Todos piensan más o menos parecido: jóvenes o más adultos, de izquierda o de derecha, los argentinos necesitamos que Argentina avance de etapa para que el estado anímico sea tolerable.

En cuanto a las sensaciones generales que provoca el Mundial, los encuestados se inclinan por percepciones positivas. El 88% de quienes respondieron mencionaron que les provoca entusiasmo, pasión, orgullo, motivación o felicidad. Todo lo que la política no logra en la sociedad.

Los distintos sectores políticos planeaban tener un mes para recalcular estrategias electorales y políticas. ¿Cuánto tiempo les dará la Scalonetta?

Desde el Gobierno de Alberto Fernández sólo marcan que seguirán con la gestión diaria, sin grandes cambios. Allí, el que más se muestra activo es el ministro de Economía, Sergio Massa. El jueves se reunió con los empresarios más importantes del país. Todos hablaron el mismo idioma en el lujoso Alvear Palace Hotel: una puerta abierta para la vuelta del dólar soja y un posible blanqueo de capitales. Felices y contentos.

Por su parte, la oposición, tiene pensado evaluar (de puertas para adentro) estrategias para evitar continuar peleándose mediáticamente y no perder posiciones. El más preocupado es Horacio Rodríguez Larreta que, ante el avance de Patricia Bullrich como candidata, busca aprovechar la euforia mundialista para aceitar su GPS. Para eso, el jefe de Gobierno porteño apuró la bendición de su ministro de Salud, Fernán Quirós, como candidato a sucederlo en el cargo y dejó bien en claro que prefiere un ganador del PRO para la Ciudad.

A veces pareciera que la dirigencia política no observa que las necesidades urgentes no desaparecen en función del humor social. Varios analizan, y comentan por lo bajo, que el desempeño futbolístico puede beneficiar a unos u otros políticamente.

Volvamos a la encuesta. El 56% ve ninguna o poca relación entre el resultado de la Selección en el Mundial y las próximas elecciones presidenciales. Entre este grupo de consultados, no hay diferencias entre electores del FDT y los de JXC. Se distinguen los libertarios: un 69% está en desacuerdo con la idea de que el resultado influye electoralmente. Hay apenas un 13% que piensa que puede afectar mucho el Mundial en las próximas elecciones presidenciales.

Con los datos expuestos, vemos que el humor de la gente es la única variable que se altera con los resultados de la Selección Argentina. Se vuelve una problemática por la sumatoria de situaciones agobiantes que se viven en nuestro país. 

"Si ante la sensación de fracaso económico, social y político, se le suma el deportivo, podría ser bastante problemático en el corto plazo para las autoridades. También para todos nosotros, porque la convivencia con mal humor es una cosa y con buen humor es otra”, analiza Diego Reynoso, director de ESPOP de la Universidad de San Andrés.

Mal que les pese a algunos, el fútbol y las elecciones tienen algo en común. Algo muy poderoso. Les diría que son iguales. Durante 90 minutos del partido, no interesa quién jugó bien o mal. Lo importante son los goles que se les puedan hacer al rival. Los candidatos electorales tampoco necesitan solamente ser los más probos: necesitan conseguir más votos.