“Cálida, solidaria y luchadora incansable”: las emotivas palabras de una amiga de Jorgelina Ruíz Díaz
Marina Alexandre, compañera de la profesora fallecida este martes en un accidente vial sobre ruta 3, la describió como “un ejemplo de mujer, de mamá, de docente y de luchadora”. Jorgelina era abuela y madre de cinco chicos. Se fue de su Corrientes natal en busca de una mejor situación económica.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR / Escuchá la entrevista) – Jorgelina Ruíz Díaz, una profesora de la escuela 738 del barrio San Cayetano de Comodoro que este martes perdió la vida en un accidente vial junto a María Cristina Aguilar, era “un ejemplo de mujer, de mamá, de docente y de luchadora”. Así la describió su amiga Marina Alexandre y se sumó a las manifestaciones de afecto que desde la tarde de ayer se vienen replicando por diferentes medios.
En diálogo con Actualidad 2.0, Marina indicó que conoció a Jorgelina hace ocho años atrás y la recordó como una persona “cálida, dulce, solidaria y una luchadora incansable”.
Sostuvo que era oriunda de Monte Caseros, Corrientes. “Había sido portera y con mucho esfuerzo se recibió de maestra. Ella se vino al sur hace muchos años en busca de una mejor situación económica porque en Corrientes estaba pasando lo que pasa hoy en Chubut”.
Emocionada y con la voz quebrada, Marina relató que llegó a Comodoro junto con su familia: “Vivieron en el barrio Saavedra, era una persona muy querida por sus alumnos y compañeros, muy solidaria, siempre con una voz de aliento y de calma. Se la podía ver al lado de sus hijos siempre, era una mamá ejemplar”.
Indicó que Jorgelina dejó a cinco hijos, entre ellos una “nena de entre 11 y 12 años”.
Destacó que “estudió para ser maestra y ahora seguía capacitándose para recibir la certificación como docente del nivel secundario”. Agregó que “estaba a muy poco de jubilarse y su sueño era volver a su ciudad de origen con sus padres y su familia y a disfrutar de su jubilación allí”.
Su amiga cerró sus sentidas palabras señalando que “siempre estuvo en la lucha, jamás hablando mal de nadie. Ella tenía muy claro lo que estaba sucediendo, sabía que no era el reclamo por el reclamo mismo. Siempre con alegría pese al frío y la angustia que nos tocó vivir. Siempre se manejó con mucho respeto hacia todos: era una luchadora incansable”.