Se acordarían jornadas de 8 horas para evitar despidos
Ávila dijo que hay operarios que "optarían por retirarse de la actividad".
COMODORO RIVADAVIA (Por Raúl Figueroa/ El Análisis de la Noticia) - Tras la asamblea de trabajadores en El Tordillo y en el marco del acatamiento a la conciliación obligatoria dictaminada este viernes por el Ministerio de Trabajo de la Nación, Jorge Avila confirmó lo que había anticipado a ADNSUR el miércoles último: la negociación en el período conciliatorio derivará en un nuevo diagrama de jornadas de 8 horas de trabajo, a fin de sostener el mayor número de puestos laborales posibles, si bien hay operarios que ante la reducción salarial que implica la jornada más corta, con un promedio salarial de 30.000 pesos, optarían por retirarse de la actividad.
En diálogo con FM La Petrolera, Avila reseñó los temas que deberán discutirse en el marco de la conciliación obligatoria, que posibilitó revertir los telegramas de despidos que se habían canalizado desde San Antonio (206) y otras contratistas de Tecpetrol (la cifra se estimó en otras 200 cesantías). En ese marco, el dirigente reconoció que algunos trabajadores ya manifestaron su intención de retirarse del yacimiento, ante un salario que sin horas extras significará un retroceso de alrededor de 24.000 pesos.
En el período de conciliación, se buscará acordar el cambio en el diagrama de trabajo, que pasaría de 12 a horas, mientras que el personal de torre se incluiría el régimen de 14 días de trabajo por 7 de franco y 7 de suspensión, según había precisado el líder sindical en diálogo con esta agencia. Ese tipo de modificaciones se haría extensivo a las demás operadoras, a fin de reacomodar el mercado laboral y poder reducir el “stock de puestos sobrantes”, según la nominación aplicada por las operadoras.
En la negociación se apunta también convencer al gobierno nacional para que haga valer ante las operadoras los incentivos que se les otorgaron el año pasado para la exportación de petróleo, además de reiterar el claro perjuicio que provoca la actual política energética para el golfo San Jorge, al favorecer los incentivos en la cuenca Neuquina (con precios de petróleo y gas más altos para esa región), lo que ha provocado en la práctica un corrimiento de inversiones hacia esa región.