Es muy difícil explicar el nivel de escalada de un conflicto de una gravedad nunca vista entre la provincia del Chubut y el gobierno nacional que estalló en pocas horas, el día del aniversario de Comodoro Rivadavia: primero con las declaraciones del gobernador Ignacio Torres, quien luego de recibir el apoyo de todos los intendentes y la mayoría de los gobernadores del país, acabó con una furibunda respuesta del mismísimo presidente Javier Milei.

El tema estaba latente y ya en la semana hubo señales: reuniones con negativas en Buenos Aires, por parte de segundas líneas de Economía e Interior, porque faltaba el visto bueno de las más altas esferas. Y lo que restó puntos, fue la respuesta favorable de la justicia al reclamo de Chubut por la restitución del subsidio al transporte, obligando a Nación a devolver el Fondo Compensador que había decidido anular por decreto.

Esto fue leído como un abierto desafío de esta provincia al gobierno nacional. Es curioso, porque la semana había comenzado con una entrevista al ministro de Economía, Luis Caputo, quien había puesto a Ignacio Torres como “ejemplo” ante el resto de los gobernadores cuando el lunes anunció el pago de un fondo de incentivo docente provincial.

Parece increíble, pero el mismo gobierno nacional que el lunes había puesto a Torres como ejemplo de lo que hay que hacer, cerró el viernes diciendo que era el abanderado de la “casta” y parte de los “degenerados fiscales” que dan “asco” con “amenazas chavistas” que bordean la ilegalidad, tal cual reza el comunicado del presidente Javier Milei.

Lo que despertó semejante nivel de respuesta presidencial, fueron los dichos de Torres al advertir que “si el martes o miércoles no está la resolución favorable de la justicia, vamos a optar por no exportar ni un barril más de petróleo. No podemos permitir que nos quieran pisar la cabeza”, al referirse a la decisión de Nación de “retener de manera indebida la mitad de la coparticipación, cuando la provincia tiene voluntad de pago de una deuda”.

Pero no fue sólo eso, dicho a media mañana, sino lo que vino después: el respaldo total de todos los intendentes chubutenses, de los diputados (incluidos los de la oposición, salvo el caso del diputado César Treffinger) y a continuación, de todos los gobernadores patagónicos, luego del conjunto de los gobernadores de Juntos por el Cambio, e incluso luego de gobernadores del justicialismo.

El gobernador Torres habla ante la movilización de petroleros el último viernes en Comodoro Rivadavia.

Hacia las 18 horas del viernes, la movida de Torres había escalado a nivel nacional, era tapa de todos los medios, y se había convertido en la principal voz desafiante al gobierno de Milei, al que acusaba de querer “disciplinar” a las provincias manoteando sus fondos de manera ilegal. 

Fue producto del alto perfil y la lengua filosa del mandatario chubutense, quien públicamente reconoció que le recomiendan “no seas boludo, no te pelees” pero no puede “quedarse callado” y disparó “a diferencia de otros, yo no le tengo miedo. No vamos a ceder ante sus insultos, amenazas o aprietes”. 

El nivel de virulencia es extremo, pero tiene de fondo una cuestión que hay que explicar, porque es la que hizo “saltar la térmica” de Torres. Se origina en una deuda onerosa, de la que Chubut es prácticamente la única provincia protagonista por decisiones de gobiernos anteriores. Un problema que sigue y se está “chupando” los ingresos por coparticipación.

El origen del problema

El gobernador Arcioni puso la cabeza en la guillotina endeudándose con tasas altísimas. Nosotros propusimos canjear esta deuda por una de mejores condiciones. Fuimos al Banco Central, que no nos puede negar esa deuda en estas condiciones, sin embargo nos están pateando la autorización, cuando a Nación se lo autorizan en 24 horas”, expresó Torres.

De este modo, se refirió a los ingresos por coparticipación que se están viendo afectados en una suma de $ 3.000 millones por día, producto del cobro compulsivo de un préstamo tomado por la gestión anterior, llegando a alcanzar esta semana los $ 13.500 millones, equivalentes a un tercio de los ingresos mensuales en esa materia, algo que puede prolongarse todos los meses hasta fin de año.

Se debe a una de las bombas de la pesada herencia recibida: la deuda con el Fondo Fiduciario Federal, que asciende a una suma en pesos que equivale casi 150 millones de dólares que se van ajustando por el índice inflacionario, y que luego de sucesivas prórrogas que terminaron en febrero de 2024, ahora comenzaron a ejecutarse de manera automática a través de los ingresos por coparticipación.

Un sistema al que recurrió Chubut a lo largo de 2020, 2021 y 2020 para el pago de gastos corrientes, concretamente salarios. La “herramienta financiera” que otorgaba en un primer momento Silvina Batakis y luego Sergio Massa, era un préstamo a corto plazo con altas tasas de interés, que para colmo nunca se fue pagando, sino postergando y acumulando.

La consecuencia es todo el monto total quedó pendiente en 11 cuotas a vencer de aquí a fin de año, que a valores actuales equivalen a $ 13 mil millones mensuales que el mes próximo serán más, una suma equivalente al 30 % de la masa salarial de los trabajadores estatales, y que Nación se cobra de manera automática.

Como anfitrión en el aniversario de su ciudad, Othar Macharashvili fue el primer intendente en expresar el apoyo a Torres.

El dato concreto y muy preocupante explotó esta semana, a pesar de las reuniones que hubo en Buenos Aires entre funcionarios chubutenses e integrantes de la Secretaría de Hacienda y la Secretaría para las Provincias del Ministerio del Interior: al no haber una orden expresa del Presidente de la Nación para llegar a un nuevo acuerdo de pago, el pasado miércoles ya comenzaron los cobros, por lo que hace tres días que Chubut no recibe un solo peso de Coparticipación Federal de Impuestos.

Es de esperar que, si no hay acuerdo político, este débito automático continúe todos meses, lo que equivale a decir que Chubut ve enormemente afectada una de sus tres principales fuentes de ingreso genuinas, y le queda abocarse a sus obligaciones (sueldos, obra pública, servicios) apoyándose sobre todo en los ingresos por regalías petroleras y por recaudación de impuestos provinciales.

Las consecuencias

El problema está atado a compromisos políticos cerrados entre las gestiones anteriores a nivel nacional y provincial, que luego no continuaron y dejaron un nudo gordiano de deudas, tasas, vencimientos e intereses que deben solucionar las nuevas autoridades que asumieron en diciembre en Balcarce 50 y en Fontana 50.

Lo explicó con mucho detalle el ministro de Economía, Facundo Ball, esta semana. Afirmó que se trató de “muy malas decisiones de deuda”, que luego “se reprograman, y en algún momento hay que pagarlo” por lo que “en 2024 comenzamos a pagar la fiesta de la deuda del gobierno anterior”.

Según su lectura, “no fueron ayudas, incluso si pedimos dinero a alguna financiera, nos van a dar en mejores condiciones. Esto se ajusta por CER, es decir que el capital se está ajustando por inflación”. Dijo que este dinero “se fue usando para pagar sueldos y aguinaldo, el último préstamo fue en mayo, antes del medio aguinaldo, y se presentó como otra ayuda del gobierno amigo, pero en realidad era del gobierno enemigo”.

El ministro Facundo Balla había anticipado el miércoles que el conflicto estaba latente.

Afirmó que “el peor préstamo que puede haber era ese” y recordó que “a las otras provincias le daban ATN, y a Chubut la asistencia era un préstamo carísimo, por lo que ahora las otras provincias no tienen este problema, que se manejaban mal y tenían desequilibrio fiscal, se las asistía de otra manera”.

Como ejemplo, afirmó que “siempre estuvimos últimos en el ránking de asistencia con fondos discrecionales, con el gobierno amigo. Chubut es la principal deudora (en este fondo) y con una gran diferencia, y es un problema que incluso no estaba en el radar del gobierno nacional”.

Ante este escenario, Torres salió a hacer una serie de advertencias dado que Nación decidió no atender los ofrecimientos de pago incluso en mejores condiciones: el contra mensaje buscó “apretar” por el lado de las exportaciones de petróleo afectando ingresos nacionales, para devolver “con la misma moneda”.

El daño de esta medida si se lleva a la práctica, quedó bien explicado por Raúl Figueroa a través de ADNSUR: allí indicó que el Estado nacional se beneficia por lo que produce esta provincia, que cerró el año con una venta externa de 11,4 millones de barriles, lo que implica alrededor de 1.140 millones de dólares. Esto permitió que alrededor de 90 millones de dólares se queden en las arcas directas del Estado nacional, en concepto de retenciones a la exportación, con una alícuota del 8%. Al tipo de cambio actual, significa unos 77.500 millones de pesos.

Propuesta de pago

El mismo Ball explicó luego de las reuniones del último martes en Nación que “en los ámbitos técnicos con los que hemos estado esta semana lo entienden, hemos presentando propuestas para salir, pero la definición final es del Presidente”.

Con números concretos, el ministro sostuvo que la deuda “son unos 120 mil millones de pesos que varía todos los días, con una cuota mensual que hoy está en 11 mil millones, cercano al 30 por ciento de la masa de sueldos, pero como se ajusta por inflación va a seguir subiendo”.

De acuerdo a los dichos del ministro de Economía, queda claro que el gobierno nacional no conoce en profundidad el tema, y no termina de entender la gravedad de la situación: es un planteo que Chubut le lleva en soledad, porque es la única provincia en esta situación urgente y con este nivel de deuda.

El peligro es que la lectura política de Milei hacia todas las provincias por igual, mete a Chubut en la misma bolsa, cuando los diputados que responden a Torres habían acompañado la Ley Ómnibus que finalmente fracasó, por lo que su postura no fue la misma que la de todas las provincias. Buscó mostrarse como un gobernador dialoguista, y busca acercar posiciones de manera permanente con Nación, e incluso en algún momento se abrió un canal de diálogo con Karina Milei.

El mensaje del gobierno provincial es que Chubut quiere pagar, que de ninguna manera pide condonaciones, sino solamente que Nación acceda a un pago a posteriori, luego de que se puedan ordenar las asfixiadas cuentas. Es una decisión que en nada afecta a las cuentas nacionales.

Milei no está dispuesto a ceder ante el pedido de Chubut.

Pero la respuesta de Milei fue que se debe cumplir lo que está firmado, una especie de mensaje de hacerse cargo de lo hecho por el gobierno anterior de Arcioni, por más que no se comparta. “Los $13.500 millones de descuento a los que hace alusión, corresponden a una deuda que mantiene la provincia de Chubut con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. Por normas de emisión de dicha deuda, su cobro se realiza por descuento directo de la Coparticipación”, expresó.

De este modo alude a lo firmado con Sergio Massa: que a partir de la finalización de la prórroga que duraba hasta febrero de 2024, comenzaban los descuentos automáticos por coparticipación. Es lo que Nación está ejecutando, sin negociar y sin atender a las razones de los enviados chubutenses.

Disciplinamiento

¿Hubiera sido la misma la actitud de Nación respecto al Fondo Fiduciario, si Chubut no hubiera ido a la justicia por el subsidio al transporte? Torres cree que no, y que por eso se trata de un disciplinamiento, un ejemplo de lo que puede ocurrir a todo aquel que se anime a desafiar a la Casa Rosada.

Así lo leyeron el resto de los gobernadores, y por eso Torres se convirtió en abanderado de la independencia de las provincias. Ocurre que el tiempo avanza, y las consecuencias inmediatas las sufre Chubut, por más apoyo mediático y en redes que puedan brindar otros mandatarios en solidaridad.

Los gobernadores patagónicos fueron los primeros en sumarse en la defensa del planteo de Torres.

Por la respuesta de Milei, no va a dar marcha atrás, y desafió a Torres a “proceder” con su amenaza de cortar los envíos de petróleo, bajo la advertencia de denunciarlo por violar el Código Penal en su artículo 194, respecto a quien “impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los servicios públicos de comunicación, de provisión de agua, de electricidad o de sustancias energéticas, será reprimido con prisión de tres meses a dos años”.

Tampoco Torres va a retroceder, y le dijo “que mande a Gendarmería y me meta preso”. Llegado a este punto, queda la gran pregunta: ¿qué va a pasar esta semana? ¿qué va a hacer Ignacio Torres si no se abre un canal de diálogo con Nación para bajar la espuma?

Habrá que esperar al miércoles, plazo del ultimátum del gobernador, para ver en qué consiste el “cerrar la llave”. Milei habló de propiedad privada, pero el recurso natural de los hidrocarburos pertenece a las provincias. ¿Es legal o ilegal retener el envío de tus propios recursos concesionados y explotados por un privado?

Todos interrogantes que se irán respondiendo sobre la marcha porque, como dijimos, estamos a las puertas de un conflicto inaudito, nunca visto. Un conflicto que en primer lugar es político y luego económico. Pero que las consecuencias se aplican sobre los fondos y recursos de todos los chubutenses.

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