“Hay que cortar con el asistencialismo en la Meseta y ser más razonables en atender las necesidades básicas”
Lo afirmó Roberto Avilés, enfermero y pastor evangélico de Gastre. Describió la falta de infraestructura y de oportunidades de la región central de Chubut cuya situación se agravó por los efectos de la pandemia del coronavirus. “Hemos quedado prácticamente aislados”, reclamó.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Roberto Avilés, enfermero y pastor evangélico de Gastre, en la Meseta Central del Chubut, hizo un llamado a “cortar con el asistencialismo” y, por el contrario, “ser más razonables en atender las necesidades básicas” así como para “generar proyectos y fuentes de empleo”, al tiempo que manifestó la importancia de aprovechar los recursos que tiene la región, rica en minerales.
“En la Meseta Central tenemos la preocupación de tener las necesidades básicas incompletas en lo que se refiere al desarrollo”, dijo Avilés en declaraciones al programa “La voz de la Meseta”, que se retransmite en distintas radios de la región, así como del Valle Inferior y de la zona sur de Chubut.
En la región central de la provincia, dijo Avilés, “se ve la necesidad de la búsqueda de algo nuevo, de algo productivo, que genere crecimiento y empiece a cubrir las necesidades para que las personas puedan vivir más dignamente, para que haya más desenvolvimiento en relación con las ciudades más pobladas que nos rodean y de las cuales de muchas maneras dependemos”.
A la hora de hablar de la falta de infraestructura, Avilés ejemplificó: “Estamos prácticamente sin rutas; estos inviernos hacen notar la necesidad de infraestructura. Además la pandemia nos ha hecho retroceder porque hemos quedado prácticamente aislados”, aunque reconoció el buen trabajo de prevención realizado por el cual la zona no ha tenido contagios.
En este sentido dijo que “con nevadas, con las lluvias, faltó incluso el combustible esencial que es el gas en las escuelas, en los hospitales, en el Juzgado, y también faltó la leña”.
Además “esta situación hizo que todo aquello que entraba fluidamente haya tenido que ser frenado. La entrada desde Jacobacci, Río Negro, a esta zona es lo más cerca que tenemos. Y esta situación ha hecho que haya un cordón sanitario, lo cual nos ha frenado muchísimo”, sobre todo en cuanto a “la economía y los proveedores”.
Mencionó que en su caso personal está “recién arrancando con un proyecto pequeño de artículos de limpieza. Y desde la pandemia al día de la fecha se paró todo. Es decir no puedo traer mercadería”.
“Somos parte de la provincia”
“La población toda hace un esfuerzo tremendo. Esto nos ha agarrado muy mal parados. Hablamos de toda la Meseta patagónica, no solo de Gastre, de Lagunita Salada, de Blancuntre o Yala Labaut, sino del conjunto. Y sabemos que nuestra Meseta patagónica es muy, muy grande”, enfatizó.
Consideró que “entra a jugar un poquito la falta de interés, a mí me parece, a nivel gubernamental. Tenemos una provincia que está económicamente mal, pero hay mucho desinterés por esta zona. Somo el último pueblo de Chubut, pegados a Río Negro, y puedo asegurar que son muy pocas las visitas que tenemos de los diputados, del mismo Gobierno y del gobernador”.
“Sabemos que tienen otras cosas importantes también para atender, pero somos parte de la provincia”, reclamó.
Hizo hincapié en que “hay que mirar las necesidades, cortar con el asistencialismo y ser más razonables en las necesidades básicas, en las atenciones, en proyectos, en generar más fuentes de empleo y en no echar para atrás muchas cosas por falta de conocimiento”.
En este aspecto hizo a las diversas propuestas de desarrollo. “La Meseta es la que tiene que decidir, afrontar experiencias, hacer que comience a funcionar y que dejemos de depender de las grandes urbes, o de los caprichos de las grandes urbes”, sostuvo.
Respecto a los recursos minerales descubiertos en la Meseta afirmó: “Eso que está enterrado, está puesto por alguien y ese alguien es el dueño de todas las cosas. Y lo puso allí para que justamente con trabajo, con esfuerzo, con controles pueda ser extraído. Hay que cambiar mucho la Patagonia. Hay que dejar que los vecinos decidan el futuro de estas localidades”.
Conciencia
En este sentido, al recordar las recientes manifestaciones de pobladores de la región en favor del desarrollo y de la autodeterminación bajo el lema “Queremos decidir”, dijo: “La gente ha tomado conciencia de que es el momento de tomar la mancera del arado y comenzar a caminar, a iniciar una nueva historia en la que sean los más jóvenes quienes tomen la responsabilidad de que su lugar, su pueblo, sea distinto”.
“He conversado con muchas personas, incluso personas grandes que hoy están pensando distinto. Creo que es momento de pensar de otra manera para evitar tanta migración de la juventud”, agregó.
Avilés dijo no ser “minero ni opinólogo”, pero “sí veo la necesidad que hay, veo la falta de muchas cosas. Veo el nivel educativo demasiado bajo, donde los chicos terminan el secundario, y quieren ingresar a la universidad pero no tienen el nivel suficiente”.
En este aspecto manifestó que existe “falta de interés en que los jóvenes salgan con una preparación distinta”.
Sapo de otro pozo
En relación con las manifestaciones contra el desarrollo que se ve en las localidades más pobladas, Avilés marcó: “Estoy convencido que si yo organizo una movilización para decirle a Madryn que no a las ballenas, no a Aluar; ir a Esquel y decirle no al turismo, vamos a quedar como ‘sapo de otro pozo’ porque no tenemos nada que ver con esas regiones. Cada región decide, y si está el recurso, hay que explotarlo”.
En cuanto a las características productivas de la Meseta sostuvo y se preguntó: “Si yo quisiera montar hoy un complejo ganadero, ¿de dónde saco los fondos si no tengo cómo hacerlo? No puedo embargar mi vida por hacer algo que por allí no me va a dar resultados. Es triste decirlo: sí, la Meseta es una zona ganadera pero desde 2011, la ganadería fue destruida por la caída de la ceniza, y hoy remontar es casi imposible sin apoyo”.
“Nosotros queremos estar mejor, tener o exigir una ruta asfaltada, tener acceso a lugares más complejos, por ejemplo en cuanto a la salud. Hoy tenemos que salir por una urgencia y no sé qué puede llegar a pasar”.
“Es muy triste porque estamos prácticamente abandonados. Tenemos que buscar la dignidad que debe tener toda la región”, agregó.
“Hay interés en el pueblo de tener servicios que parecían imposibles, como Internet, que funciona gracias a una empresa local, privada, y para reparar cuando no funciona hay que andar a caballo o caminando con medio metro de nieve”, explicó.
Y concluyó: “Quizás con nuevos proyectos en Gan Gan, Gastre, Telsen, en toda la Meseta podamos llegar a tener médicos del lugar, enfermeros profesionales del lugar que están contaditos con las manos, ingenieros del lugar; hay miles de cabecitas que están esperando ese apoyo para poder ser alguien el día de mañana”. Por eso, “me parece muy loable que los jóvenes se hayan movilizado para que la zona sea diferente”.