"La Mary", la vecina de Comodoro que vende prepizzas para salir adelante
Mary es una de las tantas mujeres trabaja duro a diario. Llegó hace 13 años y junto a su familia comenzaron a venden prepizzas en el barrio Las Flores, que hoy ya son populares. Habló con ADNSUR y contó que además necesita solventar sus medicamentos.
María llegó a Comodoro Rivadavia en 2008 junto a su pequeña hija, provenientes de Mar del Plata, su ciudad natal. A partir de allí, su historia de vida cambió por completo. En diálogo con ADNSUR contó su historia de superación.
Para sobrellevar la difícil situación económica de su familia, comenzó a amasar y vender panes caseros y torta fritas en el barrio Las Flores. Rápidamente los vecinos comenzaron a comprarle y recomendarla, y así fue creciendo su venta: "Lo hacíamos para solventar los gastos de alquiler y poder vivir el día a día. Por suerte Comodoro nos recibió de buena manera", dijo Mary.
Con el paso del tiempo y durante la pandemia sufrida desde 2020, junto a su hija y una pareja amiga decidieron trabajar en equipo para llevar adelante la venta de prepizzas en Las Flores, donde en la actualidad sus masas son un símbolo para sus clientes.
"Gracias a Dios y a la gente de Comodoro nos va bien. Estamos con mi hija trabajando junto a esta pareja, que tiene dos hijos, y también con el vendedor. Hacemos una gran cantidad de pizzas, ya que les gustó mucho a los vecinos", aseguró.
Y afirmó que "No lo hacemos para hacernos ricos, sino que nos alcanza para comer todos los días. Quiero que las personas que están conmigo tengan su plato de comida y el dinero para pagar el alquiler. Acá somos todos una misma familia, hay un grupo muy unido".
Mary no solo lucha ante la situación económica con su trabajo diario, sino también para poder solventar sus medicamentos ante la enfermedad que padece. "Antes siempre me desmayaba y pensaban que era por el corazón, ya que tengo arritmia cardíaca", explicó.
"Un residente en Mar del Plata me mandó al Hospital Posadas, donde realizan la prueba de apnea. Es una enfermedad poco conocida, una insuficiencia de aire al corazón y al cerebro, lo que hace que pierdas el conocimiento y caigas", recordó. Y en ese momento estaba excedida de peso, pero con esfuerzo logró bajar casi 30 kilos. A pesar de eso, sigue necesitando un aparato para dormir (respirador de apneas).
“Yo dormía sentada en aquel tiempo. Pero necesito ese aparato, que es algo muy caro. Acá me lo quisieron dar pero con la pandemia fue imposible. Lo mismo que salir, por mis condiciones ya que tengo diabetes y presión, por lo que tomo diversas pastillas”.
"En mi casa somos muy humildes, pero con muchas ganas de trabajar y salir adelante. No soy de las personas que por estar enfermas se quedan sentadas. Yo trabajo y trabajo, le inculco a mi gente que hay que luchar para salir adelante. Confío en que Dios me irá protegiendo y dando lo que necesito", manifestó Mary, agradecida por el cariño diario que recibe.