"Unas rabas pueden matarte": el tremendo relato de un médico en una playa de Argentina
Un médico contó que asistió a una mujer en la playa, que luego de comer rabas, estuvo al borde de la muerte. Luego explicó el motivo de la situación y advirtió a los usuarios.
Un médico contó en Twitter una situación que atravesó cuando se fue de vacaciones: una mujer comió rabas y necesitó asistencia médica de emergencia mientras disfrutaba de sus vacaciones en una playa de Miramar.
Casi siempre obtenemos de las redes sociales anécdotas y situaciones insólitas que los usuarios viven y comparten con sus seguidores. Muchas captan el interés de los cibernautas y se terminan volviendo virales. Pero hay otras historias que, lejos de ser graciosas, llaman la atención por su fuerte relato.
Tal es el caso de la estremecedora historia que un médico compartió en la red social del pajarito mientras estaba de vacaciones en la costa argentina. Sucede que tuvo que ayudar a una mujer que se intoxicó luego de comer rabas, una típica comida veraniega.
Bajo el título de "Unas rabas pueden matarte", el médico (@neuroblues7) compartió en la red un hilo "médico-playero". Antes explicó que es la segunda vez en lo que va de sus vacaciones en Miramar que brinda su ayuda: "Si escuchás que piden 'un médico por favor!' te acercás a ver si podés ayudar estés donde estés", aclaró.
El especialista contó que recién llegaba a un balneario de Miramar cuando le avisaron que pedían un médico urgente en el parador lindante de Parquemar. “Esto no puede pasarme tan seguido”, pensó mientras corría en socorro.
Al llegar al lugar se encontró con una mujer que, como pudo, le dijo: "No puedo respirar. Me estoy ahogando". Junto a ella estaba su pareja, quien le explicó que la afectada comenzó a ahogarse de golpe y ya le habían hecho "más de 20 puffs", pero nada funcionó.
El médico preguntó si la mujer era alérgica, ya que notó sarpullidos en sus piernas. "Recién comimos unas rabas", le respondió el hombre. Ahí se dio cuenta de lo que sucedía y comentó que empezó a pedir "Decadrón" a los gritos.
El médico resolvió que la mujer atravesaba un shock anafiláctico, producto de una alergia a los mariscos. Su pulso era acelerado y su cara estaba cada vez más hinchada y morada. No se podía mover y mucho no podía hacer sin el fármaco.
"Acá el decadrón no llega, la ambulancia tampoco. El pulso se pone filiforme. Se amontonan los mirones en la puerta de la carpa. Llegan los guardavidas con su tabla-camilla con la intención de trasladarla a otro lugar. Les explicamos que ella no tolera la posición de decúbito", relató el médico.
De pronto apareció un hombre que le dio "una especie de lapicera naranja con forma de tubo". "Era epinefrina", expresó el doctor, quien explicó que nunca había utilizado ese autoinyector y que el colega que en un momento también llegó al parador tampoco lo conocía.
Sin muchos rodeos le suministró el estimulante, que mejoró el pulso de la víctima. El médico sintió alivio al notar que hablaba mejor. En ese momento llegó la ambulancia, le pusieron oxígeno y luego llevaron a la mujer al hospital.
Hacia el final el médico relató que al otro día visitó a la mujer en el hospital de Miramar y casi no la reconoció, dado que cuando la trató tenía toda la cara toda hinchada. "No dije nada a nadie de este encuentro. Me lo guardé para mi. Un día más de vacaciones", expresó. El tuit se viralizó rápidamente y acumuló a las pocas horas casi 9 mil "me gusta" y cientos de comentarios.