"Sebastián": un ídolo que transformó la música popular argentina con presentaciones inolvidables en Chubut
A lo largo de su trayectoria de 43 años, desarrolló una carrera brillante marcada por su carisma, una voz única, un profesionalismo extremo y un sentido federal de su carrera. Sus canciones lo mantienen vivo en las despedidas, casamientos, cumpleaños o fiestas familiares.
Daniel Humberto Reyna, conocido popularmente como "Sebastián”, nació en Córdoba el 14 de agosto de 1953. Su carrera despegó en 1974 como parte de la banda de cuarteto Chébere aunque fue su posterior carrera en solitario la que lo catapultó a la fama.
Con su estilo único, que combinaba carisma, una voz inconfundible y una profunda conexión con su público, Sebastián logró llevar el cuarteto a rincones del país donde antes no había llegado.
Conocido como "El Monstruo", este talentoso artista cordobés dejó una marca imborrable en la música popular argentina, especialmente en las décadas de 1980 y 1990.
Su fallecimiento, ocurrido hace siete años, dejó un vacío en el corazón de sus fanáticos pero su legado sigue vivo, especialmente en la región patagónica, donde fue recibido como un ídolo.
COMODORO RIVADAVIA: UN LUGAR ADOPTIVO DONDE CAUTIVÓ A MULTITUDES
Aunque Córdoba siempre fue su casa, Sebastián encontró en la ciudad de Comodoro Rivadavia un segundo hogar.
Sus presentaciones eran esperadas con ansias y llenaba cada salón en el que se presentaba. Lugares como el Centro Asturiano, el Salón Luso y la Sociedad Rural se convirtieron en escenarios icónicos donde el artista desplegó su talento.
No había familia de raíces cordobesas, catamarqueñas, riojanas o tucumanas que no tuviera un cassette o disco de Sebastián, se recordó en una nota especial sobre el artista a través de Radio Suquia.
Sus canciones eran infaltables en reuniones familiares y sus actuaciones en eventos organizados por los residentes del norte argentino se convirtieron en una tradición.
UNA PROFUNDA DETERMINACIÓN A TRIUNFAR EN LA MÚSICA DESDE JOVEN
En 1974 (a sus 21 años), Sebastián formó parte de la banda de cuarteto Chébere pero lo abandonó en 1975 y se trasladó a Buenos Aires donde pasó por la banda “Los Náufragos”. Luego, regresó a Córdoba en 1977, formando el grupo 'Sebastián y Los Pobres'.
En 1979 formó parte del conjunto de Carlitos Rolán hasta que en marzo de 1981 formó su propio grupo con su primo, Raúl Ledesma.
Ese año editó su primer disco y luego en 1982 su trabajo Te dicen bandido con el que consiguió un disco de oro.
Realizó giras musicales incansables en un extremo al otro del país (no sólo en las grandes ciudades), además de América y muchos de sus éxitos integraron los discos que fueron premiados en su país, en Chile y en Perú.
En toda su carrera, logró conseguir 33 discos de oro, 10 discos de platino, 1 doble platino y 1 disco de diamante. También llegó a ser nominado al Grammy Latino.
"Sebastián vendía discos en todo el país y siempre estuvo muy por encima del resto de sus colegas del cuarteto", recuerda Juan Monasterio, el representante comercial del sello Sony, en aquella época al frente de RCA y luego BMG.
Sus bailes en la ciudad de Córdoba, durante la década de 1980, llegaron a convocar más de 10 mil personas en clubes como Súper Deportivo, Atenas, Unión Eléctrica, Palermo y, en especial Las Palmas, su lugar preferido.
Durante la década de 1990 se instaló en Buenos Aires para girar de Ushuaia a La Quiaca y posicionarse como uno de los grandes referentes de la música popular argentina.
Llegó a ser número de cierre en Ritmo de la Noche, programa de Telefé conducido por Marcelo Tinelli y apertura en la multitudinaria presentación de la cantante brasilera Xuxa en el estadio de Vélez Sarsfield.
Según Ledesma, su mánager, "en su época de mayor éxito, Sebastián recorrió todo el país, con presentaciones de lunes a domingo".
En una de sus visitas esporádicas a Córdoba para seguir mostrando su música en lugares como Las Tejas (en avenida Colón) o Maracaná (zona del Abasto), en el año 2004 le dijo a la revista “Todo Cuarteto”: “Yo soy un hijo de esta ciudad y a cada lugar que voy los hago quedar bien”.
“Yo canto en todo el país, no se olviden nunca de esto, así que hice mucho por el cuarteto”, afirmó.
Después de una década sin grabar disco y sin el apoyo de una multinacional como fue costumbre en su trayectoria, en 2010 editó el álbum Condenado por el éxito.
Luego una operación de cáncer de colon lo obligó a bajarse de los escenarios por un año y medio después de casi toda una vida cantando sin parar.
Su vuelta a los grandes bailes fue el 4 de abril de 2015, ese sábado festejó sus 35 años como solista en el Super Deportivo. Luego de atravesar una dura enfermedad, Sebastián falleció el 23 de marzo del 2017.
En esa ocasión ante la pregunta de Vos si le quedó algo pendiente por hacer, el Monstruo contestó: “Quiero grabar un disco de boleros para México y toda Latinoamérica".
Este interés se remonta a su infancia. Según el libro de Osvaldo Hepp ‘La Soledad de los Cuartetos’ de 1988, "a Sebastián, le gustó escuchar de todo, especialmente, el trío Los Panchos y la orquesta de D´Arienzo, pero como adolescente se inclinó definitivamente por el cuarteto, siendo su mayor ídolo Carlitos Rolán. No obstante siempre le atrajo la música melódica, el bolero, el tango, el folklore. En el fondo se siente un bolerista nato".
SUS HIJOS MANTIENEN VIVO EL LEGADO
El sábado 10 de agosto, su hijo Germaín realizó un baile en homenaje y cientos de bailarines lo recordaron en Las Palmas.
En diálogo con la prensa local, definió con orgullo a su papá: “Sebastián fue el artista más grande que ha dado la música de Córdoba, lejos”.
“Podía cantar un bolero, una cumbia, un cuarteto, bailaba y tenía presencia. Tenía esas cosas mágicas que también tiene la ‘Mona’ Giménez y no se las he visto nunca más a nadie”, aseguró.
" Tenía una habilidad innata para reconocer temas que luego la gente convertiría en éxitos. Eso es lo más difícil de esto. Tenía una percepción para saber que es lo que la gente quería”, valoró.
"VOY A PONERME DE PIE"
No hay palabras que puedan describir las emociones y sentimientos que generó un artista popular de este calibre en el alma y el corazón de los vecinos de Chubut.
Quizás hubo parejas que se unieron, amigos que se reconciliaron, familias que se reencontraron. Hay historias que se invisibilizan detrás de la música pero que nos vinculan con el sentido profundo de la existencia.
Hoy recordamos a “Sebastián” que estuvo ‘tocado por la varita mágica’ desde siempre. Resulta sobresaliente destacar la proyección federal que le brindó a su carrera. Para lograrlo, tuvo que atravesar miles de kilómetros, enfrentar los riesgos propios y de sus músicos, postergar el tiempo a su familia y brindarse por completo a su público.
Nos detenemos en ese mensaje: dar lo mejor nuestro en cada ámbito en el que nos toque vivir, desarrollarnos con un sentido ético, ayudar-saber pedir ayuda y cultivar valores positivos en la comunidad. En estos tiempos desconcertantes; hacerlo es revolucionario.