CAPITAL FEDERAL - El Gobierno proyectó que la economía caerá este año 2,4 por ciento y profundizará esa contracción en 2019, con una contracción del 0,5% adicional. Así se desprende del proyecto de ley de Presupuesto que el Poder Ejecutivo envió este lunes al Congreso y que presentará el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, este mediodía.

Según la previsión oficial, la inflación promediará el año próximo un 34,8 por ciento interanual y alcanzará en diciembre de 2019 un 23 por ciento acumulado en 12 meses.

Sobre el dólar, en tanto, el Ejecutivo no dio mayores pistas. Solo previó un tipo de cambio promedio de $40,1 para todo 2019,incluso algo inferior a los valores actuales.

El objetivo central del proyecto de ley de Presupuesto es alcanzar el equilibrio primario entre gastos e ingresos, según se anticipó. Para eso, el Ejecutivo encabezó negociaciones con los gobernadores para distribuir el ajuste entre la Nación y las provincias.

"Converger al equilibrio fiscal es uno de los objetivos centrales de la política económica de este gobierno", se lee en los supuestos del proyecto enviado este mismo lunes al Congreso.

Actividad

"Luego de la expansión de 2,9% de 2017, estimamos que la economía se contraerá alrededor de 2% durante 2018", comienza el texto que el Ejecutivo envió al Congreso este mismo lunes. En rigor, la contracción será de 2,4%, de acuerdo con la proyección oficial.

"Estamos convencidos de que saldremos fortalecidos de esta recesión, ya que la economía contará con un tipo de cambio real más competitivo que impulsará nuestras exportaciones, un sector público nacional con equilibrio fiscal primario, lo cual nos permitirá depender cada vez menos de los mercados internacionales de crédito y un Banco Central que verá facilitada su lucha contra la inflación al no tener que proveer financiamiento monetario al Tesoro", indició el Gobierno.

Luego de relatar los "shocks" que "interrumpieron un proceso de siete trimestres consecutivos de crecimiento", el Gobierno va a los números: una caída esperada de 2,4% para este año, sobre todo durante el segundo y el tercer trimestre.

La recuperación, aseveró el Ejecutivo, llegará de la mano de un mayor dinamismo de las exportaciones, beneficiadas por el nuevo tipo de cambio. "Serán el componente más dinámico del PBI en 2018", aseveró el Gobierno.

Del otro lado, "el consumo privado será uno de los componentes de la demanda agregada que se verá más afectado", con una caída esperada del 3,4% para este año.

"Para el año que viene, proyectamos una caída del PBI del orden del 0,5%", indica el texto.

Las exportaciones crecerán 21 por ciento anual en 2019, de la mano del "rebote" del sector agropecuario y el tipo de cambio más competitivo. Las importaciones crecerán 2,8%.

El "efecto arrastre", sin embargo, se notará en el resto de las variables del PBI. El consumo privado caería 1,6%, el consumo público, 3,4% (por el ajuste estatal) y la inversión (el motor del crecimiento sostenible, según el Gobierno), 9,7 por ciento. Según el Ejecutivo, tanto el consumo privado como la inversión se recuperarán entre enero y diciembre de 2019, "aunque no lograrán compensar el arrastre negativo" de este año.

Precios

El Ejecutivo calculó una inflación promedio de 34,8% para 2019, aunque prevé una fuerte desaceleración para llegar al 23 por ciento anual hacia diciembre, tal como había adelantado a los gobernadores la semana pasada. Hacia fin del año próximo, la inflación quedará "significativamente por debajo de la de 2018", aunque esta última no figura en el proyecto. Los economistas la calculan en torno al 45 por ciento.

Déficit de cuenta corriente

El dólar más caro ayudará a corregir las cuentas externas. "En 2019 se corregirá más de un 50% el déficit de cuenta corriente medido en dólares", indicó el Ejecutivo. Espera cerrar ese año con un déficit de u$s9900 millones (2,2% del PBI), contra un rojo de u$s22.400 millones proyectado para 2018.

Esta cuenta es clave para los inversores, que miran cuán sustentable es el modelo macroeconómico. Cuanto más dólares necesite el país, más deuda debe emitir y mayor es el riesgo de impacto. Este descalabro inicial potenció la fuga de capitales de los últimos meses.

Equilibrio fiscal

El objetivo central del proyecto de ley de Presupuesto es alcanzar el equilibrio primario entre gastos e ingresos.

Según la previsión oficial, este año terminará con un déficit primario del 2,6% del PBI y se sobrecumplirá la meta establecida.

Para 2019, el "déficit cero" se alcanzará con ajustes en subsidios y obra pública.

Los subsidios se reducirán en 0,7% del PBI. Los destinados al transporte caerán 0,3 puntos del PBI. "A partir de 2019, serán las provincias y la Ciudad de Buenos Aires quienes definirán las compensaciones y/o subsidios al transporte automotor dentro de sus jurisdicciones", aclaró el Ejecutivo. El transporte interjurisdiccional (trenes y colectivos que pasen de una provincia a otra) seguirá subsidiado por la Nación.

Los subsidios a la energía caerán 0,4% del PBI por el traspaso del costo a la tarifa de los servicios.

Los gastos de capital (obra pública) se reducirán 0,5 puntos del PBI, "preservando los destinados a los sectores agua potable y educación y haciendo foco en los destinados a los sectores energía y transporte", indicó el Gobierno. Para estos últimos dos, las esperanzas están puestas en el inicio de los proyectos de Participación Público Privada (PPP). En términos nominales (es decir, sin sumarles la inflación, la caída será de casi $18.000 millones.

Además se reducirán en 0,3% del PBI las transferencias corrientes a las provincias, "donde solo la tercera parte no se explica por las menores transferencias a la provincia de Buenos Aires según lo establecido por el pacto fiscal".

Así las cosas, el Gobierno espera que los ingresos totales de la administración pública nacional crezcan 41,8% en 2019 (la recaudación tributaria subiría 39,5% y habría ingresos de capital por 1538,5%, por ventas de bienes de capital).

Los gastos primarios, en tanto, crecerían 24,5% anual. Las prestaciones sociales (jubilaciones, asignaciones y pensiones) crecerían un 34,4% promedio, mientras que los salarios crecerían 30,8% (cuatro puntos por debajo de la inflación promedio). Los subsidios económicos caerían 6,9% anual y las transferencias corrientes retrocederían 17,5% anual.

Los gastos de capital caerían 7,2% interanual, sobre todo los vinculados a obras de energía y transporte. Allí, el financiamiento público caería más del 50 por ciento. Todo dependerá de lo que suceda con las PPP.

Las necesidades financieras, en tanto, rondarán los 2500 millones netos, más u$s20.100 millones de refinanciaciones. La negociación con el FMI para adelantar los vencimientos del crédito por u$s50.000 millones se centran en este último punto. "No se necesitan nuevas colocaciones en dólares", indicó el Gobierno.

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