RAWSON (ADNSUR) - “Atendélo al gobernador de Chubut, porque no creo que la Nación quiera tener una provincia explotada”. Así de alarmante fue el llamado que el último lunes le realizó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, al ministro de Economía Martín Guzmán, y que logró una entrevista de una hora y media en la Quinta Presidencial de Olivos con Mariano Arcioni.

La gestión del tigrense volvió a ser fundamental y logró que el hombre que tiene la llave de la que dependen muchas medidas que necesita Chubut, pueda escuchar de primera mano un crudo diagnóstico de la realidad de la provincia. Allí se coordinó una reunión para este miércoles entre el equipo económico nacional y el provincial, una entrevista que significa una oportunidad que no puede ser desperdiciada, porque estará en juego el futuro inmediato de Chubut.

Se necesita una serie de autorizaciones que permitan el arribo de fondos frescos para lograr que la provincia se ponga al día con la deuda salarial con sus empleados públicos. Chubut aspira, como dijo Javier Touriñán la semana pasada a ADNSUR, a obtener una suma cercana a los 15 mil millones de pesos. Con esa cifra, el objetivo sería estar al día con los sueldos adeudados -incluyendo el medio aguinaldo-, y lograr un fondeo que permita asegurar todos los meses una fecha previsible de pago.

No es una tarea fácil, ni mucho menos: fuentes del gobierno nacional reconocen a esta columna que la gestión chubutense tiene un problema de credibilidad. “No hacen los deberes”, es la frase que se escucha en Buenos Aires, y que refiere a que hasta aquí no se da a conocer un plan para salir de la crisis, mientras se observa que el gasto público sigue subiendo con la incorporación todos los meses de la “cláusula gatillo” firmada en 2019. Si bien la provincia quiere mostrar que los sueldos en 2020 están congelados, porque no se dieron aumentos, por otro lado tiene que admitir que su masa salarial ya subió más de $ 1000 millones en lo que va del año.

En las reuniones previstas para esta semana, va a haber un reconocimiento del problema de los salarios que debe ser solucionado, así como también de jubilaciones, y de falta de recaudación. Pero un argumento será clave en la discusión: es cierto que Chubut tiene problemas y que necesita una ayuda especial, un auxilio que en general la provincia no ha reclamado al gobierno central, sino más bien todo lo contrario, porque los chubutenses históricamente han aportado más de lo que han recibido. Junto a otras cuatro provincias, es una de las que a través de sus recursos genera importantes ingresos al erario nacional, y sin embargo –en todas las gestiones de todos los colores políticos- está a la cola a la hora de recibir aportes que sí se entregan a otros estados.

EL PLANTEO POLITICO

Un altísimo funcionario provincial que estará el miércoles en la reunión, adelantó a esta columna uno de los ejes que llevará Chubut a la mesa de negociación con la Nación: “nosotros aportamos el 2% al PBI, pero luego sólo recibimos el 1,5% de los fondos que Nación transfiere a las provincias, perdiendo un 26 % de lo que aportamos”. Si bien reconoció que “en cualquier régimen de coparticipación no sólo se tienen en cuenta criterios devolutivos, sino también redistributivos, es por eso que nosotros juntos a otras cuatro provincias venimos aportando a la redistribución del ingreso para igualar el bienestar social en todo el país”.

El argumento será entonces el siguiente: en los últimos 15 años Chubut no hizo bien los deberes, aumentó su gasto público a niveles impagables y ahora debe hacer las reformas para acomodar sus números. Pero mientras tanto, necesita una mano de los fondos federales a los que siempre aportó por demás, siendo solidaria con el resto del país. Claramente, una discusión primero política, antes que económica.

Ahora bien, una vez hecho este planteo, queda la segunda parte, que es la más difícil: mostrar una serie de medidas que sean convincentes, y que muestren que Chubut tiene un plan para ir achicando su déficit de aquí al año que viene de manera paulatina, con el fin de sanear sus cuentas dentro de los próximos cuatro años. Es decir, por un lado pedir más dinero, y por el otro asegurar que esa plata va a ser bien invertida, y que hay un camino para devolverla a partir de la austeridad y la eficiencia. Algo que hasta aquí la provincia no ha sabido mostrar.

Si los funcionarios chubutenses que van a estar sentados a la mesa logran convencer a sus interlocutores, se abren distintas posibilidades: con el Ministerio del Interior, la llegada de más subsidios en forma de ATN. Con Economía, el arribo de más dinero del Fondo Fiduciario o también, la autorización para que los U$S 180 millones del programa de Letras hasta fin de año, puedan tomarse a través de “dólar linked” a devolver dentro de los próximos tres años.

EL PAQUETE

En el gabinete guardan con mucho celo las medidas que serán presentadas a Nación, que fueron denominadas “Plan de Sustentabilidad”. Quieren que sean presentadas a la ciudadanía chubutense una vez que tengan el aval del equipo de Alberto Fernández. Algunas de ellas se conocen, y otras que tienen que ver con lo salarial, están guardadas bajo siete llaves.  

En el crudo diagnóstico que se llevará a la reunión, Chubut explicará que se busca que la masa salarial, que hoy tiene un peso del 120 % sobre los ingresos netos de las regalías cedidas para el pago de bonos, tenga en cuatro años un peso del 70 %, que sería un número que permitiría un normal desenvolvimiento. El informe escrito asegura que “la actual masa salarial no es sostenible con el actual nivel de ingresos, y el problema estructural es tan grande, que no sólo le impide funcionar normalmente sino incluso seguir endeudándose para pagar los salarios aun sin ajustar”.

Además de comprometer el congelamiento de salarios, se explicarán otras medidas en marcha para bajar el gasto, como las intimaciones para lograr unas 2 mil jubilaciones de manera inmediata a quienes estén en condiciones de hacerlo, y la ley impulsada para bajar la cantidad de activos, conocida como “baja del débito laboral”, a quienes tienen pocos años para jubilarse.

En ese sentido, uno de los compromisos del plan es que, cuando se jubilen empleados, solo se podrá reponer un agente cada 3 jubilados, para achicar el número total, al tiempo que se pretende cancelar vacantes por un lapso de cuatro años, salvo excepciones fundamentadas. Por otra parte, se hablará del “problema estructural del sistema jubilatorio” que demanda cada vez más recursos de la provincia, porque es deficitario y requiere algún tipo de modificación. Uno de los diagnósticos indica que “para mantener el equilibrio en la caja, el aporte de los activos debería ser al menos del 32 % del sueldo bruto”.

Además del impulso a los retiros voluntarios y congelamiento de vacantes, la provincia mostrará números de la reducción de horas cátedra y de horas de guardia, y uno de los ejemplos a mostrar será la última resolución del Ministerio de Educación, para dejar de pagar dos y hasta tres docentes por cargo.

Respecto a la recaudación, el equipo provincial presentará una reorganización del esquema de la Dirección General de Rentas orientado a aumentar la eficiencia  con una meta del 50 % de crecimiento real en 4 años, con una mejora en el proceso de seguimiento de liquidación de regalías, actualizaciones en alícuotas de Ingresos Brutos, Sellos, Inmobiliario Rural, Pesca, Canon de Agua, Tasa Ambiental Ecológica, Transferencia de Bienes y Tasa Vial, así como una moratoria impositiva.

EXPECTATIVA

La pregunta es si todas estas medidas con la consecuente proyección de números a futuro, alcanzará para convencer a los funcionarios nacionales para que autoricen las medidas que Chubut necesita para conseguir la plata que hoy le falta. ¿Será suficiente o Nación pedirá un mayor ajuste? Hay quienes creen que es probable que el equipo nacional pida medidas de fondo, vinculadas al sistema de asignaciones, de jubilaciones, de mayor presión tributaria, de ampliación de la matriz productiva.

La provincia necesita una inyección de fondos de manera urgente, si pretende una relativa tranquilidad en su funcionamiento diario, que no dependa de amagues de renuncia de sus ministros para pelear por el orden del pago de salarios de dos meses atrás, como ocurrió en los últimos días con Federico Massoni en el caso de la policía y con Fabián Puratich en el caso de Salud.

La tarea para que esto suceda, la tendrán esta semana Mariano Arcioni junto a Oscar Antonena, José Grazzini, Javier y Diego Touriñán, y Javier Alvaredo. Lo que allí se comprometan, si tiene el aval del gobierno nacional en el aspecto político, deberá después ser respetado a rajatabla por todo el arco político y por la dirigencia sindical. Si el objetivo es que Chubut no estalle de una vez por todas.

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