"En Chubut solo se puede parir en cinco ciudades": el desafío de ser madre en el campo
Chubut tiene 51 puestos sanitarios de distinta complejidad a los que se llega después de varias horas de viaje por caminos difíciles de transitar. ADNSUR dialogó con el Dr. Juan Manuel Diez Tetamanti, geógrafo de la UNPSJ, quien realiza una investigación sobre las experiencias de las embarazadas que viven en el campo.
El Dr. Juan Manuel Diez Tetamanti, geógrafo de la UNPSJ, dialogó con ADNSUR sobre una investigación de la Universidad sobre las experiencias y trayectorias de las mujeres y las familias en procesos de embarazo y maternidad en la zona rural de la provincia.
“La idea fue trabajar con un problema que acontece a partir de una reforma en el sistema sanitario y es que las mujeres no pueden parir más en el campo”, explicó Tetamanti. “Esto viene de la mano de un proceso de maternidades seguras, una iniciativa de Unicef que apunta a mejorar el proceso de maternidad, a darle mayor seguridad, a contar con mejores equipamientos y más sofisticados para atender cualquier eventualidad", agregó.
“El problema es que en ese cambio hubo muchos hospitales rurales y puestos que pasaron de estar habilitados para poder atender partos a dejar de estarlo. En Chubut solo se puede parir en cinco ciudades: en Madryn, Trelew, Comodoro Rivadavia, Esquel y El Maitén”, dijo el investigador.
“Hay lugares muy alejados que están a 5 o 6 horas de un hospital. Y esto no se reduce solo al momento de parir sino que son meses antes y meses posteriores que implican controles”, precisó Tetamanti.
“De todas maneras, no son muchas las mamás que continúan pariendo en el campo. Hay que decir decir la provincia tiene un sistema de asistencia sanitario de base que está firmado por trabajdras de salud comunitarias, que hacen un acompañamiento de las madres. Hay casos puntuales pero de las más de 20 entrevistas y talleres que hemos realizado hay solo unos 8 que acontecen bajo esas circunstancias”, comentó.
Del campo a la ciudad
El miedo al desarraigo, a lo desconocido a la urbanidad y a estar lejos del círculo familiar fueron los indicadores comunes que los investigadores detectaron en las mamas próximas a parir.
El investigador explicó que estas mujeres “tienen que venir a parir a la ciudad y son del campo. A veces unas semanas para la atención, y en otros casos meses, si lasituacion de complica. Esto también implica un gasto económico”, añadió.
“El sistema trata de acompañar y hay todo un proceso que se anticipa para tratar de que la mamá esté unas semanas antes dentro de ese espacio de seguridad, y a veces eso es resistido por las madres -contó-. También se dan situaciones de colectivos de larga distancia que tratan de no llevar a las madres en las últimas semanas de embarazo para evitar el hecho de que puedan parir arriba del colectivo”.
“Las mujeres entrevistadas manifiestan temor a ir a la ciudad, a estar lejos de la familia y al proceso de traslado. Hay dificultad respecto de la emergencia, las posibilidades de acceder a los puestos de salud porque los recursos están puestos en la ciudad, especialmente”, subrayó.
También “hay mucha incertidumbre sobre qué hacer en la ciudad, en el caso de los turnos que se cancelan y tienen que volver haciendo cuatro horas de viaje, por ejemplo”. Y “otro de los temas es el del desarraigo, porque resulta incómodo el no poder nacer en esas localidades. Porque finalmente los niños y niñas nacen en la ciudad, por más que después regresan”.
A esta situación se suma que hay faltante de médicos en algunas de las localidades de la provincia. Esto ocurre, según Tetamanti, “por un lado, porque cuesta a los médicos acostumbrarse a la vida rural y, por otro lado, porque el acceso a los instrumentos y elementos básicos es muy diferente a la ciudad. Por esos motivos hay mucha rotación de personal”.
“Hay un desdoblamiento de mujeres muy importante en el aérea rural. Hay localidades donde casi no hay mujeres. Hay una localidad que se llama Los Mirasoles y son 34 hombres y una sola mujer. Es una población envejecida y mayormente de hombres", puntualizó.
“Es difícil el acceso a la escuela, generar comunicaciones ante una emergencia, entonces hay una migración de las mujeres hacia el pueblo o hacia la ciudad y el hombre que subsiste en el campo”, agregó el investigador.